Aplican con éxito un tratamiento a tres pacientes con lupus

Óscar Fraile
-

Investigadores del Río Hortega, el IBGM y Citospin obtuvieron resultados positivos al utilizar células madre mesenquimales en afectados por nefritis lúpica tipo IV, pero no pueden realizar el ensayo porque necesitan unos 400.000 euros de financiación

Rosa Conde (en primer término), David Arrabal y Julia Barbado son tres de los cuatro investigadores del proyecto. - Foto: J. C. Castillo

Una investigación del Hospital Universitario Río Hortega, el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) y la spin-off Citospin ha arrojado un poco de luz a las personas que padecen lupus, una enfermedad de las consideradas raras o no frecuentes que ataca a los tejidos y órganos de los pacientes que la sufren y que se suele manifestar con afectación cutánea, artritis, inflamaciones, úlceras y alopecia, entre otras cosas.

El equipo liderado por Julia Barbado, doctora especialista en medicina interna, ha utilizado células madre mesenquimales para el tratamiento a tres pacientes con nefritis lúpica tipo IV, es decir, muy severa. Se trata de tres personas con las que no se podían utilizar los habituales inmunodepresores porque tenían un nivel de toxicidad muy alto o porque su sistema inmunitario estaba muy debilitado. A todos se les aplicó estas células madre entre uno y tres meses después de sufrir un brote agudo. Y los resultados fueron muy positivos en un corto espacio de tiempo. «Mejoró su situación renal, así como el resto de manifestaciones clínicas e inflamatorias que tenía», señala Barbado. La mejoría empezó a las dos semanas y a los tres meses «todos estaban sin lesiones severas».

Así las cosas, el grupo de investigación se animó a intentarlo con una cuarta persona y desde la Agencia Española de Medicamentos les conminaron a diseñar y remitir un ensayo que posteriormente se aprobó para dar luz verde a esta investigación.

En el tratamiento se utilizan células madre mesenquimales.En el tratamiento se utilizan células madre mesenquimales. - Foto: J. C. CastilloSin embargo, estos profesionales se han dado de bruces con un problema al que se enfrentan habitualmente los investigadores de este país: la financiación. Como quiera que cada persona puede reaccionar de una manera a los fármacos y las células madre, lo ideal es hacer un ensayo con un grupo amplio de personas, entre cien y doscientas, para avanzar en las certezas sobre la eficacia del tratamiento. Para ello necesitan entre 400.000 y 500.000 euros que no han podido conseguir en las diversas convocatorias públicas y privadas a las que se han presentado.

El grupo también está integrado por David Arrabal, biólogo genetista; Rosa Conde, enfermera y responsable de la Unidad de Apoyo a la Investigación del Río Hortega; y Margarita González, investigadora del IBGM. Pese a estar a la espera de los fondos que les permitan hacer el ensayo, ellos siguen avanzando en la investigación fuera de su horario laboral. En la actualidad estudian el cultivo de esas células con los medicamentos que habitualmente toman los pacientes con lupus para comprobar si estos fármacos provocan alteraciones genéticas en las mismas. Cuando saquen las conclusiones pertinentes, pasarán a una segunda fase de la investigación, que tratará de determinar cómo actúan las células mesenquimales cuando permanecen en el organismo durante un periodo prolongado de tiempo. Hasta la fecha ya han comprobado que no interaccionan cuando no hay inflamación y sí que lo hacen en los «momentos agudos» de la enfermedad, pero no se sabe si a largo plazo producen efectos no deseados o simplemente mueren y desaparecen del organismo, «como parece». Pero todavía está por demostrar.

Conseguir la financiación no es nada sencillo, tal y como explica Conde: «Se opta a ello a través de convocatorias y la competitividad es tremenda», señala. Además, la implicación de entidades privadas en proyectos específicos no es frecuente, toda vez que estas investigaciones no garantizan nunca resultados ni la recuperación de la inversión, especialmente en los tratamientos o fármacos para enfermedades raras, en las que los potenciales beneficiarios son muy escasos.

Lupus: cuando tu propio organismo te ataca por error

El lupus es una enfermedad rara y autoinmune, es decir, es el propio sistema inmunitario del afectado el que ataca los tejidos del organismo por error. Según la investigadora Julia Barbado, hay muchas incógnitas sobre su etiología, aunque «se cree que hay factores que están asociados», como la genética y el entorno. «Por alguna razón, se va produciendo una inflamación que en un momento dado da lugar a la enfermedad», explica. Así, el lupus puede afectar a todo tipo de tejidos, incluidos órganos como los pulmones, el aparato digestivo, el sistema hematológico y el nervioso, ya sea central o periférico. Sin embargo, lo más habitual es que ataque al riñón. Dependiendo del grado de gravedad, sus consecuencias pueden ser leves o fatales cuando la afectación orgánica es severa. Es muchísimo más frecuente en mujeres que en hombres, aunque cuando aparece en varones suele hacerlo con más gravedad. Habitualmente se manifiesta durante la etapa fértil de las mujeres, con una media de edad que ronda los 29 años. Aunque de momento no hay cura, sí que existe tratamiento con fármacos para disminuir la inflamación. Un tratamiento que puede ser agresivo en los casos más graves, a base de inmunodepresores y corticoides. El lupus suele aparecer en brotes intermitentes que pueden requerir hospitalización. Y se puede manifestar de diversas formas, como afectación cutánea en zonas expuestas al sol, úlceras en la boca, caída del cabello, etcétera. Los pacientes suelen acusar dolor articular y sentirse cansados de forma continua.