El Caja Rural CPLV volvió al Polideportivo Canterac con una goleada ante el Arona Tenerife Ganches, un conjunto que aguantó la primera parte pero que en la segunda sucumbió ante el poderío de los vallisoletanos, que acabaron con 61 disparos a portería (por los 16 de su rival). El cuadro pucelano se mantiene en la segunda plaza al acecho del liderato, en manos del Molina Sport, que se impuso en Palma al Espanya.
A pesar de que el primer lanzamiento del partido fue a cargo de los tinerfeños, el dominio fue de los vallisoletanos desde el saque inicial. Las llegadas y los tiros fueron una constante hasta lograr el 1-0. Llegó a los seis minutos, con una asistencia perfecta de Gonzalo Jiménez a Carlos Cabrera, que el '33' aprovechó batiendo al italiano Nicolo Grando.
Con el tanto, el cuadro pucelano no bajó la intensidad, siguió apretando hasta lograr el segundo, a los 11 minutos, cambiándose las tornas, asistiendo Andrés Baños para que anotara Gonzalo Jiménez con un sutil cambio de dirección.
A pesar del dominio en el marcador y en el electrónico, los vallisoletanos siguieron presionando, dejando en dos ocasiones a James Teed sólo ante sendos delanteros tinerfeños. El portero del CPLV se impuso en las dos pero no pudo evitar una tercera, a seis minutos del descanso. Oriol Gonzalo hizo el 2-1 y puso emoción. E igualdad, ya que tras tener el 3-1, y no acertar, de nuevo Oriol Gonzalo aprovechó la rápida contra para poner las tablas en el electrónico.
Así se llegó al descanso. Tras él, el Caja Rural CPLV metió una marcha más buscando un gol rápido, pero no acertó en sus primeras intentonas, por medio de Patrik Sebek. El entrenador-jugador se 'vengó' a los seis minutos de la reanudación, con una perfecta asistencia, que culminó Max Langlois con el 3-2.
El Arona Tenerife Guanches aguantaba en el partido gracias a su portero y a que los vallisoletanos no parecían tener el punto de mira ajustado. Las ocasiones de los locales se sucedían sin acierto, mientras que los visitantes buscaban salir, cuando podían, a la contra acabando las jugadas con lanzamientos lejanos, a los que respondía seguro James Teed bajo palos.
El asedio no cesó hasta que Nico Díez recuperó un disco detrás de la portería, encontró a Jordi Martínez y este fusiló el 4-2. Aún quedaban 13 minutos. Y era cuestión de acertar. Guille Jiménez lo hizo un minuto después, poniendo tierra de por medio. Y Max Langlois repitió poco después.
Con el 6-2, el encuentro bajó un poco de intensidad, pero no de ataques, acabando el CPLV con 61 lanzamientos