Los vecinos de Olmedo ya están inmersos en sus fiestas patronales en honor a San Miguel y San Jerónimo. Las prefiestas han dejado un buen sabor de boca tanto a los asistentes como a los propios vecinos y ya han comenzado las fiestas propiamente dichas. El Ayuntamiento se esfueza cada año en la realización de un programa que se centre en las tradiciones, y especialmente en los encierros tradicionales al estilo de la villa.
Más de 25.000 personas se aproximan a la localidad para disfrutar de los en cuatro encierros programados (declarados como fiesta de interés turístico regional). La fiesta comienza en la dehesa, cuando se sueltan los animales que llegan al municipios por la carretera de Matapozuelos entrando al pueblo por la fuente de La Pioja y el Mirador del Hontanar, un lugar inmejorable para su visión por el público de a pie. En este punto, los caballistas ceden el testigo a los corredores, que guían a los novillos a plaza de toros, adosada a la muralla medieval de la villa, por el Paseo de San Juan, atravesando el Arco de la Villa, la plaza de San Andrés hasta llegar a los toriles.
Se podría asegurar, sin temor a equivocarse, que los espectáculos taurinos representan el punto álgido de las fiestas, cuando más personas se concentran en el municipio cuando puede verse más ambiente en los establecimientos hosteleros.
Pero no son ni de lejos los únicos atractivos de unas fiestas que buscan agradar a todos los vecinos. Este mismo viernes, los actos comenarán desde primera hora de la suelta de vaquillas por las calles para dar paso a un parque infantil para los más pequeños. A la hora de comer, todos los vecinos se juntarán para disfrutar de una Comida de Amistad que se prolongará hasta bien entrada la tarde.
Por la noche, tendrá lugar un enierro ecológico a caballo donde otra vez loas más pequeños tendrán la oportunidad de disfrutar, divertirse e iniciarse en los tradicionales encierros del municipio. El Concurso de Cortes pondrá punto final a la jornada, no sin antes disfrutar de las famosas verbenas de la localidad, que seguro mantienen en pie a más de uno hasta entrada la madrugada.
La jornada del sábado empieza con otro de los encierros programados. Acto seguido llega uno de los momentos más divertidos de las fiestas, con el concurso de bebedores de bota, donde los más habidosos tendrán que demostrar que son capaces de mantener la bota empinada sin atragantarse. Y antes de comer se celebrará una danza para los bebés.
Por la tarde, un nuevo encierro de toros por el campo antes de dar paso a una discomovida. Por la noche, un nuevo encierro para dar paso a la verbena antes de poner punto y final a una jornada de infarto.
El domingo comenzará a las nueve de la mañana con el Toro del Alba, que congrega a miles de personas por las calles de la Villa del Caballero. Después, los vecinos se visten con sus mejores galas para asistir a la misa del patrón y por la tarde tendrá lugar una novillada mixta sin picadores. Los aficionados al teatro tienen una cita por la tarde con el espectáculo Güela, Güela, de Chisco Casteleiro, a cargo de la compañía Galitoon. Por la noche, se volverán a soltar las vaquillas en la Plaza de Toros momentos antes de que comience la verbena.
El lunes 30 llegará el turno de poner punto y final a unas fiestas marcadas por la emoción con un nuevo encierro. Por la tarde, las peñas tendrán su momento de protagonismo con un Gran Prix, donde tendrán que demostrar sus habilidades y un desfile. Por la noche, los fuegos artificiales pondrán punto y final a las festejos.