El rugby español sigue varios pasos por detrás de las grandes potencias del mundo del oval, Sudáfrica, Inglaterra, Nueva Zelanda o Francia. Por eso, para un rugbier español llegar a las grandes Ligas mundiales, la Premiership inglesa, la Súper Rugby (con equipos de varios países) y el Top14 francés, es casi un milagro. Uno de ellos lo ha protagonizado un vallisoletano, de cuna quesera, y futuro más que prometedor. Martín Alonso, a sus 21 años, no solo se ha convertido en el primer pucelano en debutar en la Liga gala, sino que es de los pocos españoles que está jugando con los elegidos esta temporada.
Enrolado en las filas del Stade Rochelais, actual subcampeón de la Champions Cup europea, debutó en octubre de 2020, jugó nueve encuentros ese curso, anotando dos ensayos y se consolidó en el equipo y el XV inicial. Solo las lesiones le impidieron tener más minutos. Este año, tras renovar hasta 2023, jugó los dos primeros partidos ligueros de inicio hasta que una luxación en su hombro derecho, segunda en cinco meses en la segunda jornada, le hizo pasar por el quirófano, siendo baja hasta diciembre o enero. «El año pasado fue el de asentarme en el equipo y éste deber ser el de la consolidación», señala el jugador, en Valladolid esta semana.
Su historia comenzó en el VRAC, donde sigue jugando su hermano, Álex. Hace seis años, aún en sus categorías inferiores, a través precisamente de su hermano hizo una prueba en el centro de formación del Clermont francés. Allí estuvo tres campañas antes de firmar por el Stade Rochelais. «Era como hacer un sueño hecho realidad», reconoce ahora el vallisoletano sobre irse a Francia a jugar y aprender del mejor rugby.
Aunque ha jugado en alguna ocasión de zaguero, su puesto en su equipo es el de ala, por la velocidad, el duelo uno contra uno y su buen hacer en los balones aéreos.
«Mi objetivo ahora es recuperarme de la lesión y coger experiencia y ritmo de partidos. Y luego, claro, seguir en Francia. De momento tengo contrato hasta 2023», añade Martín, que espera volver a coincidir con su hermano, al que asegura que sigue y admira, con el XVdel León: «Ya jugamos en el Seven y categorías inferiores juntos».
«El Top 14 son diez meses intensos, casi un maratón de partidos y la exigencia es máxima», reconoce el único vallisoletano que puede presumir de haber llegado a una de las mejores Ligas del Mundo.