Un modelo de gestión basado en la producción y el consumo responsables es el objetivo que lleva poniendo en marcha Mercadona desde sus inicios. Por ello, la compañía no solo trabaja en una economía circular, sino en reducir los residuos, siempre que sea posible, recuperar esa materia o introducirla de nuevo en el ciclo productivo. Un ejemplo de su labor en la optimización de los procesos y para que sean más sostenibles es su sistema de cajas del proveedor Logifruit, que tienen una vida de media de 8 años y cada una de ellas se puede reutilizar hasta 120 veces. De esta forma, es posible el ahorro de más de 200.000 toneladas al año de materiales de un solo uso. 

La compañía de supermercados ha consolidado su modelo de logística siendo cada vez más sostenible gracias a esta relación con Logifruit, que introdujo el palé de plástico higienizable, reutilizable y reciclable, así como la caja plegable para la distribución de fruta y verdura, que también es reparable y reciclable. Esta última permite grandes beneficios a la red de suministro porque en el espacio de una caja rígida entran tres plegables. Esto supone un ahorro de 96.710 trayectos de camiones al año, con la reducción también en el consumo de combustible y de emisiones de CO2 a la atmósfera.  

La colaboración entre Mercadona y Logifruit, además, incrementa la seguridad, la eficiencia y la agilidad en el transporte de la mercancía; optimiza el reparto de rutas; mejora el flujo de productos hasta el lineal; optimiza el volumen de entrega a proveedores y refuerza la trazabilidad. 

El sistema funciona también gracias a la logística inversa y a la denominada 'Estrategia del Ocho', cuyo objetivo es no transportar 'aire', es decir, que los camiones nunca viajen vacíos, siendo necesarios menos viajes con un menor impacto en el entorno.  

La dinámica es ágil y eficaz: los camiones llevan los envases usados al bloque, donde se revisan y se reparan cuando es necesario, enviando la pieza sustituida a reciclar. En pocos minutos los envases vuelven a estar listos, esto es, limpios, higienizados y paletizados, para volver al proveedor y de nuevo a las tiendas. Es un ejemplo claro de economía circular, en el que los materiales se mantienen en el ciclo productivo el mayor tiempo posible.
sin desperdicio. Otra de las preocupaciones de Mercadona, debido a su volumen de actividad, es reducir el desperdicio alimentario. En el 2023, se logró aprovechar el 99,5% del volumen total del producto de alimentación. Esto quiere decir que la compañía ha desarrollado iniciativas de sensibilización y formación para trabajadores y clientes.  

Pero también ofrece precios siempre bajos para evitar la acumulación de alimentos y hacer un consumo responsable de ellos; el ajuste de precios cuando la fecha de caducidad es más próxima; la donación diaria de excedentes de alimentos que son aptos para el consumo a 760 entidades sociales; así como la entrega de los no aptos para el consumo humano a gestores autorizados para su transformación en otros productos, como alimento de mascotas.  

Asimismo, Mercadona trabaja en la optimización del consumo de los envases. Los materiales son segregados y transportados para ser compactados y entregados a recicladores. De hecho, se consigue que el film plástico vuelva a ser introducido en la cadena, por ejemplo, en bolsas que luego se ponen a disposición de los clientes y el cartón pasa a ser un nuevo envase. Por ello, el 77% de los envases comerciales de un solo uso contiene material reciclado. 

Y otra política que está funcionando bien para reducir el consumo de papel es el ticket digital. Con esta medida se prevé un ahorro anual de 100 toneladas de papel. 

El 15% de la energía va a ser de autoconsumo

La gestión ambiental de Mercadona pivota en torno a tres ejes principales: el uso de la energía, el uso del agua y la protección de la biodiversidad. En el ámbito de la energía, la compañía apuesta por la eficiencia y el ahorro energético principalmente a través de su modelo de tiendas ecoeficientes, que introduce mejoras de las envolventes mediante el incremento del espesor del aislamiento, la climatización por zonas con sistemas de recuperación de calor, la iluminación LED y la optimización del consumo de ventilación. Asimismo, la compañía ha implantado un nuevo software de gestión de energía que automatiza el control de consumo en sus centros.

En su apuesta creciente por la descarbonización y el uso de energías renovables no contaminantes, esta empresa ha incorporado en 2023 un total de 224 nuevas instalaciones fotovoltaicas, lo que ha supuesto un esfuerzo inversor de 42 millones de euros y ha contribuido a disponer de un total de 160.000 placas solares, de las cuales 120.000 se han instalado en 2023. 

Durante los próximos años, Mercadona prevé continuar potenciando el uso de las energías limpias con el objetivo de disponer de una potencia fotovoltaica total de 250 MW, lo que supondría una capacidad de autoconsumo del 15% de la energía total consumida de forma anual.

Además, en 2023 ha seguido expandiendo su infraestructura de puntos de recarga para vehículos eléctricos, con la ejecución de nuevas instalaciones en 396 tiendas y 14 centros de trabajo con una inversión de 6 millones de euros, lo que ha permitido a la compañía disponer de una de las mayores redes de recarga pública-privada, con sus más de 3.800 puntos de recarga.

La compañía también ha seguido esforzándose para mejorar su huella hídrica mediante un grupo de trabajo que analiza pormenorizadamente el consumo con un sistema de telemedida ya implantado. 

La compañía es consciente también de que, como empresa de distribución, tiene un rol relevante a la hora de fomentar iniciativas que contribuyan a adaptar sus procesos productivos para mitigar el impacto que puedan generar y contribuir, con ello, a preservar la biodiversidad de los entornos.