Las Delicias vive una 'tregua' tras los incidentes del verano

Ó. F.
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El incremento de presencia policial, con más identificaciones, cacheos y sanciones, logra mitigar los conflictos en la calle respecto a hace unos meses, aunque los agentes no bajan la guardia

Un furgón de la Policía Nacional gira desde la avenida de Segovia a la calle General Shelly. - Foto: J. Tajes

Las Delicias parece empezar a disfrutar de una pequeña tregua después de un verano especialmente complicado, con frecuentes incidentes que hicieron que el barrio fuese noticia más veces de lo que a muchos residentes les hubiera gustado. No obstante, en las últimas semanas, según aseguran los comerciantes y vecinos consultados por El Día de Valladolid, la situación parece haberse calmado un poco, aunque eso no signifique que en ocasiones, de forma más aislada que antes, vuelvan los conflictos. Un claro ejemplo es el registro policial que se produjo esta semana en una tienda de ultramarinos ubicada en la esquina de la avenida de Segovia con la calle Ebro, que se saldó con la detención de una persona y la incautación de varias armas blancas por parte de la Policía Nacional.

El incremento de presencia policial en las últimas semanas parece empezar a dar sus frutos. Un simple paseo por el barrio sirve para comprobar el continuo ir y venir de coches patrulla y motoristas. Un extremo que reconoce el propio subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, y que es una respuesta a la «alarma social» generada en el barrio.

Hay otros factores que influyen, tal y como reconocen algunos comerciantes. Por ejemplo, el hecho de que empiecen a bajar las temperaturas provoca que muchos jóvenes que en verano estaban en la calle, «bebiendo casi todo el día», con las consecuencias que eso tiene, ya no estén por allí. Especialmente en la plaza de Lola Herrera. Porque el alcohol ha estado detrás de muchas de las peleas e incidentes que vivió el barrio de forma continuada hace pocos meses. Con todo, y pese a esta mejoría, Canales reconoce que hay cierta conflictividad en el barrio, y en buena medida, con población foránea implicada, pero también defiende que la Policía siempre ha actuado allí donde se la ha requerido, con un incremento notable en las últimas semanas de identificaciones, cacheos y las correspondientes sanciones administrativas cuando procede. «Firmo muchas al cabo del día, pero de Las Delicias y de otros muchos sitios que no son Las Delicias», puntualiza Canales, que considera que el foco mediático también tiene mucho que ver con la «alarma social» generada.

El propio Canales reconoce que ha visitado el barrio de paisano y ha charlado con algunos comerciantes, sin identificarse, para comprobar que no tenían sensación de inseguridad. En este sentido, El Día de Valladolid hizo lo propio esta semana y comprobó que la mayoría de los comerciantes consultados dijo estar ahora en una situación más tranquila, en contraste con otra visita similar realizada a finales de julio, en pleno apogeo de los incidentes. «Sé lo que leo en el periódico, porque verlo, yo no lo he visto, aunque sí que pasan cosas por Las Viudas... pero eso ha pasado siempre», dice la dueña de una mercería de General Shelly. En el mismo sentido se expresó el dependiente de una farmacia de Caamaño. «Alguna discusión, pero nada más», señala antes de aclarar que lleva más de 30 años en el barrio.

Por su parte, el dueño de una carnicería de General Shelly también asegura que no ha tenido problemas porque su clientela es la de «toda la vida», pero sí reconoce que es habitual escuchar hablar sobre incidentes en la plaza de Lola Herrera y él los ha visto alguno en los negocios de enfrente de su calle. El mismo relato que el de la joyera que tiene al lado. «Hace meses salió en los medios una redada que hubo en esta calle, con policías corriendo por ahí, pero nada más… creo que la zona más conflictiva está más para allá», dice en referencia al entorno de la calle Hornija y parte de Caamaño.

Bien es cierto que no hay unanimidad. Otro carnicero de esa zona dice que él no ha tenido problema en el negocio. «Pero por aquí, en los alrededores, todo lo que quieras y más», añade. «El barrio está cambiando, cada vez hay más inmigración y lo que es curioso es que nadie trabaja», señala, mientras un cliente afirma con la cabeza y añade que en la parte donde él vive, la más cercana a San Isidro, hay mucha gente joven que se reúne para pasar la tarde bebiendo alcohol. El dueño de esta carnicería también asegura que a un negocio recién abierto a unos metros de allí le rompieron los cristales en tres ocasiones antes de empezar a funcionar.

Es cierto que en muchos de esos relatos se hace referencia al incremento de la población foránea, especialmente magrebí, pero el subdelegado del Gobierno huye de criminalizaciones y hace un llamamiento para que todas las administraciones trabajen de forma conjunta para terminar de normalizar la situación. Además, Canales recuerda que Valladolid «está en la media española en cuanto a efectivos policiales, pero está 15 puntos por debajo de la media española respecto al índice de criminalidad».

«Las redes sociales hacen que  estos problemas se magnifiquen»

Vaya por delante que el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, sí que reconoce que existe cierta conflictividad en el barrio de Las Delicias, especialmente en los últimos meses. Ahora bien, después de visitar en persona el terreno, también se cuestiona si la «alarma social» que se ha generado es proporcional a la situación del barrio. Y en ese punto tiene muchas más dudas. Según él, las repetidas informaciones aparecidas en prensa y, sobre todo, la viralización de algunos vídeos de peleas e incidentes en Internet han generado una imagen un poco distorsionada. «Ahora tenemos muchos teléfonos móviles y todo se graba y se sube a Internet, pero hay que tener en cuenta que las redes sociales hacen que este tipo de problemas se magnifiquen y parezcan más de lo que realmente son, aunque ya de por sí sea grave que dos personas peleen, y más si sacan un arma blanca», explica.

Una reflexión que llega después de varios vídeos que se publicaron en redes sociales y medios de comunicación sobre peleas en varios puntos de la avenida de Segovia o el de un joven sentado en la cornisa de un edificio de la calle Aaiún, lo que obligó a movilizar a los Bomberos.

Canales incide en que el efecto de estas imágenes es muy potente entre los vecinos. Y pone como ejemplo lo sucedido hace poco con otro incidente en una discoteca en el centro de la ciudad, en el que varios jóvenes patearon a otro en la cabeza hasta dejarlo inconsciente. Un vídeo que contenía unas imágenes muy duras y que también acabó haciéndose viral.

Y ante la proliferación en las últimas semanas de noticias sobre incidentes en el centro, el subdelegado del Gobierno consultó con responsables policiales si la situación estaba empeorando. Y la respuesta que obtuvo es que es la misma de siempre, pero con más foco mediático. Unas «rachas» que también se produjeron, según él, con algunas informaciones que se publicaron recientemente, en un escaso margen de tiempo, sobre incidentes ocurrido en Medina del Campo.