La plantilla de Renfe denuncia deficiencias en los Talleres

Ical
-

El Comité de Empresa urge soluciones por la falta de espacio existente, antes de que en febrero lleguen los casi 800 empleados que se ubicarán en las nuevas instalaciones

La plantilla de Renfe denuncia deficiencias en los Talleres - Foto: mir_ical

Los trabajadores de los talleres de Renfe ubicados en el Páramo de San Isidro de Valladolid denunciaron hoy que la infraestructura es “minimalista, de mínimos” y su diseño “no ha tenido en cuenta la dinámica productiva ni la opinión de la parte social”. Así lo aseguró el presidente del Comité Provincial del Grupo Renfe Valladolid, Virgilio Herrera, quien estuvo rodeado por casi un centenar de compañeros en la rotonda de entrada las instalaciones. Por este motivo, solicitaron una reunión con el presidente de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, Antonio Gato, hoy presente en los talleres, así como con la Inspección de Trabajo, para “buscar soluciones”.

Los talleres, que arrastran una demora en su traslado de ocho años, cuenta desde mayo con alrededor de 160 trabajadores que ya desarrollan su labor habitual en las nuevas instalaciones, las cuales, por otro lado, son “pequeñas” y “no se adaptan a la forma de trabajar de los puestos de trabajo de Renfe”. A juicio de Herrera, las oficinas de administración son “pequeñísimas”, donde “no cabe la documentación que tienen”; los comedores son “dos huecos” de 130 personas de capacidad, cuando a partir de enero y febrero la cifra total será casi de 800, entre todos los de Renfe (400) y las contratas (más de 350); los vestuarios son “angostos, sin luz natural y una forma de ventilación forzada que funciona mal, en los que a veces parece una sauna y otras pasas frío”.

En todo caso, las fechas de llegada de todo el personal dependerá de la evolución de las obras y de que se pueda “meter” todo lo que hay en los antiguos talleres. “Las peticiones se dirigen principalmente a la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, que es propietaria de todo esto. Estamos en medio de la nada”, señaló, en referencia también al páramo en que se encuentra.

La plantilla de Renfe denuncia deficiencias en los TalleresLa plantilla de Renfe denuncia deficiencias en los Talleres - Foto: mir_ical

A día de hoy, los trabajadores están “hacinados y apelotonados”, haciendo ya la misma labor que desarrollaban en Farnesio, “pero lo hacen por secciones”. “Se intenta trabajar al cien por cien, pero muchas veces no se puede porque no existen las condiciones adecuadas para poder hacerlo”, reprochó el presidente del Comité.

Evaluaciones de riesgo

A juicio de los trabajadores, “no se entiende cómo después de haberse gastado alrededor de 200 millones de euros en el taller y unos 500 en todo el complejo se hayan pasado diez años y se sigan dando tantas deficiencias”. Entre ellas citaron las evaluaciones de riesgo sin actualizar para los nuevos puestos, para el que la Inspección de Trabajo ha dado dos meses más de plazo desde este mes, “pero que ya tenía que estar solucionado, porque los trabajadores llevan aquí seis meses”. También apuntaron los vestuarios “angostos, comedores donde no caben todos los trabajadores y puestos de trabajo hacinados, con temperaturas superiores a 34 grados en verano y fallos en el sistema de calefacción”.

Nuevos Talleres de Renfe en la zona de San Isidro.Nuevos Talleres de Renfe en la zona de San Isidro.

Además, “máquinas que no funcionan, suelos que resbalan, chapas metálicas del techo que se caen y entrada de camiones que preparan el funcionamiento de los nuevos empleos que faltan por llegar y que elevan la probabilidad de accidentes entre los que ya están aquí”.

Todo ello ha llevado al Comité a cursar varias denuncias a la Inspección de Trabajo, dada la “falta de diligencia” de la dirección a dar solución a estas cuestiones. Los trabajadores proceden de un taller de 150 años de antigüedad “donde la parte social se tenía en consideración; ahora no se tiene en cuenta, buscando la incomodidad en las zonas comunes, vestuarios y comedor. Realmente, ¿son los nuevos talleres los más grandes y tecnológicos de Europa?”, se preguntaron.

Herrera recordó que los trabajadores debían haber empezado su actividad en las instalaciones en 2011 y 2012, cuando “aún estaba todo en barbecho”. Se empezó a introducir maquinaria y desde 2015 se han realizado “solo” cursos de formación. Durante este tiempo “se puso en conocimiento de la empresa la cantidad de deficiencias existentes para que se subsanaran antes de la llegada del grueso de empleados”. Pero al ser de la Sociedad “no se podía hacer absolutamente nada”, por temas burocráticos y licencias.

En este sentido, y a pesar de la polémica en los últimos años con el retraso de la movilidad hacia los nuevos talleres, el Comité de Empresa se siente “empujado” al traslado. “Se supone que teniendo todos los permisos en regla la idea era solventar esos problemas de forma dinámica. Pero seguimos con las manos atadas porque para las modificaciones de cierta envergadura que hay que acometer se necesita la aprobación del consejo de Administración de la Sociedad; y la burocracia retrasa mucho los procesos de mejora de funcionalidad del taller”, lamentó Herrera.

Como ejemplo, citó que los trabajadores han ido “a colocar un tipo de tren determinado de la forma y manera” se suele situar “y resulta que no entra”. “Es todo muy justo y está a los mínimos”, insistió en la denuncia. Esto afectará al personal y material que “falta por llegar, que no va a entrar porque es un taller pequeño”. “Queremos que se solucione de alguna manera. No sabemos quien debe dar las autorizaciones pertinentes para dar el pistoletazo de salida”, espetó.

Mala señalización

Precisamente, éste es otro de los problemas apreciados por los trabajadores, el de los supuestos accidentes. Ya ha habido varios accidentes y “debido al mal acceso” a las instalaciones del Páramo de San Isidro, “sin señalizar”, las ambulancias “se perdieron y tardaron en llegar más de 40 minutos”. “Menos mal que no eran graves, porque podía haber sucedido una desgracia”, señaló el secretario del Comité, Iván Valdivieso, quien denunció también que los GPS “te envían por caminos que no existen”, que parten del barrio de Las Flores. En este sentido, los trabajadores anunciaron que también presionan para que la dirección figure en Google y que la gente entre “sin perderse”.