Nuevas vidas lejos de casa

David Aso
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La mayoría de inmigrantes de la provincia vinieron por su cuenta, y en muchos casos sin papeles hasta que pudieron regularizar su situación pasados unos tres años, pero hay otras alternativas en marcha

Luis Alberto Jarquín (31 años) y Sergio Manuel Cerna (42), de Nicaragua, en la Plaza Mayor; Liliana Yamileth, de Honduras, en la plaza de Zorrilla; Dubier Alsate, de Colombia, en la Circular; Vimala Maliyekkal, de India, en la plaza de San Pablo. - Foto: Jonathan Tajes

Valladolid alberga el sueño de una nueva vida para miles de extranjeros, y también elllos son valorados por las empresas como la solución o el paliativo a sus problemas para encontrar mano de obra. Por el fondo de esta 'foto' de intereses mutuos siempre asoma el debate sobre las condiciones laborales que se ofrecen en ciertos sectores y sobre todo las económicas, pero es un hecho que la subida del SMI en los últimos años ya ha mejorado de forma notable las nóminas de los puestos peor pagados, mientras las dificultades para cubrir vacantes persisten.

Otra historia bien diferente es la del inmigrante sin papeles, condenado a malvivir unos tres años en penumbra antes de poder regularizar su situación (normalmente por la fórmula administrativa del arraigo social), y expuesto hasta entonces a la explotación laboral de la economía sumergida. Aunque la gran mayoría de los extranjeros que hoy son parte del mercado laboral de Valladolid, y pueden reclamar por ello los mismos derechos que cualquier español, fueron antes sin papeles por decidirse a venir sin red, a la aventura.

Una vía alternativa de llegada es la de las contrataciones en origen. El Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura, gestionado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, permite a las empresas agilizar esos trámites, aunque los puestos disponibles de antemano llevan años sin actualizarse y aportan muy poco, con sólo 83 llegadas a través de esta opción en 2024. Pero hay variantes como la del proyecto piloto que puso en marcha el Gobierno en Valladolid, en colaboración con Accem y la Diputación, y patrocinado por la empresa Cobra, para contratar trabajadores de cara a la construcción de plantas solares; y así han llegado casi 200 nicaragüenses a Valladolid en apenas año y medio. En diciembre de 2023 arribaron concretamente 72: 29 para trabajar en Cobra con contratos de un año, aunque, según valora el coordinador provincial de Accem, Diego Cebas, «la inmensa mayoría» sigue aún en esta empresa, ya como miembros de su plantilla. El resto eran familiares de los contratados inicialmente: ancianos, niños y también personas en edad de trabajar que «han encontrado sus propios empleos en los más diversos sectores». Y en vistas de los resultados, este mismo proyecto ha propiciado que, desde diciembre de 2024, hayan llegado 119 nicaragüenses más: 29 para trabajar en la construcción de plantas solares de Valladolid y 35 que «temporalmente» se han desplazado con Cobra a Teruel, más sus respectivas familias. Entre Accem y la Diputación se encargan de facilitar su integración y buscarles alojamiento tanto en pueblos de la provincia como, «fundamentalmente», en la capital y alrededores; y la experiencia ha sido «enormemente positiva», valora Cebas.

Por otro lado, destacan iniciativas como la del Hotel Escuela San Cristóbal, en La Cistérniga, que ya desde hace años forma en hostelería a personas en riesgo de exclusión, en colaboración con distintas organizaciones. El curso actual lo lleva a cabo con Accem, cuenta con 15 alumnos de cinco nacionalidades diferentes y, en total, desde la primera acción formativa que emprendieron ya pasaron por allí más de 200 personas. 

«La hostelería supone una fuente de oportunidades para las personas inmigrantes», destaca el director y promotor del Hotel Escuela San Cristóbal, Tomás Aller, al tiempo que recuerda que en esta iniciativa también participan españoles. «Las oportunidades son las mismas para todos y lo que marca la diferencia son las ganas de subirse al tren en marcha o no». Y el de la inmigración a la vista está que sigue acelerado.