Domingo Catoira volvió a Valladolid para tomar el relevo de Fran Sánchez al frente de la Dirección Deportiva. Unos meses después responde a las preguntas sobre la división que hay entre la afición y Paulo Pezzolano, sobre el que mantiene plena «confianza» y sobre el que no se ha planteado un cese; y deja claro que el ascenso es el objetivo principal.
La primera, sin rodeos, ¿se solucionará el divorcio que parece que hay entre Pezzolano y la afición? Que, además, da la impresión de que es mutuo.
Estamos todos por la labor de solucionarlo porque entendemos que el objetivo se va a conseguir sobre todo si estamos juntos. Es verdad que es una situación un tanto extraña, sobre todo lo vivido en el último partido en casa, viniendo de otro en casa con una buena victoria, en el que además íbamos ganando y con la posibilidad de meterte cerca del primer puesto y estar a un partido, que sería lo ideal a estas alturas del campeonato, porque donde se va a decidir el objetivo final es en las 8-9 últimas jornadas. Es una situación extraña, que todos estamos intentando poner de nuestra parte para limar esas asperezas o esa división, si se puede decir de alguna forma, que da la sensación de que existe y no ayuda en ningún caso. Por un lado, es un tanto frustrante ver ese ambiente en tu propia casa y por otro, creo que afecta al jugador ese runrún o esas muestras de descontento de la afición hacia el entrenador.
Parece que únicamente es solo con el entrenador y no con los jugadores.
Pero estoy seguro de que afecta. Esta plantilla es una familia ahora mismo, estamos todos unidos en la lucha por el objetivo. Por más que las críticas vayan hacia una persona o dé la sensación de que vayan a una persona en concreto, al final es un representante de la entidad. Es la cabeza visible del vestuario y afecta. Y además es tu casa. Fuera estás más acostumbrado a vivir un ambiente hostil. No es hostil pero sí esa sensación de división te descoloca.
¿Qué ha pasado para llegar a esta situación?
Es verdad que llego en agosto y hasta que empieza la competición no vivo esto. En mi anterior etapa esto no existía. Tampoco había 22.000 abonados, que es un tesoro que tiene el Real Valladolid que tiene que cuidar mucho. Pues quizá desentendidos de momentos determinados de declaraciones o de generación de expectativas por un lado y que los otros no son capaces de refrendar a la hora de trasmitir las opiniones. Probablemente también el tema del escudo haya sido un punto clave en ese tipo de situación entre afición y entrenador, como representante de la institución no sé si tan directamente como la parte de entrenador y juego. Pero eso ya ha pasado y lo que tendríamos que hacer todos es generar una hoja en blanco e intentar que estos partidos que quedan sean auténticas finales y convertir Zorrilla en una caldera, porque cuando empuja, lo hace de verdad.
¿El club nota a la afición fría o alejada del equipo?
Cuando una masa social ha crecido tanto, hay que intentar cuidarla mucho y entender el porqué ha crecido y porqué se acercan al Real Valladolid. Para generar y mantener ese sentido de pertenencia a futuro, porque es un tesoro enorme que tiene el Real Valladolid.
A partir de ahí, da la sensación de que esa distancia existe. Pero sé en primera persona que el club está intentando poner todos los medios para que eso se lime, intentando entender a la Federación de Peñas, al aficionado… en primera persona y que expliquen el porqué de eso, y poner medio desde el club para intentar limar todo eso y volver a ser todos uno.
¿Están preocupados por la trayectoria del equipo, fuerte en Zorrilla y débil lejos?
Estamos ocupados en encontrar el equilibro y la estabilidad, y una mayor regularidad en nuestro rendimiento, que no haya tantos picos. La Segunda es una Liga de rachas, pero nuestra labor es que las rachas negativas duren lo menos posible, porque afectan, sobre todo, a la confianza del entorno. Y eso genera ese punto de negatividad y dudas sobre el equipo, y es necesario ser capaces de quitarlo cuando antes y ser un equipo estable con respecto a los partidos de casa y sobre todo ser competitivos fuera. Porque evidentemente ya no vale solo con los puntos de casa, no te va a dar, y para eso hay que ser más competitivos.
