Del Mazo al BMW: 14 años de robos, 300 delitos y 22 millones

A. G. Mozo
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La mayor banda de ladrones de Valladolid acumula ya seis desarticulaciones. Liderada alternativamente por dos hermanos del barrio de Las Flores, la organización ha ido evolucionando desde las tragaperras a los alunizajes, para acabar con los atracos

Imagen de archivo de un robo a una tragaperras. - Foto: Europa Press

Cuentan que el ‘Pipi’ llegó a pararse ante un control policial para devolver a los agentes una baliza (de las de localización GPS) que se había instalado en uno de sus coches. También cuentan que el ‘Pirri’ llegó a suspender una noche de atracos ya planificada porque resolvió a puñetazos una discusión con uno de sus hombres. Estos dos hermanos del barrio de Las Flores, José Luis y Roberto R.D., son el santo y seña de una banda que empezó siendo del Mazo y que terminó como la del BMW, y que ha sido capaz de reconstruirse una y otra vez, pese a sus seis desarticulaciones en 14 años, tiempo en el que han acumulado 300 delitos y 22 millones de botín.
El último golpe lo encajaron el 14 de mayo en una operación de la Guardia Civil y la Policía con la que se puso fin a una efímera etapa de liderazgo del que se cree que ha sido el último lugarteniente de ambos hermanos: Alejandro G.E. (‘Rine’).
El génesis de la banda de las bandas se sitúa justo hace catorce años, en la madrugada del 24 de mayo de 2006. Su puesta de largo fue en un bar de Cigales, reventado a mazazos para apoderarse de la recaudación de la tragaperras y la caja, y unas cuantas botellas.

DOS ESTILOS

Por el camino, dos líderes omnipotentes: ‘Pirri’ y ‘Pipi’. Dos hermanos con mano de hierro pero con dos estilos radicalmente opuestos de llevar la organización, de elegir objetivos, de fichar a sus adláteres... «‘Pipi’ se rodeó de los top en lo suyo y se trajo ‘aluniceros’ y expertos conductores de Madrid, también gente que sabía inhibir las alarmas, ladrones de vehículos de alta gama, no daba un palo sin tener la mercancía colocada», recuerdan las fuentes consultadas por El Día de Valladolid. En cambio, «‘Pirri’ siempre ha echado mano de gente de su ambiente, más violentos, más dispuestos a todo, pero que no son especialistas en nada; reviento un coche contra una luna, entro con las mazas y me llevo lo que pille, sea mucho o poco». Dos estilos.
La banda escribió el epílogo de su sexta versión el pasado 14 de marzo de 2020, cuando asaltaron un bar de La Cistérniga. A partir de ahí, el confinamiento y el ingreso en prisión del ‘Pirri’ –el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le revocó la libertad condicional– suspendió de facto la actividad de una banda que terminaría cayendo justo dos meses después en esa operación en la que se detuvo a diez personas, acusadas de un mínimo de 40 robos en poco más de medio año. Nueve de ellos (el ‘Rine’, teórico cabecilla temporal, también) ya vuelven a estar en la calle ante una supuesta inconsistencia de las pruebas que se presentaron en el Juzgado, si bien las fuentes consultadas no tienen duda de que está demostrada su participación en la oleada de robos registrada desde finales del pasado verano, una época en la que han dado un peligroso salto, al pasar de los robos con fuerza nocturnos a los atracos a punta de pistola.
La investigación les sitúa en una serie de asaltos armados cometidos en Valladolid durante el pasado mes de enero, cuando se cree que la banda atracó un salón de juegos Codere situado en el Camino de la Esperanza (con un botín de unos 8.000 euros), la nave de la empresa de paquetería GLS (otros 5.000) y el supermercado Lupa de Tudela (5.000); pertrechados con armas de fuego y cuchillos, con empleados dentro... daban un salto cualitativo en su modus operandi. «Son robos muy graves», enfatizan estas fuentes.

El 16 de enero de 2017 robaron mediante un alunizaje en una tienda de telefonía del paseo de Zorrilla, donde lograron 20.00 euros de botín.El 16 de enero de 2017 robaron mediante un alunizaje en una tienda de telefonía del paseo de Zorrilla, donde lograron 20.00 euros de botín. - Foto: D.V.

