El Arzobispado no quiere comuniones los sábados por la mañana

David Aso
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Los hosteleros admiten «preocupación» por la pérdida de banquetes a mediodía, paliada por párrocos que de momento no siguen la norma de celebrar estas ceremonias en domingo o, en su defecto, en sábado por la tarde

Más allá de la ceremonia cristiana, las tradiciones paganas del vestido y el banquete copan el presupuesto de la Primera Comunión. - Foto: Rebeca Serna

El Arzobispado de Valladolid se ha propuesto que las ceremonias de Primera Comunión se celebren sólo los domingos o, en su defecto, los sábados por la tarde. Sin llegar aún a aplicar de forma estricta la norma vigente desde hace años que así lo indica (el Directorio Diocesano de Iniciación Cristiana, renovado en 2013), esta temporada ha decidido insistir a los párrocos en su cumplimiento. De hecho, en los últimos meses ya se han dado casos de cambios o cancelaciones de prerreservas o reservas en restaurantes por parte de padres que esperaban celebrar banquete de mediodía en sábado, lo más habitual sobre todo cuando hay invitados de otras provincias, y se han topado con que no podrán.

Entre los afectados hay malestar, mientras crece la «preocupación» entre los restaurantes, tal y como constata la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid (APEH-VA), ante la paulatina pérdida de una de las tres franjas horarias de negocio que les aportan estas celebraciones, claves para muchos establecimientos. Suelen llenar sin problema hasta con más de seis meses de antelación, de ahí precisamente la precipitación de los padres más previsores que, por asegurarse su primera opción de restaurante, se han terminado topando con la Iglesia y el problema de tener que buscar alternativas al establecimiento elegido inicialmente, por estar lleno en horario de cena y por tanto sin margen de reajustar su reserva.

Sin embargo, frente a las razones de conveniencia de la tradición lúdica o pagana, la Iglesia esgrime las raíces de la fe que se expresan en la liturgia. «Los musulmanes tienen un día muy marcado, que es el viernes; los judíos el sábado (Shabat) y los cristianos el domingo», recuerda el delegado de catequesis del Arzobispado, Juan Molina. «Y si estamos iniciando a los niños en la Eucaristía, que se celebra los domingos, qué menos que tomar la Primera Comunión ese día», incide; o en su defecto el sábado pero más tarde de las 15.00, «la hora nona» en el horario canónico, recuerda, a partir de la cual se considera iniciada la jornada dominical de Eucaristía. 

Claro que tales argumentos están mucho más enraizados en papel sepia que en las parroquias, así que el Arzobispado prevé ir «poco a poco». «Nuestro arzobispo (Luis Argüello) ha insistido mucho en que somos el pueblo del domingo. Sin ánimo de ser una Dictadura, con diálogo y viendo excepciones, pero sin que la excepción sea la norma», que es lo que venía pasando hasta ahora; en Valladolid y casi todo el país, con algunas provincias que ya en los últimos años empezaron a aplicar también sus respectivos directorios diocesanos, caso de Toledo o Albacete.

«Preocupación» entre los hosteleros

Entretanto, la gerente de la patronal hostelera APEH, María José de la Calle, muestra «respeto» por un lado y «preocupación» por otro. «Respetamos que la Iglesia quiera dar valor a lo que está celebrando, y evidentemente nosotros siempre nos tendremos que adaptar a las peticiones de los clientes en la medida de nuestras posibilidades y aforos, pero es preocupante». No en vano, más allá de la pérdida de negocio desde el punto de vista hostelero, con la oferta de opciones tendiendo a menguar a dos franjas horarias en lugar de tres para atender la misma demanda, crece la competencia y se reducen las probabilidades de los clientes de reservar en el restaurante deseado.

En El Hueco están completos para fines de semana de mayo desde octubre, cuando «lo habitual era llenar rápido pero no tanto, en torno a enero», según su gerente, Manuel Delboy.«Hemos dicho que no al doble de lo que vamos a poder dar», añade, y lo atribuye también a que la oferta de espacios amplios ha decaído.«Lo normal es que estos banquetes sean de 30 o 35 personas, pero siempre hay alguno que se descuelga con 80 o 90»; y con menús que suelen costar de 65 a 80 euros.

«Estamos al tanto de lo que está pasando y a nosotros nos afectaría muchísimo, pero este año tenemos reservas en sábado por la mañana gracias a curas que no están aplicando esto», valora Conchi Marcial desde Nueva Choza en Simancas, también con cartel de completo todos los fines de semana entre finales de abril y mayo, aunque sí recuerda el caso de al menos unos padres que llamaron para cambiar su prerreserva por la cuestión de los horarios de comunión; igual que en el Lasa, donde ya para entonces no tenían margen para cambios. En Nueva Choza, esos días no sirven cenas ni eventos que no sean comuniones de mediodía, que se prolongan hasta las 21.00 con baile y animación para los niños. La más grande de este año, para 110 comensales. «Para nosotros las comuniones son la vida», remarca, hasta el punto de que los fines de semana los suelen resolver con «uno, dos o tres camareros extra», y en mayo llegan a nueve.

El Hotel Silken, por su parte, es de los pocos clásicos con fechas disponibles en fines de semana de mayo y ahí «la mayoría de padres, igual el 80%, suele demandar reservas de banquetes de comunión para comer en sábado». «Para cenar ninguno, y los domingos sólo atendemos reservas si son grupos grandes», explica Patricia Mañoso desde el departamento de convenciones y eventos.

El gremio de fotógrafos, mientras, puede llegar a ver como una ventaja que comulgue el mismo número de niños concentrado en dos franjas horarias en lugar de tres, por ahorrar tiempo y desplazamientos sin perder negocio, tal y como indica el presidente de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Valladolid, JonathanDamian López. Al fin y al cabo, en esto, como en casi todo, nunca llueve a gusto de todos.