Seguro que dentro del club han hablado o hay algún estudio sobre los puntos necesarios. ¿72, 75, más…?
Pero si vas al principio de temporada, todo el mundo estaría pensando en los 80-81-82, no siendo la media de los últimos años pero si los puntos que han sido necesarios en ascensos del propio Valladolid, Espanyol, Granada, etc. y este año no va a estar en esas cifras. Ponerte a hacer cábalas de ese tipo y a estas alturas, en un mes se pueden caer. Lo importante es ganar y ponerse cerca de los dos primeros, para aspirar a todo.
Ascenso directo o playo, pero el objetivo es subir, ¿no?
Por supuesto. Sin ninguna duda, desde el principio de temporada. Con las dificultades que conllevaba generar una plantilla nueva, no solo para nosotros, para los tres equipos que caen de Primera. Por el modo fairplay, que obliga a hacer una transformación casi total. Y eso lleva unos procesos de adaptación de los nuevos jugadores, del entrenador a los jugadores, a la categoría… y eso conlleva un tiempo, que creo que se pasó con nota. El club, el equipo, demostró una capacidad, carácter y resilencia para soportar esos momentos de dificultad que te ayudan a crecer. Y ahora, tras el mercado de enero, con la plantilla cerrada, con más capacidad y recursos para el entrenador, tenemos que dar todos el do de pecho.
Por cierto, hace un par de semanas, el míster comentaba que no ascender no sería un fracaso…
Pezzolano es una persona muy frontal y quiso hacer una explicación muy pedagógica de que si nos vamos a una definición pura de éxito y fracaso en base a los resultados, probablemente todos somos unos fracasados o la mayoría de personas en muchos ámbitos de nuestra vida. En el fútbol eso lo hemos llevado al límite y nosotros tenemos la responsabilidad dentro del proyecto de que, obvio, tenemos claro el objetivo, volver a Primera; pero en paralelo el club tiene otros que cubrir, generar un proyecto sostenible, a medio-largo plazo, que el día que se consiga el ascenso, que lo vamos a pelear este año pero que si no es, será otro, el Real Valladolid esté preparado y tenga cimientos lo suficientemente fuertes que le consoliden en Primera (estamos viendo equipos históricos que terminan siendo mal llamados ascensores). Cuando estás en el proceso de obtener resultados de manera urgente, te olvidas en generar esa cultura de trabajo y club, que te permita que cuando llegues a Primera cualquier resultado no sea un vaivén o terremoto que te termine llevando al mismo sitio del que partiste y sin haber construido nada. Creo que es lo que el míster quiso explicar, pero es consciente, igual que nosotros, que estamos en el Real Valladolid, sabemos de la exigencia y que lo que se nos pide es pelear el ascenso a Primera. Y que todo lo que no sea eso, al menos a ojos externos, se va a ver como un fracaso. Y así tenemos que convivir.
¿Acabó contento el mercado de invierno? Se ha visto que el club tenía menos dinero que en verano.
Satisfechos estamos. Porque lo que nos ha permitido el mercado de invierno es cubrir carencias del de verano. Carencias que no se pudieron cubrir por temas económicos e incluso de rendimiento del primer semestre. Pero en verano ya dije que para los equipos de Segunda recién descendidos probablemente sea mejor el mercado de invierno, porque en verano estás en una subasta, donde un recién descendido, teniendo que sacar jugadores con salarios de Primera, no puede acceder a determinados jugadores, que sí puedes en el de enero. Creo que se ha cubierto las carencias a nivel de números y sobre todo con competencia en todas las posiciones.
