El pleno del Ayuntamiento de Valladolid aprobó hoy con los votos de PP y Vox, tras recibir el respaldo de 15 colectivos, que el proyecto de la nueva estación de trenes, sobre el que exigió "diálogo", sea compatible con el soterramiento de las vías en el futuro. En el lado opuesto, el Grupo Socialista, Valladolid Toma la Palabra y tres entidades defendieron la integración en superficie y que no se boicotee las obras de la nueva terminal, licitadas por más de 260 millones de euros.
En el cierre de esta sesión extraordinaria, que se prolongó durante más de cuatro horas con numerosas llamadas al orden, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, avanzó que convoca para el lunes, 17 de marzo, a la Mesa del Soterramiento y que el Ayuntamiento encargará un estudio "multicriterio" y "profundo" para soterrar las vías con muro pantalla, ante la negativa a hacerlo por parte de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad.
"Sí a la estación", repitió Carnero, quien insistió en que no están en contra de la obra pero "siempre y cuando" permita que en un futuro, cuando corresponda, se pueda acometer el soterramiento y que la ciudad "no quede hipotecada". "No podemos permitir que esta actuación se haga de manera perpetua y para siempre y tenemos que luchar con todas las fuerzas", dijo el regidor, quien aseguró que no se sienten "solos" y garantizó que actuará guiado por la "responsabilidad".
Pleno extraordinario en el Ayuntamiento sobre la nueva estación de ferrocarril y el soterramiento. - Foto: Rubén Cacho (Ical)Además, aseguró que seguirá defendiendo el soterramiento por tener "legitimidad democrática" para ello y negó que esté "mareando la perdiz", como había señalado la representante de la Asociación de Vecinos Rondilla. También defendió la contratación de una asesoría jurídica externa para garantizarse "una opinión" diferente y no para "paralizar" Arco de Ladrillo o la nueva estación.
"Vamos a seguir peleando por el soterramiento", pero dentro del convenio y la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, expuso el alcalde quien dio la "bienvenida" a la nueva terminal, por lo que pidió que "cuanto antes" se haga la obra, pero no "cercenando" o "triturando" el deseo de las generaciones venideras. "Valladolid no se va a conformar con menos", dijo parafraseando al ministro Óscar Puente, a pesar de que en este momento se hayan encontrado con el "muro del sanchismo".
El pleno se cerró con la votación de la moción de Alcaldía, a la que se añadieron tres puntos de una enmienda de adición de Vox. Todos los grupos, por unanimidad, aprobaron el primero que valora la inversión en la nueva estación, mientras en el resto, PP y Vox, impusieron su mayoría para pedir diálogo y participación, así como una estación bajo tierra y que el Gobierno retome el soterramiento de las vías del tren, según informa Ical.
Bendición o chantaje
Previamente, el portavoz socialista Pedro Herrero aseguró que el alcalde está "atrapado" y "sin salida" en su apuesta por el soterramiento y consideró "indecente" que haya tratado de "torpedear" la reforma de la estación, una "bendición" para la ciudad, que provoca "envidias". Tener las vías en superficie, dijo, permite a Valladolid poder convertirse en la tercera capital ferroviaria de España.
Herrero pidió a Carnero que recapacite y que deje de poner "pegas", al tiempo que reclamó a la Junta "que se ponga en marcha de una vez" e inicie la construcción de la nueva estación de autobuses en Delicias. Además, señaló que el alcalde es "cómplice" de esta "parálisis" y le preguntó si hará lo mismo con el paso de Arco de ladrillo y Ariza. "Qué hastío y que pena", añadió para pedirle que se marche. "Usted sobra", apostilló.
El popular Alberto Gutiérrez Alberca, concejal de Tráfico y Movilidad, arrancó defendiendo la "extrema generosidad" de Valladolid por permitir el paso de los trenes de alta velocidad en superficie y señaló que esto no le puede perjudicar para soterrar las vías. "Hoy estamos más cerca del soterramiento que nunca", dijo ante la apertura de la primera fase de la variante de mercancías y porque se ha demostrado con el proyecto de la estación que "el dinero no es el problema".
