Los patéticos esfuerzos de diversos miembros del Gobierno afirmando que ellos están siempre a la espera de las enmiendas que presente ERC, que no tienen un papel concreto, que serán los grupos parlamentarios los que decidan, que ellos, en fin, son meros espectadores de las iniciativas ajenas, resulta, a estas alturas, algo más que una tomadura de pelo. El Presidente del Gobierno y sus más fieles se han instalado en una especie de representación teatral creyendo que quienes les escuchamos somos tontos, que no nos enteramos de nada y que ellos son acreedores, sin discusión alguna, de la máxima credibilidad. Ya está más que demostrado que cuando el Gobierno dice no, es que sí, y cuando pretende situarse como mero espectador de lo que propongan los demás es que ya está todo acordado y pactado.
Ha ocurrido esto con la derogación de la sedición y ocurrirá igual con la modificación del delito de malversación. Todo auspiciado, con la complicidad del PSOE, por ERC y ahí nos encontramos con que Gabriel Rufián no miente. Habla poco cuando de negociaciones se trata pero no engaña. El Gobierno juega con nosotros.
Lo que se está acometiendo en las postrimerías de este año no tiene parangón en la democracia española. La ley del sí es sí no es de Irene Montero, es de todo el Gobierno y del PSOE que la apoyó en el Congreso. La derogación del delito de sedición ideada para blanquear conductas secesionistas de sus socios de ERC atenta contra el derecho mismo. Y atenta no tanto porque se derogue, sino porque se deroga a petición de un grupo que en sede parlamentaria aprobó leyes de desconexión. No hubo en esa decisión algarada callejera alguna. Fue un acto parlamentario como ha sido el autogolpe vivido en Perú. Las algaradas vinieron luego, cuando las calles de Barcelona se incendiaron. Rufián ha negociado que de sedición nada, solo desórdenes públicos agravados.
Ahora está encima de la mesa la modificación de la malversación cuya finalidad única y exclusiva es preservar el erario público bien se utilice este para beneficio personal o no. El dinero público gastado en el 'procés' es menos malversación, el de los ERES de Andalucía, es malversación pero menos. ¿Cabe mayor despropósito?
Dice Rufián que la modificación de este delito debe ser muy quirúrgica, o sea que se cuelen algunos alejados de la órbita de ERC. Y lo será porque la propuesta está pensada para que todos aquellos que en su día fueron condenados por el Supremo se vean libres de polvo y paja. Entre la derogación del delito de sedición y la modificación del delito de malversación , el resultado final es una amnistía pura y dura aunque nadie pronuncie ese término. El Gobierno maneja dos argumentos: Cataluña está mejor hoy que hace cinco años y como queremos ser muy europeos resulta que hay que homologar nuestro Código Penal. Por manidos han dejado de ser efectivos y además no son del todo ciertos. Habrá que escuchar a Rufián porque habla poco pero no miente.
Sánchez no se va a parar en barras. Va a por todas como el mismo dijo, pero, ojo, el Presidente del Gobierno no da un paso en solitario. Si no contara con el apoyo del grupo parlamentario, con el silencio de su partido, nada sería posible y todos son igualmente responsables.
Tendremos un fin de año en el que no habrá tregua en la vida política. Sánchez quiere resolver estos temas candentes cuanto antes de manera que a partir de enero pueda ser solo un rey mago, dadivoso y social, muy social.
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