Cuatro cedidos, tres con opción de compra. ¿Todos dependen de lo mismo?
No, suelen ser diferentes. Es una variable que intentamos meter porque vincula a las dos partes. Porque si han llegado, pensamos que pueden tener papel en Primera. Pero las situaciones son individuales.
¿Y no son públicas?
No.
¿Pensaba que el año iba a ser así cuando aceptó venir a Valladolid?
Sí, sí, pensaba que podía ser así. Intenté hacer un análisis de los equipos de la Segunda y tengo que reconocer que nadie pensaba en esta exagerada igualdad, de hasta 10 equipos en un rango de 6 puntos. Por un lado habla del nivel de la Liga y por otro, del estrés continuo que sufres para conseguir los partidos. No pensaba en una Liga de 80 y tantos puntos, en los que ha habido ascensos claros. Veía una Liga igualada, pero no tanto como la que se está viviendo. Pensar que en Segunda no se sufre o se asciende de calle es pasado.
¿Por mejoría de equipos o porque se ha bajado la calidad?
Puedes pensar que ha bajado la calidad de 2 o 3, pero si hay diez equipos, será que los otros han mejorar el nivel medio. Puede que no haya dos o tres equipos top.
El club ha cambiado mucho desde tu anterior etapa con Braulio. ¿En qué lo ha notado?
En todo. No tiene nada que ver el club que conocí de 2014 a 2017. Ahora es una estructura de Primera, con la salvedad de que estamos compitiendo en Segunda. Muy organizado y preparado para el fútbol de elite. LaLiga ha hecho un trabajo importante en los clubes, 'obligando' y los clubes han entendido que era importante crecer en otros ámbitos, no solo dentro del campo, que es la locomotora que mueve todo lo demás. Ni en instalaciones ni en las oficinas ni en el nivel de los profesionales que trabajan en el Real Valladolid, no tiene nada que ver.
Domingo Catoira, Paulo André, Ronaldo y ahora Bruno Mazziotti. ¿No es mucha gente para decidir?
Tenemos que entender que el nuevo fútbol, con la llegada de las propiedades, tiende a modificar la forma de hacer de antes del fútbol, con un presidente y un director deportivo, y ya. Se ha cambiado la forma de trabajar. Ronaldo es el presidente y dueño del club; Pablo André es el director de estrategia deportiva del grupo y ahora acaba de llegar Bruno para reforzar, entendido muchas de las situaciones que estaban pasando dentro y entre el club y lo externo, como esa sensación de división, el trabajo diario, entendiendo que Pablo André no estaba en el día a día, aunque pasaba temporadas aquí. Bruno viene a ayudarme a mí a ser un enlace entre plantilla, entrenador y otros departamentos; un soporte más basado en su experiencia en grandes clubes, en otro rol que no tenía antes y creo que nos puede aportar mucho. No es un tema de quién decide, porque eso está organizado y estructurado, no hay división ni dificultades.
Vino solo. ¿Ha incorporado a gente a su equipo de trabajo desde entonces?
Soy anti equipo de trabajo. Me mantuve en el Valencia o Espanyol, aunque empezase con uno u otro. Intento llegar, ver qué hay y hacer crecer a esa gente de dentro. Sí aporté un analista de datos y lo que hice fue reestructurar, aunque hubo gente que se fue (el club ya había tomado la decisión antes). He incorporado y cambiado el rol de otros que estaban ya dentro.
Por cierto, tiene contrato hasta 2025. ¿Depende de algo?
No, no depende de nada. Siempre que he ido a un club he intentado hacerlo con un primer proyecto de tres temporadas, que creo que es lo mínimo. Porque está bien la palabra proyecto, pero en muchos casos la malutilizamos o directamente no existe. El hecho de llegar en verano, y con el mercado empezado, me impedía conocer el club por dentro, no da tiempo. Pero entendimos que dos años eran suficientes, sabiendo de la exigencia y el momento del club.