UNA ESCISIÓN MÁS VIOLENTA

Creen que pudo ser una escisión dentro de la banda o, simplemente, la evolución natural de su núcleo duro, el que se cree que formaban ‘Pirri’ y ‘Rine’, éste convertido en el lugarteniente y considerado como el teórico cabecilla de la banda tras el ingreso en prisión del ‘Pirri’ el pasado 13 de marzo, cuando el juez le devolvió su celda tras algo menos de diez meses en libertad condicional.
‘Pirri’ y ‘Rine’ serían el núcleo duro de la última versión de esta banda, esta que ahora solía robar vehículos Seat León FR y arrojarlos al río o al canal, cuando no había tiempo de quemarlos. En febrero se les sitúa a ambos en dos altercados ‘automovilísticos’ en solo tres días. La madrugada del jueves día 20 hay una fuga en la que llegaron a vaciar un extintor y arrojar un bloque de hormigón a las patrullas policiales que les perseguían por la autovía A-62 tras el robo de un Volkswagen Golf y un Seat León para asaltar un bar de La Overuela.
Y la del domingo 23, provocaban un accidente en plena calle Real de Burgos al saltarse un semáforo cuando se cree que se disponían a iniciar otra tanda de asaltos; en aquella ocasión iban a bordo de un Citroën C3 propiedad del ‘Pirri’. Días después, Roberto se presentó en Comisaría para alegar que él no conducía –tiene el carné retirado– y solo iba de copiloto y que no tenía nada que ver con una pelea en un bar de la calle Democracia; volvía a quedar en libertad, pero solo un par de semanas después, el juez de Vigilancia Penitenciaria le enviaba de nuevo a la cárcel.
Su regreso a prisión fue todo un golpe de suerte para el ‘Pirri’. Los investigadores no tuvieron tiempo de amasar las pruebas suficientes de su participación en los robos de esta última versión de la banda, aunque no tienen duda de que era el que estaba al mando, con ‘Rine’ de lugarteniente.
Alejandro G.E. y varios de los miembros de este último grupo ya habían estado antes con José Luis R.D. ‘Pipi’ fue el impulsor de esta banda del BMW después de haber liderado las dos últimas secuelas de la banda del Mazo. Dicen que los hermanos no se parecen en casi nada, que ‘Pipi’ es frío y calculador, mientras que ‘Pirri’ es mucho más impulsivo: «Los dos son tíos muy violentos y la ejercen para ratificar su liderazgo dentro de la banda», argumentan las fuentes policiales consultadas, «pero luego, su forma de llevar la organización no tiene nada que ver».

EL PAPEL DEL 'PIPI'

Coche quemado el pasado otoño a las afueras de Valladolid (zona sur), tras una de sus oleadas de robos nocturnos.Coche quemado el pasado otoño a las afueras de Valladolid (zona sur), tras una de sus oleadas de robos nocturnos. - Foto: @BomberosVLL

De alguna forma, esas diferencias de carácter son las que han ido marcando el modus operandi de esta banda a lo largo de los últimos catorce años. En aquella del Mazo, radicada en la primavera de 2006 y que actuó durante cinco meses en estaciones de servicio, restaurantes y bares de la provincia –con una nómina de 38 delitos–, primaba el carácter del ‘Pirri’, ya que eran asaltos violentos a golpe de maza, con mucho ruido, con escasa planificación...
La desarticulación efectuada por la Guardia Civil en diciembre de 2006 pareció ser definitiva, junto al posterior ingreso en prisión del ‘Pirri’ en 2008 por su tiroteo a las puertas de una discoteca, pero en 2011 su hermano José Luis se hizo con las riendas. Cada día de robos, ‘Pipi’ y su gente se reunía entre unas hamburguesas del McDonalds del Hospital Río Hortega y se iban a sus palos a bordo de coches de alquiler que suscribían a nombre de otros familiares. En enero de 2012 caían acusados de 21 robos con fuerza en negocios, locales... Meses después, un ‘Pipi’ cada vez más poderoso reorganizaba la que sería la tercera y última versión de la banda del Mazo, la que la Guardia Civil volvía a desarticular en mayo de 2013, con otros 22 delitos en nómina.

