Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


Los barrios también existen y exigen más inversiones

24/11/2024

El centro urbano o casco histórico suele ser la cara más visible y reconocible de las ciudades. También suele ser el espacio que acoge más personas diariamente circulando por sus calles, ya que a los vecinos que acuden para realizar compras, pasear o consumir en sus establecimientos hosteleros se suman los visitantes que llegan con intención de conocer los monumentos y otros atractivos turísticos. Pero en ocasiones olvidamos, sobre todo las administraciones públicas, que la mayor parte del municipio lo conforman los barrios, algunos grandes y otros pequeños, algunos populosos y otros en crecimiento… pero todos ellos con muchas personas que tienen necesidades y reclaman infraestructuras y dotaciones, algunas ya casi de carácter histórico.
El Ayuntamiento de Valladolid tiene cuentas pendientes con los barrios desde hace años, incluso décadas. No es una tarea solo del actual equipo de gobierno, que también, sino que viene de atrás. Todo el mundo entiende que el dinero de los presupuestos es limitado y hay que priorizar los proyectos a los que se destina, pero no puede ser que siempre queden en los últimos puestos de la lista los que afectan a zonas de la ciudad con mayores necesidades. Hay que elaborar unas cuentas con equidad, que distribuya los recursos en función de variables más allá de rentabilidad política en votos. Por supuesto que el centro de la ciudad debe lucir hermoso, limpio y bien dotado, pero también lo es que los vallisoletanos cuenten con instalaciones deportivas, parques públicos, centros para mayores y dependientes, calles limpias y dotaciones suficientes.
Aún no conocemos el proyecto municipal de presupuestos para el próximo año -supongo que no tardaremos ya-, pero deberían dar un fuerte empujón a las actuaciones previstas en el capítulo de presupuestos participativos, que recogen actuaciones en varias zonas de la ciudad elegidas por los propios vecinos tras una votación popular. La última vez que decidieron los vallisoletanos fue en 2023 y se comprometieron 10 millones para su ejecución entre este año y el que viene, aunque de momento tan solo dos de ellos se han materializado, según un estudio realizado por el grupo municipal de Toma la Palabra. Queda por tanto el 80 por ciento de la inversión para acometer en un solo ejercicio. 
No soy muy optimista al respecto de que se consiga cumplir con estos presupuestos participativos, a pesar de que casi todos son actuaciones que suponen pequeñas inversiones, pero que a veces solucionan grandes problemas o necesidades. Para ser justo, este incumplimiento palmario viene acumulándose desde hace años y no se trata solo de echar en cara al actual equipo de gobierno o al anterior que no ejecuten sus propios compromisos, sino que los vecinos desconfían cada vez más de la palabra de sus gobernantes. Por ello sería importante un fuerte impulso a iniciativas que, en muchos casos, suponen el arreglo de una acera levantada por las raíces de los árboles, el cambio de los columpios en un parque o el reasfaltado de una calle con el pavimento muy deteriorado. Algunos pensarán que son minucias, pero quienes lo sufren todos los días también tienen derecho a ser escuchados y atendidos. 
Por otro lado, las federaciones de vecinos también reclaman otros equipamientos o infraestructuras importantes para la ciudad. La construcción de un centro permanente de congresos, el problema de la vivienda o la mejora del servicio de transporte público son asuntos en los que debería haber un diálogo entre nuestros representantes políticos y otros sectores de la población, entre los que se encuentran estos colectivos. A pesar de que el asociacionismo no es masivo y que en muchos casos existe una evidente falta de recursos humanos y económicos, la labor de cohesión que realizan en los barrios es muy necesaria y para el Ayuntamiento son una fuente transmisora de la opinión, valoración y necesidades de la población.