La Audiencia de Valladolid ha confirmado la condena de un año y medio de prisión impuesta a un varón con iniciales B.B. por delito de robo con fuerza en casa habitada, inmueble que había compartido con la que había sido su pareja sentimental durante una década y donde se apoderó de un ordenador propiedad de ella.

La condena desestima el recurso de apelación interpuesto por el condenado y confirma en todos sus términos el fallo anterior dictado el pasado día 1 de abril por el Juzgado de lo Penal no 3 de Valladolid, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

La resolución judicial ratificada, en la que se aplica al condenado la atenuante muy cualificada de reparación del daño, incluye la correspondiente indemnización a determinar en ejecución de sentencia y la prohibición del condenado de aproximarse a menos de 300 metros de la denunciante, su domicilio o su lugar de trabajo durante tres años y la imposibilidad de comunicarse con ella por cualquier medio durante idéntico periodo.

Los hechos se produjeron el 6 de julio de 2023 en la vivienda que el condenado B.B. compartía en el barrio de Las Flores de Valladolid con la que hasta el mes de marzo había sido su compañera sentimental durante diez años y con la que tenía un hijo en común.

PISO COMPARTIDO PERO SOLO ELLA DORMÍA EN ÉL

Pese a su separación, cada uno de ellos pasó a hacer vida separada y tan solo compartían espacios en la vivienda, en la que solo pernoctaba la mujer, quien mantenía espacio de privacidad sobre el interior de la vivienda, hecho conocido por él.

Sin embargo, tal y como consideró probada la sentencia de primera instancia ratificada ahora por la Audiencia de Valladolid, al encontrarse B.B el 6 de julio de 2023 las cerraduras cambiadas de la vivienda, sobre las 09.42 horas procedió a entrar en ella a través del patio, a sabiendas del sistema de alarma activado que existía.

En su entrada, golpeó una cámara de grabación para que dejara de enfocar hacia la puerta de entrada a la vivienda, desmontó las puertas correderas y forzó la persiana que cerraba la misma para acceder al interior, donde, de una habitación de uso privado de su ex, se apoderó de un portátil con el que abandonó el inmueble.

En el fallo no queda acreditado que la cámara de grabación quedara inutilizada y fuera sustituida por otra diferente, a lo que se añade que en fechas posteriores B.B. devolvió el ordenador a su propietaria, de ahí la atenuante aplicada de reparación del daño.