El doctor Sanz Muñoz vive desde hace una década entre los virus que llegan al Centro Nacional de la Gripe de Valladolid, laboratorio del que es responsable científico desde 2015. La lista compuesta tradicionalmente por 19 tipologías de virus respiratorios se ha visto obnubilada desde hace casi un año, por uno, de nombre SARS-CoV-2, que se lleva todas las atenciones y hasta está dejando en barbecho la versión 2020/2021 de la gripe: «El año pasado, a estas alturas, en la semana 52, había una incidencia de 40-45 casos de gripe por 100.000 habitantes, a punto de entrar ya en epidemia, que es a los 50; este año hay cero», explica Iván Sanz, quien asegura que esto, «aunque no lo parezca, es algo negativo, de cara a la vacuna del próximo año», tal como recuerda este investigador de 35 años que cursó su doctorado en el campo de la serología de la gripe y que colabora frecuentemente con hospitales de todo el país, grupos de investigación como el IBGM y con el Instituto Carlos III.
Ahora, también con el covid-19, por supuesto, al ser ya uno más de la lista de virus que rastrean en este centro de referencia nacional. Entre las líneas de trabajo está una sobre la serología del coronavirus, con las muestras de los pacientes que presentaron infección respiratoria indeterminada en la primera ola, para descubrir que en torno al 30% de ellos lo que pasaron entonces fue el coronavirus, lo que elevaría el porcentaje de inmunes que se viene marcando en los estudios de seroprevalencia. Resta importancia a la alarma generada por la cepa británica y defiende la vacunación y la importancia de que haya gran variedad de tipos de vacunas para lograr la ansiada inmunidad.
¿Cómo ha ido el otoño? ¿Qué se está viendo en el Centro Nacional de la Gripe distinto a otros años?
A nivel gripe, podemos decir que tenemos cero. No ha habido ningún aislamiento del virus en España, salvo dos que hubo en Zaragoza hace ya mes y medio. Y en Europa está pasando lo mismo, porque no está habiendo actividad gripal. Lo normal en estas fechas es que ya se estuviera a punto de entrar en fase de epidemia de gripe y la realidad es que tenemos cero casos. No está identificándose ninguna gripe en ningún sitio en Europa. Y eso es muy muy problemático.
¿Por qué? ¿Que perjuicios genera el hecho de que no haya gripe?
A diferencia de lo que se pudiera pensar, el hecho de que no haya gripe ahora puede generar un par de problemas. Por un lado, que los centros de la gripe no vamos a poder aislar virus y, por tanto, no vamos a poder decirle a la OMS qué cepas son las que deben meter las industrias farmacéuticas en las vacunas antigripales del próximo año. Y, por otro, estaríamos ante el riesgo de que la próxima gripe sea más virulenta.
No hay precedentes, supongo...
No, pero se podría equiparar a lo que ocurre cuando hay veranos muy cálidos, en los que hay mucha menos casuística de gripe y esto suele redundar en que el 70% de las siguientes epidemias sean mucho más largas, mucho más virulentas y que empiecen antes.
Esto se debe a que, cuando no hay gripe, la bolsa de individuos susceptibles es más grande. Todos los años se infecta un porcentaje determinado de la población, que genera inmunidad y que protege a los demás, pero si este año la gripe no circula y ese porcentaje de la población no se protege de modo natural, lo que pasa es que la bolsa de individuos susceptibles es más grande y la gripe aprovecha para hacer más contagios, puesto que hay más cantidad de individuos susceptibles de ser infectados.
¿Hay fechas límite para enviar esos informes a la OMS sobre las cepas de gripe que circulan este año?
Sí. Ahora estamos en una carrera contrarreloj de poco más de un mes para enviar cepas a nuestros centros referencia. Pero, claro, todo depende de si viene gripe o no. Si no viene, habrá que aguantarse con lo que hay, y si sí viene, pues habrá que pillarlas de la forma que sea. Y esto es no solo a través de las redes centinela, sino colaborando con hospitales para buscar las pocas gripes que haya.
¿Hay gripes que se pueden estar escapando?
Espero que sí. En Europa, de mil y pico casos sospechosos que se han analizado, no se encontró ni rastro de gripe, pero igual sí puede ser que haya gripes que se estén escapando y que sí esté circulando la gripe.
