"¿Que la gente de Valladolid es cerrada? Pues en Lituania..."

David Aso
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Aiste llegó a Valladolid desde Lituania siendo una niña, pero su familia tuvo que regresar a su país y ella decidió quedarse y tirar adelante sola desde los 18

Aiste Jackeviciute, en La Rosaleda. - Foto: José Castillo

Años en valladolid: 23
Profesión: Operaria de fábrica
Comida y bebida favorita: Tortilla de patata y Coca-Cola
Rincón favorito: La Rosaleda

Aiste Jackeviciute (Kaunas, 1995) no llegó a esta tierra siendo adulta en busca de una nueva vida, que de eso se encargaron sus padres. Pero tampoco es española de primera generación porque ya era una niña de 5 años cuando vino; y sin embargo, no tiene familia cerca porque hace más de 10 que todos regresaron a Lituania menos ella, que decidió tirar adelante «sola» con apenas 18.

El primero en venir fue su padre en 1999, cuando en Valladolid no había un solo lituano censado (tampoco el mítico Sabonis, que jugó en el Fórum de 1989 a 1992). «Quiso probar a ver si encontraba trabajo con idea de traernos si le iba bien», recuerda Aiste, y así llegó ella un año después con su madre y su hermana, que nació justo en esa etapa de transición. 

Eran tiempos de bonanza en España y su padre había conseguido un trabajo estable de mecánico. Su madre se puso a limpiar casas, y también vino poco después una de sus abuelas. Pero llegó la gran crisis, la empresa donde trabajaba su padre quebró y se vieron en la necesidad de retornar: «No querían, pero íbamos a perder el piso», relata. Corría el año 2014 y es entonces cuando Aiste rompe moldes al tomar la difícil decisión de quedarse con apenas 18. «Para mi madre fue muy duro y el día de la despedida lo recordaré siempre, nunca había visto llorar a mi padre». Ella, en cambio, casi ni se lo pensó: «Quería terminar los estudios, la situación en Lituania era mala y dije 'bueno, pues a vivir sin padres'… Aquí además tenía a mi novio y mis amigos, y a esa edad no piensas demasiado», reconoce, al tiempo que también agradece el apoyo que le brindó la familia de su pareja: "No habría podido llevar todo esto si no es por ellos".

Empezó a vivir en pisos compartidos y acabó Bachillerato mientras se estrenaba en el mundo laboral limpiando casas, como antes su madre. Después trabajó en Renault, en una frutería… «En lo que iba saliendo» hasta que, en febrero de 2023, entró en Iveco.

En estos años también ha vivido el paro y otros momentos de bajón en los que se ha planteado «abandonar», pero no. Al fin y al cabo, igual que suele decirse que la ignorancia es muy atrevida y tal vez Aiste fuera ejemplo de ello en su día, ahora parece erigirse en referencia de cómo la ignorancia es una 'enfermedad' que se cura viajando, y a Lituania intenta ir al menos dos veces al año: «Cuando aquí se dice que las cosas están mal o que la gente de Valladolid es cerrada… Allí la situación económica sí que es mala y la gente menos libre, muy fría. No habla en los restaurantes, no saluda en el supermercado»... Su hermana «vestía con muchos colorines aquí», hasta que se marchó y «fue cambiando para encajar». «Yo allí me sentiría fuera de lugar», aunque sepa lituano, y en todo caso es ella la que sigue soñando con el regreso de su familia.