Valladolid necesitará 40.000 inmigrantes hasta 2040

R.G.R.
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Una proyección del Instituto Nacional de Estadística sitúa en 529.306 vecinos el censo de la provincia dentro de 15 años, contando con que la población extranjera llegará a 92.652 vecinos

Un grupo de inmigrantes disfruta en el Campo Grande. - Foto: J. Tajes

4.308 personas. Este el crecimiento previsto por el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante los próximos quince años en la provincia de Valladolid. Un aumento tan paupérrimo que se sitúa en 287 personas al año de media. Ni una persona al día. El crecimiento vegetativo negativo y el envejecimiento de la población hacen que la provincia no tenga la capacidad de subir su censo y que se haga absolutamente necesaria la llegada de población migrante para cubrir las necesidades sociales y laborales. Así, Valladolid pasará de los 524.998 vecinos que con lo que contaba el 1 de enero de 2024 a los 529.306 que fija el INE para el año 2039.

¿Cómo es posible que una provincia con las características de Valaldolid, que sufre el efecto de la despoblación, consiga mantener o incluso aumentar su número de habitantes? Si se observan los datos del INE la respuesta parece clara. Será la llegada de inmigrantes la que posibilite que el censo provincial no se desplome de forma drástica durante los próximos tres lustros. 

En concreto, la proyección refleja que las personas extranjeras asentadas en suelo vallisoletano en el año 2039 serán 92.652, lo que supone que Valladolid necesitaría 40.671 inmigrantes para prácticamente mantener la misma población que tiene ahora la provincia durante los próximos quince años. 

En el caso de que no se den la necesidades económicas y sociales necesarias para que Valladolid continúe siendo atractiva para atraer a personas residentes actualmente en el extranjero, la provincia corre el riesgo de bajar de forma notable su censo. 

Cada vez nacen menos niños y esa pertinaz bajada de la natalidad se mantendrá en el futuro. Agentes sociales, económicos y expertos coinciden en la importancia de impulsar políticas de incentivos, tanto para los ciudadanos locales como para los extranjeros.

Ya la última actualización del censo del INE constata cómo la provincia creció durante 2023 gracias al aumento de su población procedente de otros países en más de 5.000 personas, mientras perdía más de 1.000 nacidas en España. 

En la proyección se observa a la perfección el declive de la población española frente al crecimiento continuado de los extranjeros. En concreto, los foráneos crecen en más de 40.000, mientras que los nacionales pasan de los 473.017 de 1 de enero de 2024 a los 436.654 de dentro de 15 años, lo que supone un descenso de 36.363 personas (una caída del 7,6 por ciento). Es decir, la poblacional española cae casi un ocho por ciento y la foránea crece un 78, llegando casi a duplicarse.

El porcentaje de personas extranjeras residentes en la actualidad en la provincia supone el 9,9 por ciento (51.981 de 524.998). Por el contrario, en el caso de cumplirse estas proyecciones, en el año 2039 este porcentaje se incrementaría hasta el 17,5 por ciento. Es decir, casi una de cada cinco personas que vivan dentro de quince años en la provincia no habrá nacido en España.  

Si bien no se trata de datos irrefutables a 15 años vista, las tablas elaboradas por el INE sí profundizan en una evolución hoy imparable. Ante esta situación, la pregunta parece evidente. ¿Tiene la ciudad el parque de viviendas necesario para albergar a toda esta población que está previsto que llegue a la provincia? 

Vivienda. El INE también refleja la necesidad de que el parque de casas existentes en la provincia aumente de forma notable con la intención de sirva para albergar a esta población extranjera que debe llegar durante los próximos años. Si bien el 1 de enero de 2024 eran 223.336 las viviendas construidas en la provincia, la proyección de Estadística sitúa este número en 243.987, lo que supone un crecimiento del 9,2 por ciento.  

Se trata de más de 20.000 nuevas residencias construidas. Todo parece indicar  que debido a esta cifra tan elevada de viviendas se deberían desarrollar nuevos sectores urbanísticos que pudieran copar buena parte de estas residencias. 

La misma situación que ocurre en la provincia de Valladolid con respecto a la población inmigrante se registrará en Castilla y León incluso de forma más notable en relación a la necesidad de población inmigrante. 

Castilla y León perderá 16.751 habitantes en los próximos 15 años, con una caída de su población del 0,7 por ciento, un escenario empujado por la importante reducción de ciudadanos españoles, que bajarán un 9,5 por ciento en la Comunidad, hasta totalizar 1,93 millones de individuos. 

Esta evolución contrasta con la fuerte presencia de la población inmigrante, que se disparará hasta 2039 un 73,5 por ciento, hasta situarse en las 443.034 personas, informa Ical. 

En relación a las viviendas, la proyección gira completamente y vaticina que Castilla y León contará en 2039 con 1,51 millones, 100.000 más que en 2024, es decir, un 9,44 por ciento por encima, frente a un incremento nacional del 19,1 por ciento, hasta 23 millones de hogares. 

Así, la previsión es que una de cada cinco nuevos hogares que se construyan durante este periodo en Castilla y León se levantará en Valladolid.