Valladolid quiere recuperar su patrimonio industrial abandonado. El Ayuntamiento lleva tiempo trabajando en distintas actuaciones para preservar el valor patrimonial de estos vestigios distribuidos por la ciudad y muy enraizados con su historia y evolución. Ahora, la Concejalía de Cultura trabaja en un planteamiento global para todas estas construcciones del siglo XIX y XX, muy vinculadas a diversos modos de movilidad, como las infraestructuras relacionadas con el ferrocarril o el Canal de Castilla, incluidas las harineras, pero también sin perder de vista la industria del automóvil.
Cultura diseña un plan de reconversión espacial, que se centra en buscar alternativas de uso a estas edificaciones fruto de un modelo de trabajo o de una economía que ya ha desaparecido o está en decadencia. «Hay que ponerlas en valor y darles otros usos alternativos», detalla Ana Redondo, concejal de Cultura. Además, la edil pretende que este plan también sirva para cambiar el modelo productivo de la ciudad y ofrecer otro de cara al futuro. «Este es un momento importante porque habrá fondos europeos, que nos permitirán esa transformación», reitera.
Redondo detalla que el proyecto incluye espacios emblemáticos, algunos de los cuales tienen que ver con el patrimonio industrial de los dos últimos siglos, pero otros están relacionados con la economía medieval: monasterios, iglesias o edificios militares; construcciones que considera que necesitan ser incluidas en este planteamiento global. «Más allá de pensar qué hacemos con la Azucarera, la Electra o el Depósito de Locomotoras, habría que pensar en global. ¿Hacia qué modelo de ciudad vamos? ¿Qué usos pueden albergar? ¿Cómo se reconvertirán?», advierte.
Unesco.
Un trabajo a medio plazo que tiene como objetivo el reconocimiento de la Unesco para este patrimonio industrial. «Se necesita una visión de conjunto, a medio y largo plazo, que tiene que ver con el reconocimiento de Ciudad Patrimonio de la Unesco», detalla. El Ayuntamiento ya intentó hace varios años el reconocimiento de ciudad patrimonio en torno al siglo XV y XVI. Pero ahora se da un giro, después de estudiarlo con los consultores y con varias autoridades de la Unesco, porque se entiende que este organismo valora, por encima del patrimonio histórico que ya está muy reconocido, sobre todo en España, el industrial. «La idea es retomarlo como palanca de reconocimiento de ciudad patrimonio Unesco, pero también incorporarlo al plan estratégico de Turismo», avanza.
Para lograr ese reconocimiento se está trabajando en la línea que marcan desde la institución internacional. En este sentido, se entiende que es básico que la ciudad que promueva la candidatura, primero reconozca su propio patrimonio. Un objetivo que conlleva un trabajo didáctico y de información por parte del Ayuntamiento, que está ya trabajando en ello. Además, se reclama que las instituciones también lo reconozcan, por lo que ya se ha solicitado la declaración de Bien de Interés Cultural al Ministerio de Cultura de una de estas construcciones: el Depósito de Locomotoras. Un espacio que se considera como la bandera del patrimonio industrial de la ciudad por su singularidad.
El Ayuntamiento también ha encontrado los primeros aliados en este proyecto. En la última visita de la ministra de Turismo, Reyes Maroto, de todo el planteamiento turístico que conoció del plan de turismo, lo que más le impactó fue el reconocimiento y puesta en valor del patrimonio industrial. Redondo asegura que la ministra reconoció que el turismo industrial está por explotar y que se van a establecer fondos para esta puesta en valor. La financiación, pública y privada, es fundamental para la estrategia global que está diseñando para dar respuesta a los nuevos usos que se podrían dar a estos espacios. ¿Ycuáles podrían ser estos usos?
La responsable de Cultura defiende que con una estrategia global sí que es posible dar respuesta a la nueva vida para estos espacios, pero reconoce que es difícil porque los usos culturales no son rentables. «Estamos planteándonos, a través del reconocimiento de Ciudad de Cine, toda la industria cultural audiovisual como una industria muy potente. Nos gustaría aprovechar la potencia que tenemos, como Ciudad Creativa Unesco en cinematografía y audiovisual, también desde la formación, la creación de platos y la atracción de las grandes plataformas, que hasta ahora se han centrado en Madrid y Barcelona, pero que al expandirse pueden estar pensando en otras ciudades satélite como Valladolid para establecer alguna filial», reconoce.
Industria audiovisual.
En esta línea, el pasado mes de julio el vicepresidente de contenidos originales de Netflix para España y Portugal, Diego Ávalos, se reunió con el alcalde, Óscar Puente, y la edil de Cultura para analizar el potencial de la capital. Un encuentro fruto de las conversaciones mantenidas en la pasada edición de Fitur Screen, dedicada al turismo ‘de pantalla’.
Estos inversores son fundamentales para el plan de viabilidad que exige la Unesco para reconocer este patrimonio. Se busca garantizar la vida de esos espacios, recuperarlos para ponerlos en uso. Yen esa puesta en uso se está trabajando con las plataformas audiovisuales, pero también con industrias culturales vinculadas a la formación. «Las industrias audiovisuales nos dicen que un activo fundamental para decantarse por una ciudad es que los técnicos estén en ella. En este perfil entran desde maquilladores a iluminadores, técnicos de logística,etc.».
En esta línea, siempre dependiendo de la financiación, se plantea una opción para Las Norias: una especie de Universidad de lo Audiovisual donde, además de la formación general y transversal, haya posibilidad de especializaciones. Redondo reitera que Valladolid cuenta con una fortaleza porque la UVa tiene múltiples y reconocidas ingenierías . «Hay formadores, profesionales y profesores, pero todos esos profesionales se van fuera. Y lo que queremos es que se queden».