El PGOU fija cinco etapas en la conservación de vestigios arqueológicos. La primera es la de las ocupaciones más antiguas (Campaniforme y Edad del Bronce) y hay huellas en la zona de la calle Arribas y en el entorno de la catedral. De la etapa romana hay evidencias puntuales en la catedral, la Antigua, Angustias y Fuente Dorada. De la ocupación medieval hay rastros en San Benito, Platerías o San Miguel. A la etapa moderna corresponden los principales templos, los palacios y conventos del conjunto histórico. La etapa contemporánea aporta escasos datos en el registro arqueológico, salvo la cubrición de los dos ramales interiores del Esgueva. Además, en la reciente revisión del PGOU se observó que el trazado del casco histórico declarado BIC no respondía a argumentos arqueológicos y dejaba fuera zonas y construcciones que deben tenerse en cuenta en la evolución urbana, por lo que se amplió la delimitación de la nueva demarcación del área bautizada ‘Valladolid. Ciudad Histórica’. En el catálogo se recoge la información de 39 BIC y 99 elementos patrimoniales, con una descripción de los mismos y la relación de intervenciones arqueológicas efectuadas para poder conocer los detalles de cada una.