El servicio sanitario prestado en Valladolid recibió el año pasado 277 denuncias, una cifra que sitúa a la provincia en la primera posición de la Comunidad, por delante de las 186 de León, las 98 de Burgos y las 84 de Salamanca. Y muy por delante de las doce de Soria, la provincia que cierra la lista, según se desprende de la memoria del Defensor del Paciente referente a 2024, que se presentó este lunes. Sin embargo, pese a que Valladolid lidera el número de quejas, es el hospital de León el que tiene más denuncias, seguido del Río Hortega y el Clínico de Valladolid, el Hospital Universitario de Burgos y el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.
La memoria destaca que la Comunidad se mantiene como la quinta más denunciada de España, con 812 casos, de los cuales 41 han sido muertes. Esta cifra supone un 12% más que el año anterior. "El sistema sanitario de Castilla y León se encuentra en el ojo de huracán, con diversas incógnitas por solventar, como la acuciante falta de profesionales, problema que requiere medidas urgentes", denuncia el Defensor del Paciente. El informe destaca como "dato llamativo" esos 812 casos de Castilla y León, ya que la media de la última década es de 668.
Los cinco servicios sanitarios que acumulan más denuncias en Castilla y León son la cirugía general, las listas de espera, las urgencias, traumatología y ginecología y obstetricia. "La dificultad para contar con determinados especialistas en la región es bastante grave, consecuencia de una gestión basada, por parte de la Junta de Castilla y Léon, en políticas erráticas y promesas que no se cumplen", denuncia el informe. Y pone como ejemplo el "abandono" que sufren los pacientes oncológicos de El Bierzo y la "falta de equilibrio" en la atención primaria entre las capitales de provincia y las zonas menos pobladas. "La falta de médicos de familia y enfermeros en los centros de salud está originando citas a tres semanas vista y consultas más cortas", añade el Defensor del Paciente, que cree que otros aspecto "a abordar" son "el déficit de camas hospitalarias y la necesidad de una buena estrategia en salud mental".
Uno de los casos denunciados este año por el Defensor del Paciente fue el de una vallisoletana que acudió a la sanidad privada después de que en el Río Hortega consideraran "inoperable" un cáncer de ovarios que padecía, debido a su avanzado estado. Desde el centro hospitalario derivaron a esta mujer a cuidados paliativos. Sin embargo, ella decidió ir a la Clínica Universidad de Navarra, donde le ofrecieron como alternativa una intervención quirúrgica, ya que entendían que la quimioterapia aplicada en el hospital vallisoletano no era efectiva en este caso. Finalmente, el centro privado logró curar el cáncer. La paciente lo denunció y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León condenó a la Junta de Castilla y León a pagar a la mujer los 50.366 euros que costó su tratamiento.