La Junta ha identificado tres áreas para el desarrollo de proyectos de producción de hidrógeno verde en Castilla y León. Se trata del Bierzo y el norte de León, con iniciativas que se vinculan al proceso de transición energética justa; un eje asociado a la localidad vallisoletana de La Mudarra y incluye zonas de Valladolid, Salamanca y Zamora, y la franja comprendida entre Burgos y Soria. Son tres ‘valles de hidrógeno’, considerados así por la Comisión Europea, y que han sido seleccionados por sus posibilidades de producción, distribución, transporte y uso, según señaló a la agencia Ical el responsable de Ahorro y Eficiencia Energética del Ente Regional de la Energía (EREN), Roberto Getino.
El Bierzo y el norte de León disponen de una gran cantidad de recursos para la producción de energía renovable y las condiciones técnicas para evacuar el hidrógeno de forma teóricamente «sencilla y barata». El segundo polo, ubicado en el centro-oeste de la Comunidad, es un valle de hidrógeno en el que también destaca la instalación de abundante potencia renovable y por el que transcurre un gasoducto y algunas de las carreteras más importantes para conectar con Europa y, de este modo, hacer más fácil la evacuación del producto.
Por último, la Junta promueve también un eje entre Burgos y Soria que, como los anteriores, tiene instalada gran potencia renovable, una industria fácilmente asociable al hidrógeno, y cuenta también con un gasoducto y la salida por tierra. «Los tres ejes generarían toda la cadena de valor y actividad de los calificados como ‘valle de hidrógeno’», sostiene.
La Comisión Europea pretende también ligar a estos proyectos el impulso de la I+D+i sobre energía en cada una de las zonas por lo que se promoverá la participación en las iniciativas de las universidades de León, Burgos y del centro tecnológico Cidaut, vinculado a la Universidad de Valladolid en cada una de sus áreas de influencia.
«Tenemos tecnología suficiente para producir hidrógeno verde, siempre que tengamos potencia renovable. Tenemos muchos recursos, tanto eólicos como fotovoltaicos y esa es nuestra ventaja competitiva», explica Getino, quien insistió en el interés del Ejecutivo autonómico por promover proyectos para producir y exportar energía en forma de hidrógeno verde y convertir a la Comunidad en un importante polo industrial vinculado a esta materia prima.
El proyecto más maduro
Independientemente de estos polos que podrían confluir en el desarrollo del hidrógeno verde, a día de hoy existe un proyecto que es el más maduro y que se ubica en la antigua central térmica de La Robla (León), liderado por Enagás y Naturgy, y que en resumen permitirá comercializar esta materia prima, vía marítima, desde el puerto gijonés del Musel a Rotterdam, para su utilización más tarde en empresas alemanas.
Los objetivos son ambiciosos para una tecnología recién nacida y que aún se enfrenta a enormes dificultades. Al contrario que el petróleo o el gas natural, el hidrógeno es un «vector energético»; es decir, que hay que fabricarlo, «hacer algo para obtenerlo». Una de las maneras es a partir de la disociación de la molécula de agua mediante un proceso de electrólisis, obteniendo hidrógeno por un lado y oxígeno por otro. Si la energía necesaria para este proceso es renovable se obtiene hidrógeno verde, es decir, que no produce emisiones, explica Ohiana Goicoechea, responsable de proyectos de Hidrógeno en Naturgy. Una vez generada esta energía se convierte en electricidad renovable sin ningún tipo de contaminación ni de emisión.