La primera oreja, al buen torear de Antonio Ferrera

Manuel Illana
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El extremeño fue el verdadero protagonista del segundo festejo de la Feria de Valladolid, por lo que hizo a su segundo, un buen toro de Adolfo Martín

Antonio Ferrera puso toda la carne en el asador en este natural. - Foto: J. Tajes

Era el primer festejo, una corrida esperada, deseada y querida por parte de un público adicto a este tipo de festejos en los que el toro, auténtico protagonista de la fiesta, tenía verdadero protagonismo. Público que no debe ser muy numeroso dada la floja entrada registrada en el coso del Paseo de Zorrilla. Toros de Adolfo Martín ganadería emblemática dentro de las denominadas duras, ésta y algunas pocas más como la de su tío Victorino gozan de esa vitola de dureza. En el cartel tres toreros de los acostumbrados a enfrentarse a este tipo de toro.

Para empezar diremos que los toros de Adolfo fueron más que correctos en su presentación, las hechuras y comportamiento durante  la lidia justificaban de sobra su procedencia. Toros bien hechos con el peso justo ¡para que más! Con muy variado y distinto comportamiento. Son toros para entenderlos, no perderlos la cara en ningún momento y estar siempre pendiente de sus reacciones. Por eso para lidiarlos las empresas confían en ese tipo de matadores que no hacen asco a nada.

El salmantino Javier Castaño, con la mano izquierda. El salmantino Javier Castaño, con la mano izquierda. ferrera en su salsa. Abría cartel y feria el extremeño Antonio Ferrera, torero avezado y conocedor de este tipo de encastes que ahora mismo atraviesa un momento de gloria y esplendor con su valiosa y más que interesante forma de torear. Da gusto verle delante de la cara de los toros. Ese torero valiente y de raza desde que empezó en la profesión, sin dejar de ser eso se ha convertido en un buen lidiador con las formas y maneras de los buenos de siempre. A ese valor hay que añadir una alta dosis de técnica, temple, gusto y bien hacer. De esta forma sus faenas no pasan desapercibidas teniendo al público siempre entregado. Es lo que ayer sucedió y vimos en Valladolid. El toreo al natural en su primero tuvo eso que se llama verdad y los remates con los de pecho resultaron largos y alguno casi interminable. Mató de media en buen sitio y de no haber sido el primero de la tarde seguro que había cortado una oreja. Fue lo mismo porque el trofeo llegó en su segundo al que recibió fenomenal con el capote. Este toro recibió un buen puyazo. Brillante tercio de banderillas en esta ocasión con el capote como auxiliador y adorno destacando por el sitio y forma el par colocado en tercer lugar. Buen principio de faena con la plaza en silencio recordando a la Real Maestranza. Bien en principio con la derecha pero fue con la ‘zurda’ donde se encontró muy torero. Música, ovaciones y a sus manos después de pinchazo y estocada la única y más que merecida oreja de la tarde.

Javier Castaño lidió de forma acertada con el capote la salida de sus dos ‘Adolfos’, como queriendo enseñarlos a embestir. No fueron muy obedientes, de ahí que en sus faenas el leonés salmantino tuviera que tirar de recursos para tratar de no pasar desapercibido. Sus dos toros casi nunca acabaron de entregarse de ahí que el esfuerzo del torero quedase solo en eso. Su primero nunca rompió ‘palante’ y su segundo algo más de lo mismo. Tuvieron que saludar, una tarde más, sus peones David Adalid y Fernando Sánchez tras banderillear con gusto y torería al quinto de la tarde.

Más fotos:

El coso registró una entrada muy discreta.
El coso registró una entrada muy discreta. - Foto: J. Tajes
Ferrera animó la tarde en el tercio de banderillas.
Ferrera animó la tarde en el tercio de banderillas. - Foto: J. Tajes

Hacía su presentación en Valladolid el mejicano de Aguas Calientes Joselito Adame. Diremos con rapidez que no fue afortunada la tarde ni mucho menos. Pasó apuros en más de una ocasión y es que a estos toros hay que entenderlos, lidiarlos y después a poco que se dejen torearlos. Nada  de esto sucedió.