Crece la disposición a hacer indefinidos los empleos de verano

David Aso
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Las dificultades para cubrir vacantes estructurales en empresas de diversos sectores elevan por encima del 33% el porcentaje de los eventuales de campaña de Valladolid que seguirán en otoño, según estima Adecco

Ocio y restauración, alimentación y bebidas o transporte y logística son las áreas de actividad que más contrataciones abarcan durante la campaña de verano. - Foto: Jonathan Tajes

Que un trabajador contratado para el verano acabe quedándose en la empresa de turno si rinde bien es una probabilidad que ha existido siempre, claro, pero más de un tiempo a esta parte. El listón de la exigencia a la hora de medir ese rendimiento ha bajado, y se asume con mayor resignación la falta de experiencia del candidato a un puesto, reconcibiendo la campaña estival de contrataciones como un periodo de prueba en la práctica a la vez que se cubren vacaciones, puntas de actividad y demás.

La tendencia es creciente en cualquier época en realidad, aunque se hace notar especialmente en verano, tal y como confirman a El Día de Valladolid las directoras de zona de las dos empresas de contratación temporal que más trabajadores mueven, Adecco y Ranstad. De hecho, según la primera, Casti Rodríguez, alrededor del 30% de los empleados que facilitan a sus «empresas clientes» a lo largo del año acaban quedándose de manera estable en esas mismas empresas y ya contratados de forma directa por ellas; y ese porcentaje se incrementa ahora por encima del 33%.

«El periodo estival siempre es una puerta de entrada para un futuro empleo estable si la persona se adapta a la empresa, la empresa a la persona y el desempeño es el adecuado; y lógicamente, si hay vacantes estructurales y tienen que hacer un proceso para incorporar a alguien, los primeros candidatos y candidatas en que se va a pensar son los que han estado en verano», señala la manager district de Adecco en Valladolid. «Ese porcentaje del 33% se puede dar prácticamente en todos los sectores», añade, y su colega de Randstad,Nuria Sánchez, apunta además que «encontrar candidatos para puestos cualificados está muy complicado, pero también para los poco cualificados». Más aún en julio, el mes más difícil del año para encontrar mano de obra disponible junto a agosto; «y este año más», con el añadido de que la campaña de contrataciones de verano cada vez empieza antes, y la actual se generalizó ya «desde finales de mayo y principios de junio», o incluso en abril en el caso de empresas que precisaban personas para puestos que exigen cierta formación previa.

«Obviamente si ya tienen la experiencia adquirida es mejor porque la adaptación es más rápida, pero si no, lo que priman en la mayoría de empresas cuando solicitan un candidato es que tenga muy buena actitud, mucha motivación y ganas de aprender, que ellos no tienen ningún problema en enseñarles y formarles», destaca Sánchez.

A nivel nacional, Randstad prevé que la actual campaña veraniega genere un 12,4% más de contratos que la anterior, tal y como reseña su responsable en Valladolid, y a nivel provincial señala que ese porcentaje estará en torno al 9%. Adecco, mientras, calcula una horquilla de entre el 12 y el 15% de crecimiento interanual en Valladolid en lo que se refiere a las contrataciones que gestionan desde sus oficinas para los meses de julio, agosto y septiembre.

Sectores y perfiles

En cuanto a la situación por sectores, la manager district de Adecco en Valladolid explica que, «en esta provincia, el automóvil en concreto genera un pico muy elevado al principio del verano porque prepara mucha actividad antes del cierre previsto en la última semana de julio y las primeras de agosto», fechas que coinciden con el parón de empresas como Renault o Iveco, que a su vez condicionan el calendario de su industria auxiliar. No obstante, «también están a la cabeza en contrataciones la alimentación, la parte de distribución y retail o la de logística y transporte», añade. Y en cuanto a los puestos más demandados: «Yo diría que ahora mismo, en Valladolid, el carretillero o el mozo de almacén con manejo de carretilla se ha convertido en el perfil estrella», aprecia Rodríguez. No en vano, «es demandado en todos los sectores: distribución, logística, transporte por supuesto, automoción, alimentación… Un perfil diana», recalca. «Y desde luego, los que ocupan este puesto son los que también tienen más probabilidades de permanecer después del verano».
La directora de Ranstad en la zona de Castilla y León, por su parte, destaca que ellos actualmente tienen unas 200 ofertas de empleo vigentes en su página web para Valladolid, y con perfiles «más o menos repartidos». «Fundamentalmente estamos buscando operarios y carretilleros, mozos de almacén y logística, pero también tenemos comerciales, dependientes, fisios… La verdad es que tenemos muchas y muy variadas profesiones». 

Sánchez recuerda también que la actividad de hostelería, restauración y ocio siempre crece en verano «por un tema estacional» en toda España, y Valladolid no es una excepción: «No somos una provincia especialmente turística, pero tenemos muchas empresas de alimentación y bebidas que atienden la demanda de otras zonas del país», recuerda; de ahí que se extienda más la demanda de mano de obra por los sectores de «ocio y restauración, alimentación y bebidas, transporte y logística...», prosigue Sánchez, en la línea de su homóloga de Adecco.

«Así que nuestras previsiones son buenas», continúa la responsable de Randstad en la provincia. «Nosotros siempre manejamos como objetivo de referencia la actividad que teníamos antes de la pandemia, y este año prácticamente estaríamos en el entorno de esos niveles», recuperando también los que tenían antes de que se restringieran las contrataciones eventuales con la entrada en vigor de la última reforma laboral en la primavera de 2022.

«Con el inicio de la pandemia, obviamente, al quedar todo paralizado se dejó de contratar. Al año siguiente hubo una pequeña subida; volvió a disminuir con la reforma laboral y la incertidumbre que generó, y yo creo que todos nos hemos ido adaptando, de ahí que ya estemos prácticamente en niveles prepandemia», resume Sánchez.

Desde Adecco, mientras, cifran «en torno a un 25%» lo que pudo caer la contratación que gestionaban como consecuencia de la reforma laboral. «Fue el efecto inicial», precisa Casti Rodríguez, «dado que se ajustó la temporalidad». «Es una cuestión que nosotros también entendemos que era necesaria, dado que en este país se duplicaban las cifras de temporalidad de nuestros colegas de la UE, pero se fue incrementando después poco a poco, y el año pasado ya se notó un aumento importante, porque evidentemente una empresa no puede permanecer con una misma estructura los 365 días del año, cuando es obvio que la propia actividad te genera esta temporalidad».

Otra cuestión es que ese remonte de actividad ya no se haya podido producir con contratos de obra y servicio (extinguidos con la nueva norma) o con eventuales de corta duración que ahora están más restringidos y penalizados, pero sí mediante el recurso alternativo de los contratos fijos discontinuos, que antes no podían ser utilizados por las ETT y ahora sí. De hecho, es esa modalidad la que ahora vincula a «entre un 20 y un 25%» de los trabajadores de Adecco, «que así es verdad que ganan estabilidad»; y además, por todo lo apuntado, con mayores probabilidades de acabar siendo contratados de forma directa e indefinida por las empresas a las que son destinados en un principio de manera eventual.