Ignacio Miranda

Riendas en banda

Ignacio Miranda


Fermento de fe

18/10/2024

Entre tanta crispación política, tanta querella de ida y vuelta, tanta imputación cuestionada, a menudo se nos pasan inadvertidas efemérides con verdadera enjundia. Evocaciones en las que pesa más el fondo que la forma. El pasado 15 de septiembre, la diócesis de Zamora celebró los 850 años de la dedicación de su catedral. Ahí es nada. Porque un día de finales de verano de 1174, tras cinco lustros de obras para colocar piedras y sillares y labrar capiteles, el obispo de entonces -llamado Esteban- consagró el templo primigenio del Salvador, románico, al que se añadieron elementos posteriores. 

El actual prelado, Fernando Valera, repitió el ritual de ungir, incensar y asperjar mediante hisopo los muros, para después, en la homilía, meditar sobre el significado profundo de esta celebración. En medio del laicismo creciente y la ignorancia sobre conceptos básicos de la religión cristiana, que es una de las bases de nuestra cultura y civilización, los sacerdotes tienen por delante un papelón a la hora de predicar. Monseñor Valera, murciano de Bullas, destacó que la seo no es solo un edificio de piedra, sino un lugar de vida y de espíritu, un espacio de encuentro con Dios, una monumental obra que se hizo -como todos los templos, del más modesto al más grandioso- para alabar el nombre del Señor. 

Unas afirmaciones que descolocan al hombre de nuestro tiempo, frívolo, banal y aquejado de una preocupante pobreza espiritual. Por eso, animó a que tanto fieles como no creyentes sientan la catedral como algo suyo, algo que han interiorizado generaciones y generaciones de zamoranos. Desde su llegada a la diócesis en 2020, Valera ha hecho de la gestión del patrimonio una de sus prioridades, no solo en términos de conservación, sino de aprovechamiento como un recurso que puede incrementar el atractivo turístico. Así, han surgido la Fundación ZamorArte y el proyecto La Milla Románica. Una iglesia local como un activo social porque, como explica el mitrado, «la fe debe buscar la manera de ser fermento en la sociedad, para echar una mano al desarrollo integral de esta tierra». Ita sit.