El invierno no es la mejor época del año para los alojamientos rurales. De hecho, es normal que algunos cierren por descanso o para reformas o, simplemente, para ahorrarse unos euros (calefacción, luz...). El sector se prepara en estos meses para el inicio de la temporada, que coincide con uno de los momentos de mayor actividad, la Semana Santa.
Pero este sector, a pesar de estar ahora parado, como reconocen sus empresarios, ha crecido, y mucho, en Valladolid. La provincia, que estaba a años luz del resto de la Comunidad hace dos décadas, con 63 alojamientos para tan solo 576 plazas, según recoge el Boletín de Coyuntura Turística del portal de turismo de Castilla y León, cerró el año pasado con 217 y 2.243 plazas. Es decir ha triplicado sus cifras de viviendas y cuadriplicado las de plazas disponibles.
Aun es más, en 2004, sus 63 viviendas estaban muy lejos de las 408 de Ávila y eran la mitad que las de Soria (122) o tres veces menos que las de Palencia (170). El pasado diciembre, Valladolid cerró con 217, de nuevo en el furgón de cola, lejos de Ávila, aunque proporcionalmente más cerca (1.003), y recortando con Soria (396) y, sobre todo, con Palencia (257).
El número de establecimientos dedicados al turismo rural no ha dejado de crecer desde ese 2004, con 88 en 2005; 106, en 2006; y 124, en 2007, es decir duplicando cifras en apenas cuatro años. También las plazas: de 576 en 2004 a 1.269 en 2007. Y la tendencia ha sido similar en los lustros posteriores, con un pequeño receso entre 2013 y 2016, cuando se pasó de 200 viviendas a 179, aunque las plazas no variaron mucho (de 2.063 a 1.881).
La tendencia al alza del sector se ha visto ratificada desde 2017, llegando a esas 217 del pasado 2024, para 2.243 plazas. El Registro de Turismo de Castilla y León, actualizado al día, contabiliza 210 abiertas.
A estos números hay que añadir los de viajeros y pernoctaciones en alojamientos rurales. Así, el pasado año, 92.582 personas se decidieron por este tipo de turismo, con 145.237 pernoctaciones (y una estancia media de 1,57 días; con un grado de ocupación del 19,63%). Estos últimos datos ratifican la apuesta de esos 217 empresarios por el turismo rural, ya que desde 2020, el año de la pandemia, donde apenas 24.461 viajeros se decidieron por estas viviendas, con 45.885 pernoctaciones y un grado de ocupación inferior al diez por ciento (9,15%), todo ha ido hacia arriba.
«En general, el sector va en aumento», reconoce Luis Chico, presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid. Estos últimos meses han sido de promoción para la temporada que arranca en Semana Santa, con campañas de publicidad en Madrid y Canarias para atraer potenciales clientes de ambas zonas (aprovechando el AVE y el vuelo directo con las islas), concursos y sorteos en la capital española, presencia en Fitur e Intur, en mesas y coloquios. El pasado 2024, además, se celebró el Día del Turismo Rural en Castronuño, con la idea de «dinamizar» este sector en la provincia y aumentar el conocimiento de la imagen de marca de Valladolid Rural; y el VIII Foro de Turismo Rural, además de lanzar la guía de alojamientos y el folleto digital de alojamientos de turismo rural de la provincia. El sector está al alza.