Tal y como se esperaba, y como indicó la votación de sondeo del pasado martes, el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, fue elegido ayer nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). De esta forma, monseñor Blázquez, que sucede en el cargo al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, retomará el puesto que ya ocupó durante un trienio, entre 2005 y 2008. Actualmente, Blázquez era vicepresidente de la CEE.
El religioso abulense obtuvo en primera votación un total de 60 sufragios en una elección en la que votaron 79 de los 80 obispos. En segundo lugar, quedó el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, con 10 votos. Mientras, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, obtuvo cinco apoyos. Por su parte, el prelado castrense Juan del Río fue votado por dos religiosos.
En su primera intervención como presidente de la CEE, Blázquez quiso lanzar un mensaje de esperanza y también subrayó que la Iglesia es una casa con las puertas abiertas, especialmente para aquellos que sufren indigencia.
También señaló que «hay motivos para la esperanza», aunque en muchos momentos los hombres se «vean abrumados por las dificultades y las incertidumbres», tanto desde el mensaje cristiano fundamental, como desde el entorno y en la Iglesia.
Tras agradecer su elección a los obispos y también el servicio a su antecesor, Antonio María Rouco Varela, de quien indicó que mantiene una amistad desde Salamanca, aseguró que acepta este puesto desde la fe cristiana, el ministerio apostólico y el servicio a todos.
Concretamente, destacó que a las personas les «viene bien» creer en Dios pues «no es lo mismo la fe que la increencia» y que, aunque a veces se «desplace» al Señor, se le «relegue a vía muerta, se le dé la espalda», van surgiendo interrogantes y «Dios es una realidad inolvidable».
Del mismo modo, aseguró que en la elección del presidente de la CEE no hay candidatos ni proyecto. «No tengo programa, sí deseamos y queremos convertir en tema de reflexión para la Asamblea Plenaria las prioridades apostólicas evangelizadoras y cercanas a los más necesitados que el Papa nos viene mostrando», señaló.
El arzobispo de Valladolid también hizo referencia a la amabilidad, cercanía y comunión con el Papa. El Pontífice, según indicó, tiene la gracia de «abatir las barreras invisibles» que puedan existir entre las personas y subrayó que en este primer año, tanto él como Benedicto XVI han dado un ejemplo de «fe cristiana y de colocarse al servicio de los demás». «Desde la CEE siempre hemos sintonizado sin fisuras», afirmó, al tiempo que insistió en que Francisco es «un regalo de Dios».
Al ser preguntado sobre si su estilo se acercará más al de Antonio María Rouco Varela o al del Papa Francisco, Blázquez adelantó que no pretende imitar a nadie. «Tenemos que copiar al Señor y no otras formas de comportamiento. Cada uno tenemos nuestra forma de ser, de actuar, nuestra personalidad. Entonces, la copia del proceder de otras personas es la suya, que conscientemente y de manera responsable ha llevado a cabo», subrayó.
Moderado y cercano.
Expertos de la Universidad de Navarra señalaron que ven «continuidad» en la elección del arzobispo de Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez, al que definen como una persona moderada en sus posiciones, con capacidad de negociar, conciliadora, de altura teológica y muy amable.
Así, el teólogo Pedro Rodríguez aseguró que el nuevo líder de la CEE tiene «un diálogo magnífico», «solidez» y «doctrina». Además, apuntó que puede aportar «continuidad» a la institución, que «últimamente guarda gran fidelidad a lo que se propone» desde Roma.
Por su parte, el experto en Historia de la Iglesia Fermín Labarga indicó que Blázquez va a dar «continuidad» y que no se va a producir en la CEE «un cambio nada espectacular», sino que se seguirá «en la misma línea y con los proyectos que ya hay».
En esta línea, el profesor de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, Javier Otaduy, señaló que es una persona «muy razonable en todas sus posiciones».