"Soy un observador casi enfermizo"

María Albilla (SPC)
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Juan del Val torea su cuarto toro en solitario en forma de novela. Con pinceladas de 'Candela' y una estructura más similar a 'Delparaíso', 'Bocabesada' es una narración coral tan actual y viva como la industria audiovisual que retrata en sus páginas

"Soy un observador casi enfermizo" - Foto: Carlos Ruiz B.K.

Quien quiera conocer de verdad a Juan del Val, debería leer a Juan del Val. Es en sus novelas donde el escritor y guionista da más de sí mismo, incluida esa sensibilidad que quizá, entre polémica y follón, no se le presupone a tenor de su imagen televisiva.

Amante de Nueva York, del cine y rabiosamente apasionado en todo lo que hace, en Bocabesada (Esfera) pone negro sobre blanco mucha verdad de un medio que conoce y maneja bien, el de una productora audiovisual -y sus habitantes- que toma decisiones tan poco valientes como sucede en la realidad. 

Bocabesada es una novela que ahonda en la trastienda de la industria del entretenimiento que usted conoce bien. ¿Cuánto hay de verdad en lo que cuenta?

Realmente, mucho. Es una novela de personajes que está situada en una productora de series de televisión. Hay mucha verdad en los personajes y en el escenario, cuando hablo de los directivos y de la manera en la que se aprueban o no las series. Quizá haya más verdad que ficción. Seguramente haya gente que se haya identificado con los personajes, pero no es algo que me importe demasiado.

Es un gran observador y entiendo que para usted cualquier realidad puede acabar formando parte de una ficción.

Totalmente. Soy un observador casi enfermizo, pero es que es de lo que yo me nutro para poder escribir. De lo que veo y de lo que muchas veces intuyo que está pasando.

Hay que estar atentos constantemente porque lo que puede parecer insustancial para otra persona, un escritor lo mira de otra manera. Y yo miro todo el rato la realidad. Me gusta escribir de la realidad, no podría hacer una novela de superhéroes.

¿Y cuánto hay de la verdad de Juan del Val en Martín Varela?

Mucho. Premeditadamente construí un personaje que desde el exterior se puede identificar conmigo. Hay mucho, pero no soy yo.

¿Usted también escribe en bolas en Nueva York?

Pues no he escrito nunca en Nueva York y eso sí que lo hace Martín Varela. Si lo analizara algún psicoanalista podría decir que es una fantasía mía... Lo de escribir en bolas, pues de vez en cuando, pero en Madrid.

Lo que sí conozco es muy bien Nueva York, he estado más de 30 veces y me parece una ciudad muy literaria, por lo que me parecía el mejor sitio para que Martín se fuera a escribir.

¿Si Bocabesada fuera suya, produciría la película sobre NY que Woody Allen ya tiene en mente? 

Hombre claro, por supuesto. Otra cosa es que luego los directivos de las plataformas quisieran comprarla o no. Yo creo  que Woody Allen ha sido enormemente maltratado en los últimos tiempos y la historia lo colocará donde está, como un genio del cine. En sus 50 películas ha recogido cómo es el ser humano entero, las aspiraciones, frustraciones, miserias... Si lo sabes buscar, lo ha contado todo.

Acusa de falta de valentía a las productoras. ¿Esto sería extensible a las editoriales?

En la novela se acusa a las productoras de falta de valentía y sí, yo también lo hago. En España falta valentía para hacer cosas que son difíciles de explicar, como la segunda temporada de White Lotus. Pero los  directivos son temerosos y dicen 'no, en el minuto 14 debería haber un asesinato y luego un tal...'. Me da pereza. Si fuera por los algoritmos, nunca se hubiera hecho Anne Hall.

Pero medir al milímetro cualquier expresión artística... solo puede ir en detrimento de la creatividad, ¿no?

Por supuesto. Se quiere hacer arte para un público masivo y eso mata la creación. Si todo se rige en base a eso, tenemos un problema.

¿En su caso aspira a escribir una novela que le consagre, como Varela, o se conforma con que sea un éxito de ventas?

¡Buf! Consagrar... Martín Varela sí que lo busca, pero yo no. Claro que me encanta que mis novelas se vendan y se lean, pero yo no escribo pensando en lo que puede funcionar o no porque sería traicionarme. Reivindico el entretenimiento en todos los sentidos y si una novela lo es, para mí ha cubierto su función. No soy pretencioso. 

Se ha ganado a pulso la imagen de follonero, de polémico, pero ¿para conocer a Juan del Val hay que leer a Juan del Val?

Hay personas que tienen una imagen mía distorsionada, pero yo soy el que está en las novelas.Eso no quiere decir que yo en la tele haga un papel, pero probablemente el único rasgo que no puedo sacar es la sensibilidad. Pero la verdad, la honestidad o la valentía también la tengo. Donde estoy en esencia todo el tiempo es en las novelas. 

¡Pero es que alguien se tenía que atrever a decir que la tortilla de patata es sin cebolla!

Esto es una cosa incuestionable. Que haya gente sin criterio tenemos que asumirlo. Es como los que toman queso de postre.

¿Está sublimando el arte de la provocación? 

Te hablo completamente en serio, y no tiene nada que ver con esa sección puntual, pero es que creo que cualquier artista tiene que tener afán de provocación. La gente es excesivamente educada.

Estamos en la era de las pieles finas. ¿Hasta dónde nos puede llevar la autocensura?

Pues nos va a llevar a que ganen los mediocres. Porque si tú a un ofendido le das la razón por el mero hecho de que se ha ofendido, pues entonces tenemos un problema. Hay que pasar del club de los ofendidos. Yo no hago ni puñetero caso. Hago y digo lo que pienso y vivo como quiero vivir.

¿Salir en la tele es bueno o malo para su carrera como escritor?

Hay mucha gente que por salir en la tele se compra mi novela y hay mucha gente que por salir en la tele no se compra mi novela. No sé dónde está la balanza, pero me da igual. Pienso seguir trabajando en la tele y pienso seguir escribiendo novelas.

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