¿Qué tiene más peso en la falta de gripe, la campaña de vacunación o las medidas de contención por el coronavirus?
Es cierto que este año la campaña de vacunación ha sido brutal, como nunca lo había sido, y esto puede servir para que la siguiente gripe no sea tan fuerte porque todos los vacunados son personas que han pasado la gripe de una forma leve. Pero no lo sabemos y la teoría nos dice que si no circula la gripe, el año que viene podríamos tener una epidemia más grave y más larga. Y, claro que influye el hecho de estar con mascarilla, con distancia social, extremar la higiene de manos...
¿Podría irrumpir más adelante?
No lo sabemos. Ha habido años que la epidemia ha empezado más tarde o más pronto, pero aún no es descartable que vaya a venir la gripe. Ahora no hay gripe, pero esto puede cambiar en dos semanas o puede venir en mayo, que también ha pasado alguna vez. Pero nunca nos hemos enfrentado a un año sin gripe; siempre ha venido.
¿En los países del hemisferio sur ha llegado a haber gripe?
Ha habido muy poca. De hecho, en Sudáfrica, por ejemplo, el virus no se ha presentado. En cambio, en Argentina o Australia sí ha habido, pero muy muy poco. Pero es que hemos estado con mascarilla, con distancia social... y también que, debido al confinamiento, la gente ha tenido que estar distante de los equipos de atención primaria, que al final son los que nos detectan los virus de la gripe y nos los mandan a través de las redes centinela.
¿El resto de virus respiratorios que se estudian en el Centro Nacional de la Gripe de Valladolid, cómo se están comportando?
Está ocurriendo algo similar a lo que le está pasando a la gripe, pero no tan acentuado. Sí que es cierto que ahora detectamos bastantes rinovirus, que causan sobre todo el resfriado común y que circulan con el SARS-CoV-2; incluso hemos detectado alguna coinfección... Ahora mismo estamos en torno a un 20% de positividad de los virus que nos llegan y otros años, a estas alturas, estaríamos en torno al 60%.
¿Hay algún otro virus respiratorio que haya desaparecido este otoño?
Pues está el RSV, el virus respiratorio sincitial, que es muy común en los niños, sobre todo en menores de dos años, que ha desaparecido. Y hay gente que dice que la epidemia de RSV podría ser en febrero o marzo, pero no se sabe, claro. Lo que está claro es que esto no afecta solo a la gripe. Si ponemos medidas para un virus que se transmite por las vías respiratorias como el covid-19, el resto de virus respiratorios también se ven afectados.
¿Qué se va aprendiendo del covid en el Centro Nacional de la Gripe?
Pues ahora estamos evaluando los casos de personas que presentaron una infección respiratoria aguda durante la pandemia, y a los que no se les logró determinar qué virus se las causó, para ver si desarrollaron anticuerpos de covid. Y estamos viendo que un 30% de ellos tienen anticuerpos del covid.
La diferencia con el estudio de seroprevalencia del Ministerio es que ahí se analiza una muestra aleatoria de la población, es decir, que puede haber pasado el covid o no. Nosotros estamos trabajando con gente que ha tenido infección respiratoria que no sabemos de qué y ahora estamos detectando que, al menos, en un 30% fueron por coronavirus.
¿Hasta qué punto debe alarmar la llegada de la cepa británica?
Es una mutación del virus, como lo hacen todos los virus RNA, como lo hacen todos los seres vivos. En un principio presenta una serie de mutaciones que le hacen más transmisible y ahora pues habrá que evaluar si puede generar algún problema a la vacuna, pero creo que no lo va a tener porque una cosa es que mute y otra es que todas esas mutaciones se traduzcan en que las proteínas del virus cambien. Porque tampoco se ha visto que la cepa británica sea una mutación que provoque una mayor gravedad, sino que puede hacer más transmisible al covid, pero normalmente cuanta más transmisibilidad tiene un virus, menos virulento suele ser, porque a estos virus no les interesa matar al huésped, sino tratar de seguirse transmitiendo.
Una variante más, por tanto...
