Dos modelos opuestos de zona de bajas emisiones

M.R.I.
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Las 70 alegaciones que se han presentado al texto de la ordenanza de la ZBE muestran conceptos radicalmente opuestos de movilidad

Las alegaciones que han presentado diferentes colectivos y particulares al texto de la ordenanza que regulará la ZBE muestra importantes diferencias a la hora de plantear las limitaciones.

Apuesta por ampliar el área y restringir las excepciones

Ecologistas en Acción, la Asamblea Ciclista de Valladolid y la Federación de Asociaciones Vecinales de Valladolid critican la nueva ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones porque entienden que «no protegerá la salud ni reducirá las emisiones». Defienden que se propone una zona de «poco más» de un kilómetro cuadrado, prácticamente el centro histórico de la ciudad, «que la gran mayoría ya se encuentra peatonalizado».

En sus alegaciones proponen incluir los objetivos cuantificables de la ZBE y es ampliar el ámbito de la primera fase de la zona a la propuesta aprobada provisionalmente en diciembre de 2022, ajustando su borde occidental, para llevarlo hasta la Avenida de Salamanca. Además, consideran necesario  ampliar en 2028 el ámbito de la ZBE a los barrios, programando una segunda fase que permita dar cumplimiento a los objetivos establecidos.

Esto se acompañaría de una delimitación en el interior de la ZBE zonas de especial sensibilidad destinadas a proteger a los sectores más vulnerables de la población, como son equipamientos escolares, sanitarios, hospitalarios y de residencias de ancianos. Además de suprimir los accesos temporales libres a los aparcamientos públicos.

Propuestas para rebajar las limitaciones

Las alegaciones de Federación de Vecinos Conde Ansúrez, Fecosva, los colegios concertados y  la asociación de alojamientos turísticos plantean una zona más laxa y con un amplio catálogo de excepciones.

Los propietarios de alojamientos turísticos centran sus propuestas en facilitar el acceso de sus clientes a los establecimientos. Un planteamiento que también se defiende desde el colectivo de enseñanza, que muestran su preocupación por los problemas de los padres de los alumnos para llegar hasta los centros educativos que están en el área limitada.
Por su parte, Fecosva plantea  su preocupación por los «costes» que pueda suponer para los agentes económicos, además de vaticinar un «efecto disuasorio» en los clientes de los comercios de la almendra central. Por eso se muestran contrarios al área propuesta, aunque se haya reducido su extensión, y se muestran convencidos de que no mejorará la movilidad. Por eso pide incluir en el articulado una cláusula de «reversión» de la ZBE si su puesta en funcionamiento supone perjuicios económicos. Además, se sugiere ampliar el plazo de entrada en vigor de las restricciones y ampliar las excepciones para que puedan circular más vehículos. Aunque también requieren al Ayuntamiento que mejora la oferta de transporte público. 

Por su parte, la federación propone que la ZBE no funcione los fines de semana.