Cuidar niños, o sobre todo personas mayores, y las labores de hogar en general destacan entre las alternativas laborales más habituales de las mujeres inmigrantes que llegan sin papeles o sin saber español. No en vano, un entorno doméstico se libra de las inspecciones de un centro de trabajo convencional; y trabajo no falta en ese sector.
Vimala Maliyekkal ha vivido dos etapas en Valladolid: de 2008 a 2019, año en que volvió a India; y desde 2021 hasta hoy. Y aunque llegó por primera vez con apenas 28 años y una licenciatura de Comercio bajo el brazo, a las pocas semanas encontró un trabajo de interna en la casa de una familia con la que convivió durante cinco años; y siempre, todo el tiempo que ha pasado en la ciudad, ha sido cuidadora doméstica o empleada de hogar en esa casa (después ya como externa) y en otras. Su principal barrera, cómo no, el idioma: «Les pasa a casi todas las mujeres de mi país que vienen, que han estudiado y tienen buena formación, pero si no hablas bien español es difícil hacer otra cosa». Ella lo aprendió teniendo de profesores a los miembros de aquella primera familia, aunque todavía le cuesta.
Sin embargo, «en India se gana poco» y su trabajo de cuidadora y limpiadora en distintas casas, sumado al de su marido en una fábrica, les da para pagar la carrera de Medicina de su hija mayor en Georgia y mantener aquí a la menor, que nació estando ya en Valladolid en 2013. Vimala no descarta retornar a India cuando la pequeña cumpla 18 pero, pase lo que pase, entretanto, «felices» en esta ciudad, «un buen lugar para trabajar» aunque la posibilidad de dedicarse a algo relacionado con lo que estudió la siga viendo muy lejana.