Ocho meses lleva una bodega de Cubillas de Santa Marta, Lar de Maía, con 2.000 botellas de vino etiquetadas en hebreo y preparadas en palés para su envío a Israel. Debieron salir en octubre, justo el mes en el que estalló el dramático conflicto por Palestina con los terroristas de Hamás, y ahí siguen varadas por impagos del importador. «Tenemos un seguro para cubrir estas operaciones pero le han sacado», lamenta la propietaria, María Burgoa. «Es buen comprador y buen pagador, pero parece que tiene problemas de liquidez porque allí los consumos deben de estar como aquí en pandemia cuando cerraron los bares». Un problema serio también para esta pequeña bodega, que solía mandarle pedidos cada pocos meses y no ha podido sacar ninguno desde agosto, cuando de ese país depende casi una cuarta parte de su negocio, centrado en más de un 90% en el exterior. «Toca reinventarse para pagar facturas» porque al final, en la cadena comercial, en cada eslabón, si uno no recibe ingresos de sus clientes, difícilmente puede asumir con normalidad los pagos a sus respectivos proveedores.
No es la única bodega vallisoletana que está sufriendo una situación parecida, y a Burgoa le consta que las hay de otras provincias, igual que los problemas también afectan a otros sectores. Los ha tenido Queserías Entrepinares, por ejemplo, aunque ya no tanto: «En los primeros meses de conflicto, de octubre a diciembre, sí que vivimos un periodo de mayor incertidumbre, pero la situación se estabilizó para nosotros y ahora mismo producimos queso kosher con normalidad», apuntan fuentes autorizadas de la empresa a El Día de Valladolid. Sólo el año pasado vendieron allí 150 toneladas.
Tampoco es ajena al conflicto Curia Spain (antigua Crystal Pharma). Asume una actividad especialmente sensible como es la provisión de principios activos para la fabricación de medicamentos por parte de otras empresas, y con esa actividad se han librado de sufrir interrupciones en el envío de mercancías a Israel. No obstante, su logística sí se está viendo afectada, según reconoce, debido a que la aerolínea nacional israelí es la única que le acepta envíos actualmente.
Sin exportaciones de automóviles de Valladolid a Israel desde julio de 2023
El dato más llamativo lo aporta la automoción. Las estadísticas de comercio exterior que publica el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo reflejan que desde Valladolid se exportaron automóviles a Israel por valor de 13,2 millones entre enero y junio de 2023, una cantidad que, en comparación con ese mismo periodo de años pasados, sólo superó en 2001 (15,3 millones) y 2016 (14,7). Sin embargo, ya desde julio de 2023, y al menos hasta el pasado febrero (el último mes con datos publicados), coincide que no se ha enviado un solo coche ni facturado nada por este concepto. Cero operaciones y cero euros en ocho meses como mínimo, después de que en el último parcial semejante (de julio de 2022 a febrero de 2023) se contabilizaran exportaciones de automóviles por valor de 14,7 millones. El Día preguntaba esta semana a Renault sobre este asunto, por conocer si un bajón tan drástico responde a una cuestión coyuntural o estratégica o se debe al conflicto, pero no obtuvo respuesta.
Michelin sí que informaba ya en diciembre de varias paradas de producción, tanto a finales de ese mes como en enero, por falta de suministro de caucho natural debido a los problemas colaterales por ataques a barcos de las rutas comerciales que atraviesan el Mar Rojo, aunque las exportaciones de neumáticos de Valladolid a Israel se han mantenido en niveles altos, con 2,2 millones (2.250.721,80 euros) en ventas de octubre de 2023 a febrero de 2024; por encima incluso de ese mismo parcial entre octubre de 2022 y febrero de 2023 (2.121.302,96).
Mientras, desde Horse (titular de la factoría vallisoletana de Motores que hasta julio de 2023 aún era sólo de Renault y que ahora opera bajo la firma resultante de la alianza de la compañía gala con la china Geely) reconocen «afección» por la crisis del Mar Rojo, «sobre todo por el suministro de materias primas y algunas piezas que han tenido que desviar la ruta», si bien relativizan las consecuencias al apuntar que la gran mayoría de sus exportaciones se dirigen a Marruecos y Europa. Iveco, por su parte, informa de que no envía nada de Valladolid a Israel.
