El presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Enrique Cabero, apuntó hoy a "la relevancia de las decisiones empresariales, familiares y personales" para evitar el desperdicio alimentario, ya que "más allá de las exigencias legales, que por supuesto hay que cumplir, estas decisiones pueden enriquecer" la lucha contra una problemática surgida de una realidad, que "los recursos naturales no son infinitos".
Por ello, agradeció la oportunidad de "reflexionar sobre el desperdicio alimentario, la reutilización y este nuevo modelo de gestión e innovación empresarial que busca la calidad y la excelencia" que presenta hoy Alcampo en la jornada 'Lucha contra el desperdicio alimentario y productos con valor añadido: un compromiso compartido', organizada por la marca de distribución de origen francés en colaboración con la Agencia Ical.
En su discurso de inicio de la jornada, recogido por Ical, Cabero resaltó la importancia del acto celebrado hoy en la sede del CES de Castilla y León, en Valladolid, para reflexionar tanto sobre los aspectos éticos como medioambientales y socioeconómicos que supone la lucha contra el desperdicio alimentario, ahora apoyado en la nueva Ley aprobada en el Congreso al respecto.
Esta aprobación legislativa pone sobre la mesa lo "fundamental" que es "la buena utilización de los recursos para producir alimentos" porque estos, recordó Cabero, "aunque parece que están ahí siempre, no salen de la nada, y tienen un valor muy importante". Y es que "los recursos naturales no son infinitos, sino que hay que utilizarlos de forma sostenible y aprovecharlos al máximo", aseveró el presidente del CES, que señaló asimismo que "no se puede desaprovechar lo que se ha producido".
También hizo referencia al ámbito social, porque esa finitud de los alimentos hace que "haya personas en nuestro planeta que están muriendo de hambre". Algo "inaceptable" desde los puntos de vista "jurídico y ético" porque "no podemos aceptar que haya ningún problema de alimentación para ningún ser humano".
Por último, apuntó hacia la responsabilidad ética, porque "si se desperdician alimentos, se pierden recursos necesarios para todos, y supone utilizar mal el medio ambiente y los cauces de distribución". Pero, principalmente, señaló que, con ello, "se ha producido una injusticia, incompatible con nuestro modelo de estado".
"Reflexionar sobre el desperdicio, la reutilización, este nuevo modelo de gestión e innovación empresarial para buscar la calidad y la excelencia, y sobre justicia social, es algo que nos compete a todos", concluyó Cabero, que planteó que "más allá de las exigencias legales, que hay que cumplir, hay un intento de enriquecer esas soluciones con decisiones empresariales, familiares y personales, muy importantes para que no exista desperdicio y los alimentos que se produzcan sean los que se necesitan".
Previamente, el director de la Agencia Ical, Luis Miguel Torres, dio la bienvenida al casi centenar de personas asistentes a la jornada con una reflexión sobre la actualidad de cuestiones como la sostenibilidad en las tierras, la industria y la distribución, y como a ello contribuyen las nuevas tecnologías con "un buen ramillete de ejemplos de cómo gestionar el desperdicio alimentario", tanto con decisiones individuales como más globales, y donde la inteligencia artificial también juega un importante papel.
Comisión para el análisis de la repercusión del desperdicio alimentario
Al concluir la jornada, el presidente del CES, acompañado por la consejera de Industria, Comercio y Turismo, Leticia García, y por la directora de Comunicación, Relaciones Externas y Responsabilidad Social Corporativa de Alcampo, Yolanda Fernández, se dirigió a los medios para anunciar que la comisión del CES vinculada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordará un análisis específico de la repercusión que tiene el desperdicio alimentario en la Comunidad.
En este sentido, Cabero defendió que se abre una "gran oportunidad" para que Castilla y León se convierta en un referente en la lucha contra el desperdicio alimentario y "lograr en el corto especio de tiempo el desperdicio cero".
A su juicio, existe una conciencia para acabar con el desperdicio alimentario, que se estima, aunque no hay una cuantificación exacta, entre el uno y el dos por ciento del PIB en los distintos países de la UE, y defendió que "se están adoptando en España y en Castilla y León decisiones acertadas" para atajarlos. Insistió en que la Junta puede impulsar el reto y que Castilla y León se convierta en la experiencia piloto para todos con "desperdicio cero".