El director general de Patrimonio Cultural, Juan Carlos Prieto, presentó hoy, junto al prior del Convento de San Pablo, Carmelo Preciado, los trabajos realizados en la iglesia conventual que, impulsados por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, han tenido un coste de más de 450.000 euros, financiados con fondos del programa Next Generation de la Unión Europea.
Esta intervención se ha centrado en la recuperación de las condiciones de estanquidad de los paramentos del ábside de la iglesia de San Pablo, además de los muros y cubiertas del Crucero Norte y del camarín. Se atendió también a la limpieza y restauración de los paramentos exteriores del ábside, del crucero Norte y del cerramiento sur del propio ábside, con la reconstitución de las aristas y volúmenes perdidos de cornisas y botaaguas, según recoge Ical.
Asimismo, se realizó el desbroce, limpieza y colocación de las piedras de coronación de los contrafuertes de ladrillo que se encontraban desplazadas por la vegetación y provisionalmente sujetas con una malla por peligro de desprendimiento, y también se ejecutó una cubrición con plomo para evitar la entrada de agua en los mismos. Se recuperó el volumen original del exterior del ábside demoliendo un elemento ajeno, como era un cobertizo, así como la percepción de los volúmenes de las molduras y columnillas de los huecos de las vidrieras y de su color de pátina original.
Iglesia de San Pablo. - Foto: IcalEn el exterior, se procedió a la limpieza exterior y restauración del camarín, incluyendo el escudo de piedra, único atribuido al obispo Fray Alonso de Burgos, que se conserva en su integridad, ya que los demás habían sido retallados por el Duque de Lerma para lucir sus propias enseñas. En el interior se abordó la sustitución de las vidrieras y la iluminación de las pinturas medievales, y se han sustituido las vidrieras de pavés instaladas en 1961 por unas nuevas vidrieras de vidrio catedral emplomado acorde con la iglesia gótica.
Además, se han colocado protecciones ventiladas mediante cámara en las nuevas vidrieras del ábside y protección de mallas desplegadas superpuestas en las vidrieras del crucero norte. Las nuevas vidrieras buscan una imagen discreta y alusiva a la iglesia y a la Orden, ya que la iconografía de la vidriera original no se conoce. La simbología utilizada en el diseño de las nuevas vidrieras está inspirada en la Orden de Predicadores de los Padres Dominicos: la cruz de la orden, el can con la antorcha en la boca que ilumina las acciones del propio Santo Domingo y la estrella que representa el guía y faro entre todos los planetas.
Para la recuperación de la lectura del conjunto interior se ha instalado una iluminación LED indirecta en los huecos cegados de la parte baja del ábside donde se encuentran las policromías de origen medieval.
Diversas actuaciones en los últimos años
La iglesia de San Pablo, ubicada en la plaza del mismo nombre, se encuentra en el casco histórico de la ciudad de Valladolid, donde los padres Dominicos ofician el culto. Junto a este edificio se ubicaba el convento de la Orden y el Colegio Mayor San Gregorio. Permanece abierta para el culto de manera continua, acogiendo celebraciones y liturgias religiosas. Esta iglesia formaba parte de un conjunto monumental que se extendía por toda la Plaza del Palacio Real (hoy en día Plaza de San Pablo) y el mencionado Colegio de San Gregorio, destacados en la vanguardia arquitectónica europea de los siglos XVI y XVII. Fray Alonso de Burgos reedificó, a finales del siglo XV, la mitad de la actual fachada, hasta por encima del actual óculo y, posteriormente, se realizó la construcción material del conjunto da bandas horizontales y calles verticales que remató el Duque de Lerma, junto con las torres, a comienzos del siglo XVII.
En los últimos años, la Consejería ha realizado sobre el edificio diversas actuaciones por un valor total de 4,7 millones de euros, como la restauración de la fachada principal, finalizada en 2010; la intervención sobre las cubiertas de las naves laterales y del brazo sur del crucero de la Iglesia de San Pablo, con la restauración de los paramentos exteriores del Relicario, en el año 2015; y en 2018, se realizó la restauración de una parte del ábside Norte con el descubrimiento de las pinturas sobre los antiguos huecos de las vidrieras en el paramento interior del ábside.
La evolución arquitectónica del monumento es compleja y no suficientemente documentada. El templo consta de una nave central con cinco capillas a cada lado, crucero, y cabecera con tres ábsides. El estilo herreriano, predominante en las pilastras, pilares y espacio interior de los cinco primeros tramos del templo, oculta el gótico de las primitivas fábricas de la zona del coro, que sólo se hace visible en algunas bóvedas de la nave y capillas. El crucero y los ábsides todavía mantienen el estilo inicial gótico, a pesar de la larga decadencia del edificio durante el siglo XIX, que culminó con el derrumbe de las bóvedas del crucero en el incendio del año 1968, reconstruidas con hormigón armado.