Castilla y León superó el año pasado los 6.000 megavatios de potencia eólica instalada, con 461 nuevos a lo largo de 2019, y se convirtió en la primera comunidad autónoma en conseguirlo, en un marco en el que ya posee casi una cuarta parte del total nacional, donde se contabilizan 25.704 megavatios, 2.243 más que a 1 de enero de 2018.
De este modo, Castilla y León ratifica su liderazgo nacional en instalación de energía eólica, en un territorio en que ya operan 258 parques de aerogeneradores sobre los 1.203 totales que se encuentran registrados en en escenario nacional. Sólo Castilla-La Mancha y Galicia, con algo más de la mitad de potencia que en la Comunidad, se sitúan relativamente cerca, con 3.817 y 3.814 megavatios, respectivamente. La primera de ellas no apuntó nuevas instalaciones en 2019, mientras que la región gallego sumó 416 megavatios. Aragón fue la que registró más potencia el pasado año, con 1.102 nuevos, hasta totalizar 3.104.
A día de hoy, con la crisis del COVID-19, el sector eólico de Castilla y León sufre un ligero freno en la tramitación de parques nuevos que pueden dejar retrasos en las instalaciones de entre tres y cuatro meses de media, si bien no peligra nada de lo actualmente aprobado. Este retraso se debe a que ciertas tramitaciones requieren de una seguridad jurídica que no puede cubrir el teletrabajo que ha protagonizado la mayor parte de los empleados públicos de la Junta, según fuentes de la Asociación de Promotores Eólicos de Castilla y León (Apecyl) consultadas por Ical.
En todo caso, los promotores mantienen los objetivos ya establecidos de que Castilla y León llegue a 10.000 megavatios instalados de energía eólica en 2030, 4.000 más que en la actualidad. Además, la patronal eólica apela a la oportunidad que supone la sustitución de turbinas antiguas y que se encuentra aproximadamente en 20 años, con lo que en esta década que ahora arranca habrá que acometer también este tipo de obras.
El escenario de liderazgo de Castilla y León en potencia eólica se evidencia también en la cobertura de la demanda eléctrica, en el que los aerogeneradores tienen capacidad para alcanzar el 80 por ciento, la más alta, muy por encima del 67,6 por ciento de Castilla-La Mancha y el 64 de La Rioja. Por debajo, Navarra, un 46 por ciento, Galicia, un 41,6, y Aragón, un 40,5 por ciento. La media nacional es muy inferior a la autonómica, con un 20,8 por ciento en 2019, la segunda tecnología del mix energético nacional.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) establece en su anuario del año pasado que son muchos los beneficios económicos y medioambientales de esta energía: supone un ahorro de 1.732 millones de euros de reducción en el precio del mercado mayorista en España, con 6,8 euros por megavatio y hora. El sector supone el 0,31 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), con 3.584 millones de euros, y evitó la emisión de 28 millones de toneladas de CO2.
Patentes
En materia de investigación y desarrollo, el sector alcanza las 810 patentes eólicas presentadas en España desde 2006, tercer país de la Unión Europea en cifras y sexto en el mundo. Además, cuenta con 20 centros de investigación que trabajan en mejorar la eólica y nueve universidades, de las cuales dos son de Castilla y León: la de Burgos, con 13 patentes de tecnologías de mitigación del cambio climático (TMCC), y la de Valladolid, con una decena.
El sector eólico da empleo en España a más de 24.000 trabajadores, más lo que genera de forma indirecta, y exporta por valor de 2.181 millones de euros. Es el tercero del mundo que más valor en aerogeneradores comercializa al exterior, solo por detrás de Dinamarca y Alemania. En potencia instalada, España es el segundo de Europa, sólo superado por el país germano, y el quinto del mundo (China, Estados Unidos e India, además, lógicamente, del estado centroeuropeo).