Conmueve la obstinación con la que algunos buscan el centro, y que al contrario que Picasso ("Yo no busco, encuentro"), lo buscan y lo buscan, y no lo encuentran. Por lo que sea; porque siendo español es dificilísimo encontrarlo, o porque, sencillamente, no existe.
La realidad, esa cosa tan despreciada, ha venido sugiriendo una y otra vez que el centro político no existe, de suerte que cada intento de construir una ideología y de edificar una oferta política sobre él, ha fracasado. De UCD o CDS a Ciudadanos, pasando por UPyD, esos intentos han sucumbido a la realidad del país, pero también podría ser que el centro sí exista, bien que impreciso y remoto, y que lo que ocurre es que quienes lo buscan o no son de centro, o lo buscan en el sitio que no es, en la derecha sin ir más lejos. Tampoco ayuda a esa búsqueda la circunstancia de que sus rastreadores lo que persiguen no es exactamente el centro, sino un acomodo, un lugar en el mundo, y así no hay manera de encontrar el centro, en el caso de que existiera.
Francisco Igea y Edmundo Bal, dos tipos que caen bien, seguramente porque tienen un oficio y curraron lo suyo antes de llegar a la política, encabezan la enésima cordada que aspira a coronar la cima del centro. Ambos, como se sabe, acabaron malamente en Ciudadanos tras acabar ese partido malamente consigo mismo, pero, aunque lo intentan en la declaración de intenciones de su nueva cosa, que atiende al nombre de "Nexo", no renuncian al nexo que les une a sus malhadadas experiencias anteriores. Ese nexo de "Nexo" podría resumirse en la declaración, no sé si implícita o explícita, de que ellos, ¡ay!, no son de derechas ni de izquierdas.
Es cierto que se puede ser muchas cosas en la vida al margen de derechas e izquierdas, pero no de centro. El diapasón de la política, de la historia, de las tensiones de todo tipo del presente, no se queda quieto, centrado, ni un instante, y no suelen ser los presuntos centristas, hoy convocados por "Nexo", quienes logran fijarlo en el exacto punto virtuoso, sino más bien en el lado derecho del metrónomo, si es que no en su extremo, con lo que se acaba, como ocurrió con el CDS, con UPyD y con Ciudadanos, el centrismo y el que lo fundó. Así y todo, que Igea y Bal tengan suerte en su persecución del centro, y que avisen si lo encuentran.