Cierto también que coincide que las exportaciones de automóviles de España a Israel cayeron más de un 60% en el segundo semestre en comparación con el primero; pero un 100% en el caso de Valladolid, para quedarse así en blanco después de un primer semestre que prometía.
No en vano, el volumen total de las exportaciones de empresas de Valladolid a Israel se ha desplomado un 70% desde octubre. Desde ese mes hasta el pasado febrero suman 5,8 millones en ventas (5.894.059,57 euros, exactamente) frente a 19,7 millones (19.714.899,37) en ese intervalo del ejercicio anterior (de octubre de 2022 a febrero de 2023). Las importaciones también han bajado, pero apenas un 5%: de 3.274.615,81 euros entre octubre de 2022 y febrero de 2023 a 3.094.933,40 euros en ese intervalo más reciente.
Cifras
Israel se encuentra entre los 30 países con mayor peso específico para el comercio exterior de Valladolid. A lo largo del año pasado hubo 40 empresas de la provincia que exportaron productos allí por valor de 26,2 millones y 59 que importaron por 12,6; aunque hoy no son pocas las que declinan hablar de ello, e incluso niegan relación pese a figurar en registros oficiales, al sentirse bajo el foco de quienes censuran la violenta reacción israelí a los ataques de Hamás y reclaman que se corten relaciones. De hecho, sólo en los dos primeros meses de este año se han contabilizado ventas allí de 13 empresas y compras por parte de 22.
Por el volumen económico de las exportaciones, Israel fue el vigésimo octavo país más importante para Valladolid el año pasado y llegó a ser el décimo sexto en 2016, el único ejercicio en el que la factura en ventas fue superior a la de 2023 pese al desplome del segundo semestre. Asimismo, por importaciones venía de ser el vigésimo séptimo en 2022 y bajó seis puestos en 2023.
En comparación con el resto del país, de 52 provincias, comunidades uniprovinciales o ciudades autónomas, sólo 14 exportaron a Israel más que Valladolid el año pasado, y sólo 13 la superaron en importaciones.
La automoción, una vez más, se erige en clave al ser el sector que más ventas concentra, y por tanto el que determina en gran medida la tendencia de los números globales. De los 26,2 millones en exportaciones registradas el año pasado, más de la mitad (13,2) fueron de automóviles a pesar de que todas se concentraron en el primer semestre, y a esa cantidad se sumaron además 5,5 millones en neumáticos. El tercer capítulo fue el de leche y otros derivados lácteos, fundamentalmente quesos, con 2,1 millones, y a continuación los de cereales (maíz, 1,5 millones); plásticos y sus manufacturas (836.491,1 euros); muebles, sillas y lámparas (966.338); gallos y gallinas vivas (836.491,56); máquinas y aparatos mecánicos, principalmente centrifugadoras de depuración de agua (411.335); vino (198.607); productos químicos orgánicos (140.467); y aparatos ópticos o de medida (51.302), entre otros productos exportados.
En cuanto a las importaciones, el año pasado se compró mercancía a Israel desde Valladolid por valor de 12,6 millones (12.589.795 euros). Las principales partidas fueron en este caso de materias plásticas, sobre todo artículos de transporte, con 8,3 millones (8.323.704 euros); y de patatas frescas (4.045.940). En el resto de capítulos se facturaron cantidades inferiores a 100.000 euros, tal y como sucedió con máquinas y aparatos mecánicos (89.585), aparatos ópticos o de medida (66.549), joyería o bisutería (18.057)... Entretanto, lo que suceda ya en este 2024 a nivel de comercio exterior obviamente está por verse, pero sin remedio se verá condicionado por la evolución de una barbarie que, por encima de sus graves consecuencias económicas, ya deja un dramático balance de más de 34.000 vidas perdidas.