Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


Trabajar menos para vivir mejor

03/05/2024

Cuántas veces hemos dicho o sufrido la angustia de ¡no me da la vida! Vivimos en una continua contrarreloj para conjugar la jornada laboral con el tiempo para las labores domésticas y de atención familiares, y además tener un mínimo espacio para el ocio y el descanso. Por eso suena muy bien el mensaje de la ministra de Trabajo de reducir la jornada laboral sin recortar salarios para «trabajar menos para vivir mejor». La propuesta del Gobierno, curiosamente en una semana marcada por la reflexión del presidente sobre si le merecía la pena o no seguir en el cargo, pretende que la jornada se rebaje de las 40 horas semanales actuales hasta 37,5 horas. Una medida que apoyan los sindicatos, pero que hay que negociar con la patronal, aunque ya la disfruta un amplio porcentaje de trabajadores, sobre todo funcionarios y empleados de grandes empresas.
Por esos son muchos y variados los argumentos a favor, sobre todo vinculados a la mejora de la conciliación, aunque se incide también en el potencial para revolucionar la productividad del país, pero eso está menos claro. De hecho, no convence  a los empresarios que mantienen que la medida elevaría los costes laborales, a la vez que se apunta las dificultades para ajustarse a la nueva realidad. Un rechazo que gira a frontal cuando se apunta a la implantación de un modelo de cuatro días de trabajo.
Este tipo de cambios no son fáciles. Necesitan de consenso político, social y económico para llevarlos adelante, y para eso hace falta mucho diálogo y cesiones por ambas partes. Y a veces una dosis de audacia, que no siempre tiene que venir de la administración, que puede aplicar todas estas medidas en su ámbito sin tanta presión porque está respaldada por los fondos públicos. El impulso debería llegar desde los propios empresarios, como sucedió ya hace más de cien años con Henry Ford, que apostó por implantar en sus fábricas de automóviles la semana laboral de cinco días. Una decisión que supuso una revolución general en las condiciones laborales.
Quizás ahora sea el momento de intentarlo, como ya sucede en el Reino Unido e Islandia, donde los ensayos realizados se consideran un éxito. La premisa es que mejorar la calidad de vida de las personas y sus niveles de estrés tenga beneficios claros en la productividad para que las empresas la puedan mantener.