Fueron solo 80 días, los que transcurrieron entre el 14 de mayo, cuando el condenado tuvo su primera cita con la madre de Sara, y el 2 de agosto, el día de la paliza mortal. Poco más de dos meses de noviazgo, menos aún de convivencia en el piso familiar de la calle Cardenal Torquemada, pero suficientes para que Roberto embriagase a Davinia hasta el punto de que, según la sentencia, cerró los ojos ante los evidentes malos tratos que infligía a la niña de 4 años y a la que terminó matando a golpes tras una agresión sexual.
14 de mayo de 2017: La primera cita
Aunque los contactos arrancaron en abril a través de redes sociales, la primera cita del exmecánico de helicópteros del Ejército oriundo de Medina del Campo y la militar afincada en La Rondilla fue el 14 de mayo, tal como documenta el fallo.
30 de mayo de 2017: Davinia le lleva a casa
Dos semanas después, Davinia ya lleva a Roberto a su casa familiar para lo que no duda en echar de la vivienda al padre biológico de Sara, tras varios años de relación. Llega a pagarle una habitación de hostal para que se vaya.
22 de junio de 2017: Se muda al piso familiar
Apenas un mes después de aquella primera cita, Roberto se instala en la vivienda familiar del barrio de La Rondilla. Hasta entonces no hay constancia de ningún hematoma en el cuerpo de Sara ni de ningún episodio de malos tratos.
23 de junio de 2017: Primeros hematomas
Durante cinco días, entre el 23 y el 28, Sara y su hermana (de 12 años) Andrea pasan unos días en la casa de los hermanos de Davinia, en el municipio de Pedrajas. Descubren que presenta hematomas en las nalgas y las extremidades. Davinia no lo dio importancia, pero el fallo de la Audiencia Provincial lo data como el primer episodio de malos tratos, el único del que exonera a la madre.
8 de julio de 2017: El padre sale de España
El día 8 de julio, el padre biológico de Sara abandona España. Hasta ese día, siguió viendo a la niña y nunca apreció malos tratos, igual que durante los años anteriores en que convivieron en el piso de La Rondilla.
11 de julio de 2017: Visita al hospital
Davinia lleva a Sara al Hospital Campo Grande tras levantarse con los labios inflamados. Los médicos alertan a la Policía de que puede ser un caso de malos tratos, pero la madre alega que son autolesiones.
23 de julio de 2017: Una mejillla morada
Es el tercer episodio de maltrato que documenta la sentencia y no hay duda de que el autor tuvo que ser Roberto. La madre, pese a ello, «no adopta medidas de protección necesarias para evitar que su hija sufriese tal tipo de lesiones».
26 de julio de 2017: Oculta a Roberto
El protocolo de malos tratos que se activó en el Campo Grande y que pasó por Comisaría, los Juzgados y la Fiscalía llegó a la Junta, hasta los Servicios Sociales, que citan ese día a Davinia y las niñas, pero nadie les habla de la existencia de Roberto en sus vidas. Los funcionarios que entrevistaron a la madre, tal como especifica la sentencia, le recuerdan que tiene «el deber de proteger a sus hijas».
28 de julio de 2017: Hematoma en ojo y sien
Este es el cuarto de los episodios de malos tratos documentados por la sentencia y el más grave, el que, según el tribunal, debió provocar que Davinia actuase y pensase si Roberto podía cometer un ataque como el día 2 de agosto. La niña de 4 años aparece con un hematoma en la sien izquierda que se extendía por la zona del ojo y parte de frente y mejilla. Roberto llega a enviar una fotografía a la madre y lo justifica diciendo que había sido fruto de un golpe con la mesilla. Nadie la llevó al médico, pese a la insistencia de su tío.
2 de agosto de 2017: Violación y asesinato
El relato que hace la sentencia de ese último día es clarificador: «El día 2 de agosto de 2017, sobre las 7 horas, Davinia se preparó para ir a su trabajo como militar, y (Sara) se vistió para irse con ella. Sin embargo, antes de irse, llamó a Roberto para que se hiciese cargo de la niña. En la casa solo quedaron Sara, Andrea y Roberto. Posteriormente, Roberto penetró vaginalmente a Sara, introduciendo o su miembro viril o sus dedos o algún objeto (...) llegando hasta el himen. Como consecuencia, también se produjeron heridas en el ano de la niña». Después, describe la paliza mortal: «Seguidamente, Roberto a sabiendas de que podía matar a Sara la golpeó en distintas ocasiones, impactando la cabeza de la misma contra una superficie plana, golpeándola en la frente, agarrándola del cuello y causándole heridas por todo el cuerpo, pies y arrancamiento de una uña de cada pie». Sara fallecía a las 8:15 horas del día 3 de agosto, provocada por
traumatismo-craneoencefálico y hemorragia craneal.