"A la ciudad no se le puede decir o todo o nada", dijo sobre lo que consideró un "chantaje" y apostilló: "No vamos a transigir". También, consideró "inadmisible" que no pueda afrontarse la reforma de la estación de forma "dialogada y constructiva". Además, aseguró que la ciudad del futuro no puede construirse sobre "rampas" o túneles. "Estamos más cerca que nunca de tocar ese cielo", concluyó.
El concejal de Comercio, Mercados y Consumo, Víctor Manuel Martín Meléndez (Vox), aseguró que la nueva estación será el "punto final" al "anhelo" del soterramiento, que consideró no será la prioridad de ningún Ministerio sea cual sea su color político. A su juicio, el proyecto de la nueva estación está "sobredimensionado" y es "un insulto a la razón", un "atentado a la ética en la arquitectura" y "una falta de respeto" al entorno.
Además, criticó la política de "hechos consumados" del ministro Óscar Puente y advirtió de que "las prisas son malas compañeras", al tiempo que deslizó la posibilidad de impugnar el proyecto por la falta de participación pública. Por ello, pidió una estación bajo tierra con la inversión prevista y que el Gobierno retome el soterramiento. "Son ustedes unos negacionistas", dijo a la izquierda.
La portavoz de Valladolid Toma la Palabra, Rocío Anguita, arremetió contra el alcalde al que acusó de utilizar el soterramiento como una "cortina de humo" para tapar su "inacción" ya que consideró no es más que un "deseo", "mito" o "quimera". "Déjese de bufonadas de patio de colegio", dijo a Carnero, a quien pidió que deje de "soñar con paraísos bajo tierra".
Por eso, Anguita planteó una enmienda de adicción para que el Ayuntamiento mantenga su compromiso con la integración mientras no exista otro proyecto y defendió la reforma de la estación para no perder la mayor oportunidad de futuro que tiene la ciudad.
Tejido económico
En nombre de CEOE Valladolid, Alberto López Soto aseguró que el soterramiento es un proyecto de ciudad "necesario y beneficioso" para todos y valoró el proyecto de la nueva estación, pero consideró que su diseño no puede cerrar la puerta a "eliminar la fractura" de las vías. "Es posible y necesario", sentenció.
Desde Impulsa Igualdad Castilla y León, Elizabet Arija Muñoz demandó la eliminación de "todas" las barreras arquitectónicas y consideró que el soterramiento es la "única medida de accesibilidad universal". "Las personas queremos movernos por nuestro entorno sin dificultades", dijo.
"Estación sí, pero no así", dijo el presidente de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), Rafael Monedero, quien rechazó el "caramelo" que supone la inversión. "No entendemos una ciudad sin soterramiento", dijo. "Si hay dudas, preguntemos a los vallisoletanos. Hoy medidas a medias no gracias", sentenció.
El presidente de Fecosva (Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia), Jesús Herreras, apoyó al Ayuntamiento así como la nueva estación, pero advirtió de que los vallisoletanos no van a renunciar al soterramiento como el gran proyecto de transformación de la ciudad. "Me resulta difícil de entender cómo hemos llegado a este punto", dijo.
También, Jorge Valentín-Gamazo, de la Asociación Polígono de San Cristóbal, pidió que la nueva estación sea compatible con este proyecto para que "en pocos años quede desactualizada". "Soterramiento sí o sí. Nueva estación de tren en Valladolid, también", concluyó.
El presidente de la Asociación Vallisoletana de Empresas de Informática (Avein), Fernando Pérez Martínez, defendió que el soterramiento es una "solución real" a la "fragmentación" urbana, al tiempo que valoró la construcción de una estación "vanguardista", pero pidió que no impida esta posibilidad en el futuro. "Siempre con la mirada puesta en un Valladolid más innovador y conectado", dijo.
María Paz Arias Soriano, de la Asociación Escuelas Isabel la Católica (AME), demandó un entendimiento para destruir muros y crear nuevos espacios, como la nueva estación de autobuses, ahora "tercermundista". También defendió la obra del Arco de Ladrillo, "un monumento singular".
