El fiscal en el juicio con jurado por el crimen de 'La Fiestuki' ha solicitado este jueves una condena de veintiún años de cárcel para el principal encausado, el salmantino Rubén A.S, al considerar probado que la madrugada del 1 de agosto de 2022 acabó con la vida de otro joven de un tiro de pistola tras una discusión que se inició entre ambos dentro del citado establecimiento, sito en la localidad vallisoletana de La Cistérniga, y que continúo en la calle.
En su informe final, el acusador público ha pedido a los integrantes del tribunal de jurado que no se dejen embaucar por la versión exculpatoria de Rubén en la que éste, además de declararse inocente y sostener que el autor del crimen fue una tercera persona cuya identidad se niega a desvelar por encontrarse amenazado, destacó igualmente los graves problemas de adicción a las drogas que han arruinado su vida familiar. "Es un lobo con piel de cordero, no se confíen", les ha advertido.
De hecho, el acusador público ha recordado el carácter extremadamente violento de Rubén, el mismo que el día de autos le llevó, como así mantiene, a descerrajar un tiro a no más de un metro de distancia a Brayan L.C, de 27 años, en el exterior de la 'disco', en la carretera N-122, en las proximidades del aparcamiento del referido local, y que también está detrás del maltrato y vejaciones sufridos por su entonces pareja y compañera de banquillo, Carmen S.S.
El fiscal del caso, en declaraciones recogidas por Europa Press, entiende que los hechos han quedado plenamente probados--le imputa asesinato, amenazas y tenencia ilícita de armas y solicita ahora una condena global de 21 años--y por ello ha mantenido casi en su totalidad su petición de penas, con la única excepción de la leve rebaja de un año aplicada al delito relativo a la pistola tras acreditar expertos en balística de la Guardia Civil que ni él ni su pareja, a la que ahora pide un año en lugar de los dos años y medio iniciales, no borraron el número de registro del arma sino que la misma salió de fábrica con esta importante anomalía.
También ha recordado que las dos personas que incriminan directamente al acusado como autor del asesinato, Alberto S. y Tamara P, quienes fueron amigos de Rubén, tuvieron que declarar en el juicio tras un biombo en calidad de testigos protegidos al haber recibido graves amenazas e incluso el primero una paliza el pasado mes de febrero, presuntamente relacionada con este juicio, en la que sufrió la fractura de dos costillas.
"Es importante destacar que Tamara empezó a recibir vía Whatsapp mensajes amenazantes no antes del crimen sino a posteriori, desde el mismo día 1 de agosto y siguientes para que guardara silencio sobre lo ocurrido y otros en términos de 'ya sabes que las cuentas conmigo se pagan muy caras'", ha traído también el fiscal a la memoria de los miembros del jurado.
Pero además, el acusador público ha pedido iniciar acciones por falso testimonio contra el dueño de la 'disco' de La Cistérniga y dos de sus empleados por haber testificado en el juicio "faltando manifiestamente a la verdad" cuando, pese a presenciar los hechos a pocos metros de distancia, exculparon a Rubén y aseguraron que la persona que acabó violentamente con la vida de su oponente era otra persona a la que no conocían.
"Se han mostrado olvidadizos y renuentes a declarar", ha censurado, en el sentido de que no solo señalan a otro como el autor sino que también niegan ahora que el asesino les amenazara con matarles tras el crimen si no le franqueaban la puerta del recinto para que pudiera escapar a bordo de un automóvil con Carmen.
Investigación deficiente
En el lado opuesto, las defensas de Rubén y Carmen han mantenido su petición absolutoria por falta de pruebas y tras advertir de que la investigación de los hechos realizada por la Guardia Civil fue "confusa y deficiente", en palabras del primero, al no haber profundizado en una serie de detalles de vital importancia para el esclarecimiento real de lo ocurrido.
En este sentido, el letrado de Rubén, además de destacar en tono irónico la "brillante intervención del fiscal por su inventiva", ha recordado que los únicos "testigos directos", el titular y dos empleados de 'La Fiestuki', han exculpado a su patrocinado en el acto de juicio oral, de la misma forma que tras lo ocurrido realizaron en sede judicial y durante una rueda de reconocimiento, mientras que la única incriminación contra su cliente la realizan Alberto y Tamara, "testigos de referencia".
El defensor ha puesto en tela de juicio precisamente el testimonio de Alberto S, la persona a la que su cliente atribuyó en el juicio la propiedad de la pistola. "Tanto Alberto como Tamara llegaron a figurar como investigados y fueron detenidos, con lo que no es de extrañar que el primero trate ahora de apartarse de la causa para que no le salpique la propiedad del arma implicada en el crimen", ha apuntado el letrado.
En su informe final, el defensor también ha criticado que la Guardia Civil no investigara a otras muchas personas que la noche de autos llegaron a La Cistérniga desde Salamanca tanto en el coche ocupado por Rubén como en otro, entre ellos Paco, Mata y, sobre todo, un tal Alan, quienes ni siquiera han sido llamados al juicio para poder ser interrogados, así como que no se llegara a realizar un retrato robot con las características físicas del verdadero responsable del hecho.
A su vez, el representante legal de Rubén no se explica cómo es posible que la secuencia de los hechos fueron grabadas por distintas cámaras de seguridad del local y, sin embargo, "no se hayan aplicado las últimas tecnologías para aclararlas a fin de identificar a los responsables. Nosotros seguimos sosteniendo que el autor es una tercera persona que no se ha podido identificar por una investigación que no ha llegado al fondo del asunto", ha sentenciado el letrado del principal acusado.
Expuestos los informes, en los que los defensores piden que, en caso de condena, se aplique a sus patrocinados la eximente derivada del trastorno sufrido por la ingesta de drogas prolongada en el tiempo, está previsto que el magistrado presidente del tribunal se reúna esta tarde con las partes para pergeñar de forma definitiva el objeto del veredicto o cuestionario que será puesto en manos del jurado en las próximas horas y que decidirá el futuro de los acusados.