Policía y Guardia Civil han asestado uno de los mayores golpes al narcotráfico de los últimos años en Valladolid. Después de meses de investigación, han acabado con una banda que manejaba grandes cantidades de drogas y una soprendente pluralidad de sustancias, hasta el punto de que los agentes se han aprehendido de 67 kilos de cocaína, hachís, marihuana, 'speed', MDMA, LSD, éxtasis y cocaína rosa, una variante pocas veces encontrada en la ciudad y cuyo valor "es del doble de la cocína blanca, con grandes efectos alucinógenos, por lo que es muy preciada", tal como ha explicado esta mañana el teniente coronel Javier Peña, jefe de Operaciones de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, durante la presentación de la Operación Ícaro, que se ha saldado con siete detenidos, todos ellos en prisión provisional desde el pasado fin de semana.
Junto a Peña han comparecido el delegado y el subdelegado del Gobierno, Javier Izquierdo y Emilio Álvarez, los jefes de la Policía y la Guardia Civil en Valladolid, Luis Gibert y Miguel Recio, y la jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial, Pilar del Río, quien destacó el "elevado valor" de las sustancias intervenidas, que superaría los 700.000 euros, y detalló las grandes cantidades encontradas en una operación que se precipitó el pasado jueves, después de que se detectasen una serie de movimientos que hacían pensar a los agentes 'antidroga' que podría haber llegado un importante alijo a la ciudad. Y, en efecto, la Operación Ícaro deja la aprehensión de 30 kilos y medio de resina de hachís, 21 y medio de cogollos de marihuana, 10 y medio de 'speed', dos y medio de MDMA, 1,8 kilos de cocaína, 48 sellos de LSD, 4.162 pastillas de éxtasis y esos 27 gramos de cocaína rosa, además de dos armas de fuego (una pistola y un boli-pistola) y 63.500 euros en efectivo.
DESDE LA OPERACIÓN DRACHE
Drogas, armas y dinero y intervenidas en la Operación Ícaro. - Foto: IcalLa investigación arrancó hace algo más de un año, justo después de que ambos cuerpos, diesen otro importante golpe al narcotráfico en la Operación Drache, también llevada a cabo conjuntamente por efectivos del EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Valladolid y agentes del Grupo VIII de la Brigada Provincial de Policía Judicial, y en la que se sacaron del mercado 200 kilos de droga. En aquella ocasión, las pesquisas conectaron a la conocida como 'Reina del Speed' con su proveedor en el País Vasco y de los contactos que tenía aquella traficante en Valladolid se iniciaron las vigilancias sobre J.M.R.F. '('Chema) y su pareja, Y.I.A., que operaban desde el barrio de Las Delicias.
Pero lo que parecían dos simples camellos, con el paso de los meses y el trabajo policial, se descubrió que manejaban cantidades muy superiores y que "toda su droga se movía en Valladolid". Junto a los presuntos cabecillas, cayeron J.M.C.M. y P.H.L., dos colaboradores que operaban desde Arroyo y que se ocupaban de la "infraestructura", tal como especificó el teniente coronel Peña; I.E.C.M. y J.A.G.G., dos sevillanos que ejercían de 'mulas' y que conducían la furgoneta en que se transportaba un alijo de 30 kilos de hachís; y F.S.G.C., un comprador que se llevó seis kilos de hachís y cuyo arresto precipitó el resto del operativo.
EL PRIMER PASE, EN ARROYO
Drogas, armas y dinero y intervenidas en la Operación Ícaro. - Foto: IcalEl encuentro, a los ojos de los investigadores que llevaban meses tras los pasos de esta banda, se produjo el pasado miércoles en Arroyo de la Encomienda, después de un viaje de abastecimiento a Sevilla. En un coche iba Chema y J.M.C.M., y justo detrás la furgoneta con el hachís conducida por los sevillanos. La aparición de F.S.G.C. en un segundo coche y el pase de una "gran bolsa" activaron las alertas. Se le detenía lejos de allí con seis kilos de hachís y se precipitaba el operativo.
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En la furgoneta quedaban más de veinte kilos de hachís, 700 gramos se hallaron en un piso de la calle Enrique IV de Arroyo de la Encomienda y el resto apareció en la vivienda de 'Chema', en la calle Celtas Cortos, y, fundamentalmente, en un local-cochera que tenía la pareja en San José de Calasanz, también en Las Delicias, "que era utilizado como almacén de la droga y el dinero".