Don Juan Carlos cede su fajín

AGENCIAS
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Felipe VI recibe de manos de su padre, visiblemente emocionado, la insignia que lo convierte en el jefe supremo de los Ejércitos, en un sencillo acto celebrado en el Palacio de la Zarzuela

Don Juan Carlos impone el fajín de capitán general a Don Felipe - Foto: TWITTER DE LA CASA REAL

Felipe VI recibió ayer de manos de Don Juan Carlos el fajín que le convierte en capitán general de las Fuerzas Armadas, pasándole así el testigo de jefe de supremo de los Ejércitos, condición inherente al cargo de Rey, tal y como establece el artículo 62 de la Constitución.

Este sencillo acto, celebrado en la Sala de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, fue el primero del día de la proclamación del nuevo Monarca, que después juró su cargo y pronunció su primer discurso como jefe del Estado en el Congreso de los Diputados.

Don Juan Carlos impuso emocionado la insignia a su hijo al que, acto seguido, dio un abrazo. En Soberano se dirigió después a saludar a su familia, empezando por la Reina Doña Letizia, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, la Reina Doña Sofía, la Infanta Elena y Felipe Juan Froilán. La hermana mayor de Felipe VI le hizo una reverencia, así como también su hijo le mostró respeto con una inclinación de cabeza.

En el acto estuvieron presentes el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez; y los jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Jaime Domínguez Buj; del Ejército del Aire, general Javier García Arnaiz; y de la Armada, almirante Jaime Muñoz Delgado; así como el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.

Con el fajín, el nuevo Monarca completó el uniforme militar que lució durante el resto de los actos de la jornada. El traje, de gran etiqueta del Ejército de Tierra, consta de una guerrera azul con tirilla y puños blancos, pantalón azul, zapatos y calcetines negros, guantes blancos, gorra de plato azul y condecoraciones.

Este símbolo es una prenda que solo llevan los generales en sus uniformes y que se impone en las ceremonias de ascenso. Los fajines son todos iguales y lo que les distingue son los entorchados. El capitán general es el único que lleva cinco entorchados.

Así, solo Juan Carlos I y Felipe VI han llevado en sus trajes la cinta con cinco entorchados, a excepción del exministro de Defensa Manuel Gutiérrez Mellado, a quien a principios de los 90 se le concedió el título honorífico de capitán general y, por tanto, también tuvo una de estas características.

Las primeras noticias que existen del uso de las bandas y fajas utilizadas por el Ejército español se remontan a la época de las guerras de Italia, en el siglo XVI, si bien su representación iconográfica que llega hasta nuestros días se recoge de grabados, cuadros y documentos pertenecientes al reinado de Felipe IV.

Con la llegada del siglo XIX, concretamente en 1815, se reguló su uso, determinando la forma de las borlas, que casi sin variaciones ha llegado hasta hoy. Unos años después, en 1844, se suprimió el uso de las fajas de cualquier tipo que no fueran las de general o de Estado Mayor.

En el Congreso.

El Rey y la Reina, acompañados de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, presidieron a las puertas del Congreso su primer desfile militar, en el que participó la Agrupación de Honores constituida con motivo de la proclamación, a la que el nuevo jefe del Estado pasó revista a su entrada al hemiciclo.

Nada más dar por concluida la sesión de las Cortes, tras el discurso de Don Felipe, los miembros del Gobierno, diputados y senadores se apresuraron a salir del Congreso para ocupar el espacio que se les había reservado a ambos lados de la escalera del Palacio.

Minutos después dio comienzo el acto castrense, que los nuevos Monarcas presidieron desde la Puerta de los Leones, y en el que participaron 414 efectivos de los Ejércitos de Tierra, Aire, la Armada y la Guardia Civil.

Junto a Don Felipe se situó su hija mayor, mientras que la Infanta Sofía siguió el evento al lado de su madre, Doña Letizia. Ambas niñas agacharon la cabeza, como manda el protocolo, al paso de la bandera nacional. Y cada compañía proclamó un Viva España a su paso frente a la Familia Real.

Concluido el desfile, la Reina cogió a sus hijas de la mano y el Soberano se despidió del presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy. Tras saludar al público congregado en la zona, que ondeaba banderines nacionales y profería gritos de Viva el Rey, Don Felipe y Doña Letizia se montaron en el vehículo oficial con el que realizaron el itinerario por el concurrido centro de la capital.