Todos los representantes del tejido económico de Valladolid saludan la apertura de la nueva tienda de Zara, la tercera más grande de la firma en España, como una buena noticia para la ciudad. Fundamentalmente, por cubrir el vacío que dejó El Corte Inglés hace año y medio y recoger su testigo como polo de atracción de movimiento hacia el centro de la ciudad. Así se valora incluso desde el pequeño comercio (Avadeco y Fecosva), pese a reconocerla como competencia y no precisamente menor, además de CEOE, Cámara de Comercio, Ayuntamiento... O incluso los propios empleados que, a través de su comité de empresa, y en concreto desde CCOO, ponen los beneficios del cambio por encima de perjuicios como la «pérdida de derechos» que advierten por trabajar en un establecimiento que operará con categoría de centro comercial en vez de tienda de calle, a diferencia de las dos que cerraba definitivamente este jueves en Santiago (además de la de Vallsur), lo cual supondrá más aperturas en domingo (hasta un máximo de 16 al año en lugar de cuatro) y en sábado por la tarde (en esa franja cerraban desde el último de junio hasta el último de ferias); y también las tardes de la semana de ferias. Pero la nueva tienda no sólo absorbe las plantillas de las tres que cierran, sino que incorpora varias decenas de nuevas contrataciones hasta rondar los 150 empleados. Al fin y al cabo, los tres locales viejos apenas sumaban 2.000 metros cuadrados y ahora se superan los 3.000.

Para el presidente de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), Rafael Monedero, «que Zara cubra el hueco que deja El Corte Inglés es una gran noticia», aunque opere como centro comercial, «porque al menos atraerá movimiento al centro de Valladolid en lugar de llevárselo fuera», y «al final son las locomotoras las que hacen que el resto de vagones funcionen». ¿Dará entonces al resto de comerciantes más de lo que les quite? «Zara, para empezar, es socio de Avadeco -prosigue Monedero-, pero yo creo que ya El Corte Inglés era una competencia leal, y mal que nos pese la competencia, prefiero que haya una locomotora a que no haya nada», tal y como ocurrió en el último año y medio, después de casi 50 con un referente comercial en este punto donde, antes de El Corte Inglés (1995-2023), estuvo Galerías Preciados desde 1978. «Evidentemente las tiendas de textil van a sufrir, pero ya estaba Zara en la calle Santiago, y al final se trata de dar contenido al centro de Valladolid para que la gente acuda no sólo al ocio, sino de compras», insiste.

Esa es por tanto la gran diferencia que percibe Avadeco, que aun operando Zara como centro comercial, pero sin más marcas que las de Inditex, «no evacuará actividad del centro de la ciudad», que es lo que percibe el sector que sucede sobre todo con Río Shopping en Arroyo, «sino que lo llenará», reitera. Y para Monedero, el origen de la crisis del pequeño y mediano comercio, del comercio tradicional o de proximidad, está «más bien en el vaciado de contenido de las ciudades». «Eso es lo que realmente nos perjudica», por encima de la competencia directa.

290824JT_0105.JPG - Foto: Jonathan Tajes

El presidente de la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid (Fecosva), Jesús Herreras, recuerda además que «lo de Zara de ahora tampoco es una apertura, sino una reubicación», dado que en su nuevo edificio concentrará las tres tiendas citadas que cerraban este jueves en Vallsur y Santiago, reconcibiendo una actividad comercial que mantiene en la ciudad desde los años 80, «siendo una de las primeras ciudades de España donde abrió». «Nosotros lo valoramos de forma positiva en el sentido de que es una reubicación y que Zara ha apostado por el centro, donde necesitamos motores de atracción que den impulso y hagan que la gente venga», continúa. Y una vez garantiza más movimiento, considera que el resto del comercio «puede seguir compitiendo» para hacer valer sus «ventajas con respecto a las cadenas en cuanto al trato diferenciado con el cliente, ropa de otro tipo y más exclusiva…».

¿Ayudará a reabrir locales vacíos del entorno?

«No cabe duda de que será un polo de atracción de público», coincide en apreciar el concejal de Comercio, Víctor Martín. «Está claro que el ingrediente principal para que el comercio funcione es la afluencia de gente, y además la que atraiga, por su ubicación, tendrá que acercarse a pie y transitar por nuestras calles, al menos desde donde haya aparcado si es que se desplaza en coche, por lo que otros comercios tendrán oportunidad de despertar también interés», prosigue. De ahí que el edil también destaque la posibilidad de que locales hoy vacíos en la zona cobren «más valor e interés para emprendedores que saben que por delante ahora pasarán más personas». No en vano, «sorprendentemente, en la parte peatonal, como calle Santiago o Mantería, encontramos locales vacíos, y el poner un polo tan importante en esa zona yo creo que va a revitalizar el comercio», concluye. Sobre todo por considerar que «puede tentar también a otro tipo de clientes que se suelen desplazar fuera de la ciudad a comprar y que ahora igual deciden ir al centro»; y «no sólo gente de Valladolid capital, sino del alfoz y otras provincias, ya que en Palencia por ejemplo no queda ninguna tienda de esta marca».

«Que una empresa como Inditex ubique en Valladolid una de sus tiendas más grandes de España es señal de que la ciudad tiene atracción para los grandes negocios», añade el presidente de la Cámara de Comercio, Víctor Caramanzana. Además, cuenta con que los locales que deja Zara «serán rápidamente ocupados por otras dos grandes empresas». Él no detalla nombres, aunque se especula con Primor y Decathlon. 

«Cualquier inversión que apueste por Valladolid es importante, y más siendo una firma de referencia internacional, porque significa que es lugar atractivo para el posicionamiento de empresas», reafirma la presidenta de CEOE Valladolid, Ángela de Miguel. «Atraerá más personas al centro, esperemos que de aquí y de fuera, y también turismo para dinamizar toda la economía de la zona de Valladolid», concluye.