El Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid no interrogará al único acusado del homicidio de Marcelina G.F., la mujer de 80 años que fue empujada en su silla de ruedas por una escalera el pasado 11 de junio, en una residencia de ancianos de Portillo y que falleció dos días después en el Hospital Clínico. El presunto autor es un septuagenario que padece una severa demencia y sobre el que los forenses han emitido un informe declarándole inimputable. Por lo tanto, no responderá ante la justicia desde un punto de vista penal, si bien sí podría hacerlo civilmente, con la indemnización a la familia de la víctima que se fija en estos procesos.
El informe pericial elaborado por los especialistas del Instituto de Medicina Legal determina que el anciano sufre un grave deterioro cognitivo –padece Alzheimer– y, por ello, no se halla en condiciones de declarar ante la juez y, de ahí, su condición de inimputable, según detallan fuentes jurídicas a El Día de Valladolid.
JURADO POPULAR
Esta decisión no conduce al archivo del asunto, ya que el Juzgado de Instrucción 5 ha ordenado seguir la tramitación de la causa, por el procedimiento de jurado popular, tal como ocurre en todos los delitos de homicidio. Por ello, el septuagenario sí llegaría a sentarse en un banquillo, pero nunca podría ser condenado a una pena de prisión.
Los hechos ocurrieron el jueves 11 de junio en las instalaciones de la residencia Tierra de Pinares, tal como adelantó este periódico el pasado 19 de junio. El relato de los testigos señalaba desde el primer momento al acusado, quien habría dado un empujón a la fallecida, de 80 años y con una discapacidad que la mantenía postrada en una silla de ruedas, lanzándola por unas escaleras de emergencia. La caída la ocasionó una serie de fracturas vertebrales y craneales que, pese a su inmediato traslado al Hospital Clínico de Valladolid, no consiguió superar. Finalmente, Marcelina G.F. falleció el sábado 13 durante una intervención quirúrgica.
La investigación de la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de Valladolid se inició el domingo 14 y sirvió para acusar a ese anciano, si bien nunca se le llegó a detener y solo hubo algún intento –en vano– de tratar de tomarle testimonio, que resultó imposible debido su grave deterioro cognitivo, según apuntan fuentes cercanas a la investigación, que hablan de una persona con un relato totalmente «incoherente».
EXHUMACIÓN DEL CADÁVER
La juez instructora tuvo que decretar incluso la exhumación del cadáver de la octogenaria fallecida, a fin de ordenar la práctica de la autopsia, ya que, inicialmente, el asunto se trató como una muerte accidental, pero no violenta, como luego pudo averiguar la investigación de la Guardia Civil.
El informe de la autopsia de la mujer fallecida habla de fracturas en cinco vértebras, así como de un traumatismo craneoencefálico, y vino a confirmar que la causa de la muerte habría sido ese violento empujón con un presunto ánimo homicida.
El anciano permanece desde el suceso en la misma residencia de Portillo, bajo un estricto control de los propios responsables de este centro. No ha prestado testimonio, ni lo hará ahora que se le ha declarado inimputable. Se descarta también su internamiento en otro tipo de centro.