La tranquilidad que el PSOE buscaba para su 41 Congreso Federal de Sevilla que se celebra este fin de semana se ha visto turbada por la irrupción de una crisis en el PSOE madrileño a cuenta de los movimientos de su secretario general, Juan Lobato, ante el caso de supuesto fraude fiscal del novio de Isabel Díaz Ayuso.
Una vez que Lobato no ha dimitido, como esperaban dirigentes de Ferraz y también del PSOE madrileño, y después de dar unas "explicaciones" que en absoluto han convencido a los dirigentes del partido, se mantiene la incógnita de hasta dónde llegará esta crisis, si resistirá hasta el cónclave de Sevilla y sus efectos en la imagen del partido.
"Sorprendidos" y "decepcionados", pero sobre todo "desconcertados" están varios miembros de la Ejecutiva Federal socialista, quien este martes han expresado a EFE su estupor por la decisión de Lobato de registrar en una notaría un cruce de mensajes con la jefa de gabinete del ministro Óscar López, Pilar Sánchez Acera, sobre el supuesto fraude fiscal del novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Lejos de dar el paso que algunos esperaban, incluso desde círculo más cercano, Lobato ha denunciado un "linchamiento" en su contra por parte de algunos compañeros de su partido.
Una fuente muy próxima al líder madrileño partidaria de que dimita alerta de que su imagen está muy socavada, que cuanto más siga más difícil será recuperarla y asegura que haga lo haga, dañará a su partido y también al Gobierno.
"No entiendo nada, ni lo previo, ni lo de ahora", ha reconocido por su lado un miembro de la dirección nacional, quien ha asegurado desconocer si existe "algún movimiento" detrás de las decisiones de Lobato que no haya revelado hasta el momento.
Este dirigente esperaba de la declaración de Lobato de hoy una "explicación de algo" que permitiera a sus compañeros "entender qué ha pasado" para que optar por acudir a una notaría y registrar una conversación con una compañera de partido como Sánchez Acera.
Ferraz no va a intervenir
De momento, Ferraz no ha querido evaluar oficialmente las declaraciones de Lobato y ha asegurado que es el PSOE-M quien tiene que dirimir el caso.
Fuentes socialistas han recordado a EFE que la dirección nacional del PSOE cesará este próximo sábado, durante el congreso federal en el que se nombrará a una nueva Ejecutiva, y que no tienen nada que decir al respecto salvo que corresponde al PSOE de Madrid gestionar la situación.
Un miembro de la dirección nacional adelanta que el partido no pretende llevar a cabo ninguna acción para forzar la dimisión de Lobato y ha rechazado entrar ahora "en una guerra", a tres días del cónclave federal y a nueve del arranque de las primarias en la federación madrileña, el próximo 5 de diciembre.
Además, han explicado que el propio Lobato llamó el domingo a la dirección para avisarles de la información publicada por el 'ABC' sobre su gestión en la notaría y les compartió a su vez una carta de rectificación para enviar a ese diario.
No obstante, han precisado que la estrategia de defensa de Lobato es suya y no del partido. Y aseguran que tampoco les ha avisado antes de sus declaraciones de esta mañana.
La vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general socialista, María Jesús Montero, ha evitado hablar de Lobato y ha pedido no desviar la atención de "lo importante": que el jefe de gabinete de la presidenta madrileña "mintió" a propósito de la situación procesal del novio de Ayuso, Alberto Gómez Amador.
También desde el Gobierno el ministro de Justicia, Félix Bolaños, se ha limitado a pedir "calma" y dejar que "los procedimientos judiciales avancen". "Se demostrará que donde no hay nada, no hay nada (...), donde hay delitos, se condenarán", ha subrayado.
Sin medidas contra Lobato y su asistencia a Sevilla
Eso sí, fuentes de la propia federación madrileña han asegurado a EFE que son partidarios de que no se tome ninguna medida contra Lobato porque ello supondría "otorgarle el papel de víctima" que está intentando labrarse cuando, realmente, "ni siquiera tiene el apoyo de la militancia", sostienen.
Del mismo modo, temen cómo será el ambiente dentro de la delegación madrileña que acuda el viernes a Sevilla, encabezada por el propio Lobato, quien, más allá de la actual situación, "tampoco ha sabido aunar al PSOE-M, de hecho, lo ha desmembrado", señalan.
A pesar de respetar las intenciones de Ferraz de no intervenir y no "enturbiar más" el congreso federal, otros actores -incluso cercanos a Lobato- están tratando de convencerle, aseveran, para que dimita antes del fin de semana y evitar su fotografía en Sevilla.
"Sinceramente, después de las declaraciones de hoy en las que ha apuntado al partido, parece que está en modo kamikaze y no se va a bajar de la burra", ha remarcado una fuente.
El PSOE deseaba un 41 Congreso Federal tranquilo, en el que poder reelegir a Sánchez como secretario general -único candidato al cargo-, homenajear a las víctimas de la dana y plantear un frente unido frente a los ataques de la derecha, pero la cita tendrá ahora más focos internos.
Y no todos estarán en Sevilla, ya que el mismo viernes Lobato está llamado a declarar como testigo por el magistrado del Tribunal Supremo Ángel Hurtado en la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz por la filtración de los datos fiscales de la pareja de Ayuso.
El "número tres" del PSOE, Santos Cerdán, ve "lógico" el hecho de que Lobato quiera estar en Sevilla. Mientras, otras fuentes socialistas restan importancia a su papel en el cónclave y advierten de que acudirá, simplemente, "como un militante más".