El peso de la innovación varietal

SPC
-

Las mejoras en obtención han dado lugar a un incremento de la productividad del trigo de en torno al 220% en los últimos 50 años. Es necesario disponer de nuevos métodos para acortar plazos

El peso de la innovación varietal

España es un país con un enorme potencial agrícola en el que se pueden encontrar prácticamente todos los cultivos y producciones que existen, en parte gracias a la gran diversidad climática del país. Y cada uno de esos cultivos tiene sus propias particularidades, que condicionan su desarrollo y rendimiento.

Es el caso de la producción de cereales, leguminosas y proteaginosas, que en España tiene lugar de manera general en régimen de secano, de modo que las producciones finales están muy condicionadas por las precipitaciones que se registran cada campaña. Y respecto a esto, es evidente que los efectos de la crisis climática ya se notan de manera excepcional en los cultivos de secano -pero también en los de regadío-. Además, estas producciones se engloban dentro del concepto de commodities, lo cual implica que su valor está muy condicionado por los mercados internacionales. En estas circunstancias, los agricultores que los cultivan deben ajustar sus métodos de producción para obtener un mínimo rendimiento económico que asegure la actividad a lo largo de los años.

El sector en su conjunto -organizaciones de agricultores, cooperativas y empresas obtentoras de nuevas variedades- trabaja desde hace varios años para poner a disposición de los productores material genético innovador en cada una de las semillas de cereales, leguminosas y proteaginosas. Un buen ejemplo de ello es la iniciativa 'Grano Sostenible', que tiene un doble objetivo: por un lado, mejorar el conocimiento y la formación del agricultor en todo lo relativo a la importancia de la semilla en el desarrollo de los cultivos; pero también incrementar los fondos disponibles para investigar en busca de nuevo material más adaptado a un ambiente cambiante y que dificulta la producción de alimentos.

La obtención de una nueva variedad implica invertir un presupuesto importante durante un tiempo largo, con una gran incertidumbre sobre el resultado final. Cuando un agricultor compra una semilla certificada o paga el canon por reempleo de grano de su propia cosecha, está apostando por aumentar la investigación en estos cultivos y posibilitando que las semillas futuras tengan capacidad de hacer frente a las nuevas condiciones climáticas. En cualquier caso, el avance que se ha producido en mejora varietal en las últimas décadas es una cuestión indiscutible. Todo el sector quiere disponer de las mejores variedades y aprovecharse de unas características que permiten obtener mejores rendimientos.

A pesar de una paulatina reducción de la superficie de siembra     -en 15 años se ha reducido la tierra de labor unas 800.000 hectáreas que, en su mayor parte, han pasado a cultivos leñosos-, la cosecha total de cereales sigue manteniendo una tendencia al alza, más allá de los dientes de sierra que producen en España los períodos de sequía, como el ocurrido las campañas pasadas.

Esta tendencia positiva de la producción total se debe a varios motivos, entre los que se encuentra una mayor profesionalización del agricultor en el manejo de sus cultivos. Pero, sin duda, la investigación en nuevas variedades es la gran responsable de este hecho, tal y como ha puesto de manifiesto un informe del Instituto Cerdà. En él se concluye que las mejoras de la obtención vegetal han dado lugar a un incremento de la productividad del trigo de en torno al 220% en los últimos 50 años y de un 37% en los últimos 30. Esto, a su vez, ha hecho posible, entre 1990 y 2018, una producción adicional de 14,7 millones de toneladas de trigo blando en España, es decir, el 11,5% de la producción en este periodo.

En general, el éxito de una explotación de cultivos extensivos de secano en España pasa por ajustar mucho los gastos y no equivocarse con inversiones innecesarias. En este sentido, analizar las mejores variedades y su adaptación a las condiciones climáticas concretas de una explotación es una práctica deseable que debería llevarse a cabo todos los años por parte del agricultor.

El futuro de la producción de alimentos se enfrenta a muchas incertidumbres, tanto en el ámbito climático como de geopolítica. Todos los que están involucrados en él de una u otra manera necesitan aportar su granito de arena para poder disponer de las herramientas necesarias que aseguren el abastecimiento de alimentos al conjunto de la sociedad. En el futuro será necesario avanzar en nuevas normas de obtención de variedades vegetales que puedan acortar los plazos y reducir la inversión necesaria y harán falta herramientas digitales para aprovechar cada kilo de semilla que se utiliza en función del potencial productivo de cada metro cuadrado de parcela.

 

Qué es 'Grano Sostenible'.

Se trata de una iniciativa que pretende asesorar a los agricultores para que puedan mejorar la calidad de sus cultivos y aumentar la rentabilidad de sus explotaciones. Pero existen enormes dificultades y desafíos a los que solo se puede hacer frente uniendo esfuerzos. Por eso ASAJA, UPA, Cooperativas, Agroalimentarias de España y Geslive (filial de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales) trabajan conjuntamente con el fin de mejorar el conocimiento sobre las ventajas que aportan las nuevas variedades vegetales y también sobre la normativa vigente que regula el reempleo del grano para la siembra, además de promover el uso de semilla certificada. Asimismo, buscan facilitar la información al pequeño agricultor y fomentar la investigación. Promueven que se conozcan y valoren las nuevas variedades vegetales, conscientes de que aportan indudables ventajas para el agricultor, el consumidor y el medio ambiente.