Es que eso de que está solo en el Reino Unido, Suecia o Italia depende mucho de lo que secuencien, de lo que lo busquen los países, puesto que hay países que no secuencian ninguna cepa y, en cambio, en el Reino Unido, secuencian la mayor parte de los virus de covid-19 que tienen. Las cepas se encuentran en países que hacen bien sus deberes... Para hacer un buen seguimiento epidemiológico y virológico hay que poner más dinero para hacer un trabajo de secuenciación como el del Reino Unido, donde se está haciendo bien.
¿Tanta importancia tiene el que sea una u otra cepa del covid?
El coronavirus no muta tanto como la gripe, lo hace diez veces menos, pero cuando un virus como estos sufre una mutación no tiene por qué traducirse en nada más que en el hecho de que viva más tiempo, de que se transmita más... no tiene por qué ser relevante para la infección.
Los virus pandémicos como el covid, con el tiempo, van bajando su capacidad de hospitalizar a una persona o de causarle infecciones graves porque no le ‘interesa’. Y al decir esto no quiero decir que sea un virus inteligente, pero hablamos de selección natural porque al final nuestro sistema inmune le hace una presión genética que termina por seleccionar las variantes que más le favorecen al virus y muchas de ellas son ‘me vuelvo menos virulento, pero me transmito más’. Ellos lo que quieren es vivir con nosotros. Igual el rinovirus, en sus inicios, también fue más virulento y ahora te produce síntomas leves.
¿Los virólogos creen, por tanto, que el covid-19 se va a quedar como un virus respiratorio más?
La mayoría de los virólogos estamos ya en esa tesis, en que el covid se va a quedar entre nosotros pero en una versión leve cercana al resfriado común. Por supuesto que seguirá hospitalizando a gente, pero como también existen ahora rinovirus que hospitalizan a la gente, que crea neumonías y que mata; en muy bajo porcentaje, sí, pero lo hay.
¿Se atreve a ponerle plazo a esa versión ‘light’ del coronavirus?
La estacionalización del covid nos costará dos o tres años, pero esto no quiere decir que tengamos que estar con las medidas restrictivas actuales esos dos o tres años. Pero con el tiempo causará en la mayor parte de la gente síntomas leves, de resfriados o asintomáticos; claro, desgraciadamente, la gente con una fragilidad biológica terminará en el hospital o incluso morirá, pero ya en un porcentaje mucho más bajo. A medida que haya más inmunidad de grupo, que se vaya infectando más gente, que nos vacunemos... iremos paralizándole un poquito. Pero es muy difícil que este virus se extinga.
¿Es optimista con las vacunas?
Sí, lo que creo es que el hecho de tener ahora dos vacunas, como son las de Pfizer y Moderna, no debe paralizar el resto de los diseños vacunales; hay que explorar todas las opciones y eso nos llevará al éxito. Pero no podemos pretender que esto esté solventado en un mes o dos, porque estas vacunas, de inicio, necesitan dos dosis, con lo que no habrá nadie protegido hasta finales de enero, al menos.
¿El coronavirus, como la gripe, va a necesitar vacunaciones anuales?
No lo podemos saber, pero yo creo que por las características de este virus y su mutabilidad no creo que hiciese falta una vacunación anual, sino cada tres o cuatro años, quizá. El otro día hablábamos Raúl Ortiz de Lejarazu y yo de la posibilidad de que se hagan vacunas de gripe y covid, y aprovechar el pinchazo. Y así se le mantendría a raya.
¿La normalidad podría llegar en el segundo semestre de 2021?
Yo creo que hablar de recuperar la normalidad a seis meses vista es aún temprano, porque la vacuna va a necesitar tiempo, pero ojalá que se pueda empezar a recuperar algo de normalidad en el segundo semestre de 2021.
Lo que me gusta es que se haya desechado el término de ‘nueva normalidad’ porque me gustaría que pudiéramos volver algún día a la verdadera realidad que es la que vivíamos antes, a la de abrazarnos, a la de poder estar con nuestros seres queridos sin mascarilla... Pero sí es cierto que, últimamente, cada vez hablo con más gente que no ve mal lo de la mascarilla para situaciones determinadas. No para estar por la calle, pero sí para tener constancia de nuestra capacidad para transmitir virus a los demás y si en el futuro, sea en el segundo semestre o en 2022, tenemos un resfriado, por respeto y responsabilidad, igual hay que ir con mascarilla a un bar, un centro comercial o casa de un familiar. En esto hay que fijarse en la población asiática, que tiene muy asimilada la mascarilla.