La pandemia del SARS-CoV-2 llevó a la sanidad pública a volcarse en la atención de los contagiados por el virus durante varios meses de 2020 y algunos de 2021. La palabra covid lo capitaliza todo, tanto que hasta ha provocado un descenso de las reclamaciones sanitarias, a pesar de haber sido la peor época para tener que ir al médico o pasar por el quirófano. Las quejas, que llevaban nueve años subiendo, vio cómo en el último se anotaba un descenso del 7%, al bajar de 4.878 a 4.539. A una media de doce al día, de las que casi tres cuartas partes son contra los distintos servicios de atención especializada, aunque es en atención primaria donde se descubre el único incremento en este contexto pandémico.
Lo peor de esta batalla contra el coronavirus se vivió en marzo y abril del año pasado y en enero de éste, a la espera de comprobar a dónde llega esta sexta ola y hasta dónde es capaz la vacunación de proteger de la enfermedad grave y contener colapsos hospitalarios. Pero lo que no evita la vacuna es la sobrecarga de los centros de salud en contextos hipercontagiadores y de transmisión comunitaria como el actual. El porcentaje de infectados que termina ingresado ha bajado de modo claro gracias a la vacuna, pero esta sexta ola está llevando al límite a unos equipos de atención primaria que se encargan de hacer los test, así como de la tramitación de las múltiples bajas vinculadas a los confinamientos domiciliarios y, claro, de la atención del resto de patologías.
Y es en esa situación de tensión en la que surgen las quejas de los pacientes, pese a que las peores fases de parálisis provocadas por los picos de la pandemia siempre se llevaron por delante la actividad quirúrgica no urgente y la atención especializada, mientras los centros de salud avanzaban como podían entre ola y ola, entre decenas de test diarios. Los datos que difunde la Junta de Castilla y León a través de su portal de Datos Abiertos señala que las reclamaciones contra los servicios de atención primaria de Valladolid crecieron un 33% en 2020, al sumar 1.296 expedientes, por los 975 de 2019.
Los diez ambulatorios con más quejas el pasado año fueron los de Laguna (126), Parquesol (98), Arturo Eyries (75), Huerta del Rey (70) y Parque Alameda-Covaresa (61), seguidos de los de Delicias II (56), Delicias I (51), Pisuerga (51), Circunvalación (47) y Plaza del Ejército (37). Un año antes, la lista de diez centros de salud con más reclamaciones estaba compuesta, por este orden, por los de Parquesol, Laguna, Arturo Eyries, Edificio Rondilla, Pisuerga, Huerta del Rey, Delicias I, Parque Alameda-Covaresa, La Victoria y Circular.
Algunos de ellos concentran más reclamaciones que el centro de especialidades de La Pilarica, que cerró 2020 con solo 95, aunque no ocurre lo mismo con Arturo Eyries, que mejoró con respecto al año anterior y recibió 217 (298 en 2019).
Ambos centros suman más que el Hospital Comarcal de Medina del Campo que únicamente recibió 42 quejas en 2020, por las 62 de 2019. Un centro sobre el que hay abierta una investigación administrativa y penal con el objetivo de depurar responsabilidades por un antiguo caso de abusos de un médico ya fallecido sobre varias pacientes y en el que se indaga también para ver si pudo ser ocultado por varios jefes de servicio.
EL CLÍNICO, EL QUE MÁS
Pero son los dos grandes hospitales los que concentran el grueso de quejas que llegan hasta Sacyl de sus pacientes. Si los distintos servicios de atención especializada acumularon 3.171 reclamaciones en 2020 (un 16% menos que el año anterior, cuando fueron 3.807), la gran mayoría se concentran en la actividad del Río Hortega y el Clínico, aunque es en éste último donde se iniciaron más expedientes: 1.418, que son 165 menos que en 2019, de los que un millar se debe a problemas con la lista de espera.
En el caso del Río Hortega, fueron 1.343 las quejas del último año, 410 menos que en 2019, una reducción importante de las reclamaciones que no evita que cuatro de cada diez sean también por la lista de espera.
Y es que es la lista de espera el principal motivo de protesta en el ámbito sanitario. Los últimos datos difundidos hablan de que 1.989 de los 4.539 expedientes iniciados en 2020 en la provincia de Valladolid se debieron a ese motivo, seguidos de los 1.169 de quejas asistenciales y los 789 que versaban sobre la organización o el funcionamiento de los hospitales y los centros de salud.