El Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid ha condenado a una pena global de casi once años de cárcel a Rubén A.R., empresario dental que figura como presunto líder del crimen de la plaza de la Circular, aunque en este caso por liderar una banda dedicada al robo de vehículos a punta de pistola a las puertas de supermercados para luego revenderlos, después de modificar los números de sus bastidores y las matrículas para darles apariencia de legalidad.
Aunque el banquillo lo compartió con su hermano mellizo, Borja A.R., y otros dos secuaces, Fernando B.B. y Francisco Javier V.T., la sentencia absuelve al segundo de ellos y condena al primero y al resto como autores de un delito continuado de falsedad en documento oficial, otros dos de robo con intimidación y violencia, otro de lesiones y por pertenencia a grupo criminal, con la atenuante de dilaciones indebidas y en el caso del segundo y tercer condenados, a mayores, con la de drogadicción.
Así, sobre Rubén A.R. han recaído penas que suman casi once años de privación de libertad y multas por importe de 2.280 euros, mientras que Fernando B.B. ha sido condenado a casi siete años de prisión y 1.440 euros de multa y Francisco Javier V.T. a cinco años y cinco meses de cárcel e idéntica sanción pecuniaria que el anterior, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Además, en concepto de responsabilidad civil, los tres condenados habrán de abonar, conjunta y solidariamente, un total de 2.212 euros a una mujer a la que lesionaron al robarle el turismo y con 101 euros al Sacyl por los gastos de su asistencia.
OTRA VEZ COMO CEREBRO DE LOS ROBOS
Respecto de Rubén A.R., la sentencia le confiere la labor de cerebro y coordinador de la actividad relativa al 'maquillaje' de los vehículos, bucando y adquiriendo turismos siniestrados, mientras que a los otros dos condenados, Fernando B.B. y Francisco Javier V.T., les considera responsables de la localizón y sustracción de vehículos de la misma marca y modelo que los comprados por su jefe.
El fiscal del caso, en su informe final, había pedido para tres de los acusados penas de 19 años de cárcel, que en el caso de Fernando B.B. se elevaban a 22.
Los hechos se remontan al verano de 2015, periodo en el que se acusaba a los ahora condenados del robo, el 27 de junio, de un BMW junto a Pinar de Jalón; de un Mazda, el 4 de julio, en Arroyo de la Encomienda, para lo cual el autor, ante la resistencia de la propietaria, llegó a golpearla y a disparar al aire dos veces, así como de un Range Rover, el 19 de agosto, en Santander, si bien de este último han quedado absueltos al entender el tribunal que no ha quedado acreditada la sustracción material del mismo por parte de los encausados.
En este último caso, se da la circunstancia de que los condenados habían comprado primero el vehículo de forma legal el 16 de agosto por 10.000 euros a una empresa en Madrid para posteriormente vendérselo a un tercero. El fiscal sostenía que le colocaron entonces un GPS, se quedaron un juego de llaves y cuando días después lo localiza aron en la capital cántabra, lo robaron, si bien el juzgador considera que la sustracción se produjo por "una persona desconocida".
Más tarde, el 24 de agosto, se hicieron con otro Range Rover siniestrado, del mismo modelo y año, retocaron el número de bastidor del robado, le colocaron el del siniestrado y usaron toda la documentación del primero con el objetivo de darle apariencia de legalidad al segundo.
Otro tanto hicieron con el BMW X3, es decir una vez robado adquirieron otro vehículo de idéntico modelo, siniestro total, e hicieron la misma operación de 'maquillaje', mientras que con respecto al tercer vehículo, el Mazda 2 robado a punta de pistola en Arroyo de la Encomienda tras lesionar a su propietaria, el mismo fue localizado tres días después estacionado en Torrecilla de la Abadesa y devuelto a su titular.
MISMO 'MODUS OPERANDI'
Y es que el 'modus operandi' en todos los casos era siempre el mismo: adquirían vehículos siniestrados de alta gama a bajo precio sin que fueran dados de baja en la DGT para luego o previamente robar otros de la misma marca, modelo y motorización y año de fabricación a los que colocaban la matrícula, documentación e incluso el número de bastidor del siniestrado, adquiriendo de esta manera una apariencia legal y obteniendo un beneficio económico con su venta.
El principal inculpado, Rubén A.R. permanece en prisión por su presunta implicación en el denominado crimen de la Circular, en el que figuran como investigadas siete personas como autoras del robo a una mujer de 73 años, María Aguña, de la que pensaban obtener por la fuerza más de 200.000 euros de la caja fuerte. Sin embargo, se fueron de vacío del domicilio y la inquilina perdió finalmente la vida.