Desde la Asociación Española de Expertos en Buen Gobierno Corporativo de las Empresas (AEBE), Carmen Teresa López, respaldó al Consistorio en su demanda de diálogo y de que la nueva estación sea compatible con el soterramiento de las vías.
Respaldo vecinal
En nombre de la Plataforma por el Soterramiento de Valladolid, María del Socorro Díaz defendió una reivindicación "justa" y "necesaria" para tener una ciudad "cohesionada" y "accesible" para todos. Por ello, evitó el "falso debate" sobre la estación, que a su juicio busca desviar la atención con una "obra faraónica". "Ni túneles ni pasarelas, ni un euro más a la basura", dijo para rematar con un "soterramiento ya".
En representación de la asociación de vecinos Los Santos-Pilarica, Jesús Vegas Hernández, rechazó que se perpetúe una barrera que separa a 92.000 vallisoletanos al otro lado de las vías. "El soterramiento es una deuda pendiente con Valladolid", dijo. "¡Qué carajo, la vía por debajo!", sentenció.
Además, María del Pino Lozano, de la asociación de vecinos Pilarica, narró un "cuento" y unas "reglas de tres muy sencillitas" para defender que el soterramiento que crearía empleo y actividad económica. "La razón no nos la van a quitar", dijo, tras "tanto mareo", quien pidió consenso a la Corporación Municipal.
También, el presidente de la asociación de vecinos de Las Delicias, Luis Miguel Trapote, pidió que no se malgaste el dinero con la construcción de la "monstruosidad" de la estación, "capricho" del "destructor Óscar Puente". "En su locura urbanística", dijo, se anula el edificio histórico y pidió a la izquierda que se olviden de los "líderes espirituales".
El arquitecto Gregorio Vázquez, de la asociación de vecinos Nuestra Señora del Rosario, defendió el soterramiento como "oportunidad excepcional" para lograr una "regeneración urbanística". "Sin diálogo" y "sin coacción", defendió un proyecto -que remarcó- merece la ciudad.
La presidenta de la asociación de vecinos 'La Unión de Pajarillos', Yolanda Matías, defendió el soterramiento para evitar la división por un "gran muro", que comparó con las murallas medievales. "Estación sí, si es soterrada", dijo sobre la "maravillosa pirámide" de la terminal ferroviaria, "monumento funerario".
La presidenta de la federación vecinal Conde Ansúrez, Elvira Yáñez, aseguró que la nueva estación, que calificó de "espantosa", se plantea para acabar con el soterramiento, por lo que rechazó el proyecto. "Nos horroriza", dijo para criticar también "su coste desmedido". Además, señaló que si Valladolid tuviera un "fugado" como Carles Puigdemont ya tendría el proyecto del soterramiento.
No al soterramiento: "El futuro es hoy"
La presidenta de la asociación vecinal Rondilla, Concha Morán Vaquero, defendió la nueva estación, ya que la actual -dijo- se ha quedado "pequeña y obsoleta", y criticó que el Ayuntamiento dé la espalda al futuro de la ciudad al poner "obstáculos" a este proyecto, porque a su juicio la petición de "diálogo" es "tramposa". "El futuro es hoy", sentenció, para añadir que el "soterramiento tuvo su tiempo".
Desde la CGT de Valladolid, Isabel Pérez Ortega, aseguró que el soterramiento no debe ser la "solución primigenia" o la "estrella", sino la última opción porque recordó que un trazado bajo tierra para el ferrocarril es "más problemático" y tiene "un mayor coste". Además, pidió estudios "serios" y defendió la existencia de alternativas "perfectamente viables y sostenibles".
Finalmente, en nombre de Ecologistas en Acción, Francisco Javier Gutiérrez defendió la integración del ferrocarril, que denunció no ha avanzado lo suficiente, frente a un soterramiento "en trinchera" que descartó. "No nos lo podemos permitir", dijo. También pidió "funcionalidad, dignidad y austeridad" a la nueva estación, de la que criticó el incremento del coste previsto. "Menos fanfarria y todo el diálogo institucional que sea necesario", concluyó.