Telefónica cerrará su call center del 1004 de Valladolid, uno de los pocos que le quedan en España de su clásico servicio de atención al cliente, cuyo proceso de externalización se completará así en los próximos meses. El número seguirá operativo, por tanto, pero atendido por empleados de subcontratas, que por otro lado ya son hoy clara mayoría, mientras los aproximadamente 60 de la multinacional que están asignados a este departamento en la ciudad (casi el 20% del personal propio que tiene en España para el 1004) pasarán a asumir funciones de asistencia a empresas (información y reclamaciones, fundamentalmente). No obstante, sus nuevos roles no se terminarán de definir ni se harán efectivos hasta después de que empiecen a salir de la empresa, a partir del 29 de febrero, los más de 50 afectados que se prevén en Valladolid por el expediente de regulación de empleo aprobado este mes a nivel nacional para 3.124 personas.
De hecho, la externalización completa del 1004 se viene tanteando al menos desde el verano pasado, cuando Telefónica ya la barajaba por el notable descenso de la demanda de uso de este servicio. Entre otros motivos, porque cada vez son más los clientes que optan por la alternativa online para contactar, así como por el cambio de su red de cobre por fibra óptica, que ha reducido las averías y, en consecuencia, también el volumen de incidencias que se atienden. Y en estas circunstancias, Telefónica considera que el conocimiento y la experiencia del personal propio del 1004 se necesita más en otros departamentos.
El presidente del comité de empresa y responsable de la sección sindical de CCOO de Telefónica de España en Valladolid, Juan Carlos Barberán, por su parte, lamenta el próximo cierre del call center: «Estamos en contra de que lo quiten porque es un servicio que se seguirá dando, pero ya no por personal propio, sino externo, seguramente de Atento u otras empresas de Hispanoamérica», lamenta. Pero, en cualquier caso, una vez que ya está tomada la decisión, solicita que al menos los afectados, «ya que tienen que ser reubicados en otros departamentos, puedan elegir voluntariamente dónde», sin que Telefónica limite sus opciones a dos, «que es a lo que parece que se apunta».
Asimismo, Barberán presume que los movimientos se empezarán a producir a partir del 29 de febrero por ser esta la fecha prevista para que salgan de la empresa la mayoría de los trabajadores que se incorporarán al ERE en curso, que si bien es independiente de la decisión de cerrar el call center del 1004, afecta de manera colateral porque será entonces cuando se conozca con más precisión el estado en que quedan las plantillas de cada provincia.
Plantilla
Valladolid cuenta con 259 empleados entre las tres filiales incluidas en el ERE: 200 de Telefónica de España (TdE), 33 de Soluciones (TSOL) y 26 de Móviles (TME), según CCOO; y aunque Barberán apunta que serían 63 los que cumplen los requisitos básicos para salir de la empresa (tener al menos 15 años de antigüedad y haber nacido en 1968 o antes), matiza que, por los cambios que se introdujeron durante la negociación, las salidas podrían ser unas 55 (53 de TdE, 2 de TME y ninguno de TSOL).Pero de momento sigue abierto el plazo de inscripción voluntaria en dicho ERE (se inició el 9 de enero y concluye el 9 de febrero), de ahí que las cifras puedan variar incluso según cuántos trabajadores se apunten en otras provincias, con previsión de que, entre el próximo 29 de febrero y el 31 de marzo de 2025, salgan 3.421 en total; por propia voluntad o de manera forzosa hasta completar ese cupo acordado con los sindicatos.
Por otro lado, coincide que durante la negociación del ERE, en diciembre, la empresa expuso a los sindicatos la «necesidad de movilidad geográfica para la concentración de personas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao y Valladolid», de nuevo según CCOO. Así, a la espera de ver en qué se traduce tal intención en el futuro, hay cierta confianza en que esta provincia sea «receptora» de trabajadores y acoja traslados de personal procedente de otros territorios o nuevos servicios; aunque, a corto plazo, lo cierto es que sólo está la certeza de pérdida de empleo por el ERE.