De Parquesol al cabo de Hornos: la proeza de Lydia

A. G. Mozo
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La guardamarina vallisoletana Lydia Martínez del Pino forma parte del buque escuela Juan Sebastián Elcano que ha conseguido cruzar a vela por primera vez el cabo que separa el Atlántico y el Pacífico

Lydia Martínez del Pino, guardamarina vallisoletana en el Juan Sebastián Elcano. - Foto: L.M.P.

¿Qué hace una joven vallisoletana de 20 años, de Parquesol, a bordo del primer barco que ha conseguido cruzar a vela el cabo de Hornos? Es Lydia Martínez del Pino, guardamarina y futura oficial de la Armada, que se encuentra en aguas del Pacífico de camino del puerto colombiano de Cartagena de Indias, a donde no llegará hasta el 4 de mayo; aunque no será hasta el 12 de julio cuando concluya un periplo que arrancó el pasado 14 de enero en Cádiz.
Lydia Martínez es uno de los 74 guardamarinas que conforman la tripulación de 241 personas del 95 crucero de instrucción del buque escuela Juan Sebastián Elcano, de la Armada. Esta expedición hizo historia hace unas semanas ya que se convirtió en el primer barco en conseguir cruzar a vela el mítico cabo de Hornos, un hito que los mismos marineros en formación no han empezado a valorar hasta haberlo logrado: «Al principio es complicado darse cuenta de que lo que se está haciendo va a formar parte de la historia del Elcano, de la Armada y de España. Pero una vez asimilado todo, eres realmente consciente del hito; y eso es algo que te enorgullece, sabiendo que será una historia que podremos contar en el futuro».

 


El cabo que separa los océanos Atlántico y Pacífico es uno de los puntos históricamente con más peligro para la navegación, hasta el punto de llevar el sobrenombre de 'cementerio de barcos' debido a que «tanto las corrientes como el viento y la mar presentes suelen ser muy duros». «Inicialmente íbamos a intentar cruzar el cabo de Hornos antes de la llegada a Punta Arenas, pero no fue posible por la previsión meteorológica. A la salida de este puerto, comprobamos de nuevo la situación y decidimos intentarlo, ya que había mejorado», recuerda la joven vallisoletana, que destaca que «toda la dotación estuvo muy concentrada y activa durante el cruce y eso permitió conseguirlo sin problema».

Tres meses

Lydia Martínez del Pino, guardamarina vallisoletana en el Juan Sebastián Elcano.
Lydia Martínez del Pino, guardamarina vallisoletana en el Juan Sebastián Elcano. - Foto: L.M.P.

Lleva tres meses en el barco y aún le quedan otros tres (en los que pasarán, además de por Cartagena de Indias, por Puerto Limón, en Costa Riva, y los puertos estadounidenses de Pensacola y Nueva York) antes de regresar a la Escuela Naval Militar de Marín, donde todavía deberá formarse durante otros dos años antes de convertirse en oficial de la Armada; saldrá siendo alférez de Navío y ahí se iniciará otra etapa de dos años en un barco de la flota (en Cádiz, Ferrol, Canarias...) en busca de una especialidad dentro de la Armada española (además de la Ingeniería Mecánica que estudian durante su etapa en la escuela).
Dice que «el viaje está siendo muy emocionante» porque «nunca se deja de aprender» ni de ver «esa ilusión que existía en las caras de todos los guardiamarinas cuando se salió de Cádiz». De los 74, trece son mujeres que, como ella, sueñan con ser miembros de la Armada: «Estaba en la ESO cuando me di cuenta de que quería servir a mi país de una forma diferente, dando todo lo que puedo y sacrificando algún aspecto personal para ser militar».