RÍO SHOPPING

Dos años después, el 15 de diciembre de 2015, ‘Pipi’ reaparecía al frente de una banda del BMW que no solo era capaz de robar estos vehículos de alta gama en un par de minutos –algunos se destinaban al mercado negro para su desmontaje de piezas–, sino que se especializó en la sustracción de tráiler cargados de todo tipo de mercancía –llegaron a llevarse uno lleno de Thermomix, valorado en un millón de euros– y que empezó a hacer alunizajes en comercios de telefonía de toda la ciudad, en el Media Markt y hasta en los centros comerciales Vallsur y Río Shopping, con aquel histórico doble alunizaje de aquel 15 de diciembre. Y amplió fronteras, actuando en el resto de Castilla y León, y en Cantabria, en Madrid, en Aragón....
Policía y Guardia Civil tuvieron que unir sus fuerzas para acabar con esta poderosa banda del BMW en marzo de 2017, acabando con una primera versión que superó los 120 delitos y que amasó un botín de 20 millones de euros. La caída del ‘Pipi’ se produjo días antes de que se dispusiesen a perpetrar su gran robo, en el Casino del Roxy.
Con José Luis R.D. en prisión, la banda quedó latente y se reactivó ese mismo otoño coincidiendo con su salida en libertad condicional. Se mudó a Madrid y trató de evitar los robos en Valladolid, donde los investigadores estaban encima de él. Una persecución de la Guardia Civil en plena autovía R-4 en la que ‘Pipi’ respondió a tiros para darse a la fuga fue su sentencia. En marzo de 2018 volvía a caer, acusado de 39 delitos, y ya no ha vuelto a salir de prisión. Año y pico más tarde, con ‘Pipi’ todavía entre rejas, volvía a ser el turno del ‘Pirri’ en esa sexta versión ahora desarticulada. Otra vez más violenta, otra vez con su sello. Otra vez derrocada.

Imagen de archivo de otra detención del 'Rine', en mayo de 2020.Imagen de archivo de otra detención del 'Rine', en mayo de 2020. - Foto: D.V.

 


 

El día de furia que envió diez años a la cárcel al ‘Pirri’

Roberto R.D. (‘Pirri’) es considerado el primer líder de esta banda. Su caída no fue tanto por las oleadas de robos que firmó a lo largo de 2006, sino por un tiroteo que protagonizó en 2008 frente a la discoteca La Rosaleda (actual Kerala) y por  el que la Audiencia de Valladolid le condenó a diez años y medio de prisión. Una vez allí, le fueron llegando las condenas por los robos.
El día de furia que envió a la cárcel al ‘Pirri’ se remonta al 27 de abril de aquel 2008. Tras una discusión con el personal de seguridad de la conocida discoteca, obligó a otro joven a que le llevase a casa a por un arma y luego regresar a la sala de Huerta del Rey. Fue al llegar cuando este joven aprovechó para zafarse del ‘Pirri’, a lo que este respondió con unos disparos que le acabaron condenando a esos diez años y medio, por delito de tentativa de homicidio y otro de detención ilegal.

 


 

El ascenso del ‘Rine’ hasta la cúpula de la banda del BMW

Alejandro G.E. es el ‘Rine’. Tiene 43 años y una treintena de antecedentes en su ficha, los suficientes para ser alguien dentro de la banda del BMW, incluso al lado del líder. No es un cualquiera, es yerno de la ‘Guaja’ –histórica traficante del Poblado de La Esperanza– y cuñado del ‘Peluso’, quien ha sido detenido ya en dos ocasiones acusado de liderar el narcotráfico vallisoletano desde el corazón del 29 de Octubre y con el aura de ser el hombre de confianza de Amancio García Carro (el ‘Rubio’, un narcotraficante de Salamanca que dominó el mercado) en Valladolid.
Pero ‘Rine’ se ha ido ganando su (mala) fama a pulso: en 2018 fue acusado de atracar  a un estanquero, en abril de 2019 cayó durante un asalto a un bar de Huerta del Rey, en noviembre después de casi una hora huyendo de la Policía... Para entonces ya se le consideraba el ‘número dos’ de la banda del BMW.