El nueve por ciento de las aguas superficiales analizadas en la cuenca del Duero en el periodo 2020-2022 superó el máximo de contaminación de nitratos que establece la ley y se elevó al 49 por ciento en el caso de las aguas subterráneas, según constata el informe 'La contaminación por nitratos y su impacto en el medio ambiente y el agua de consumo humano', elaborado por Ecologistas en Acción.
Así, en el caso de las superficiales, el estudio aclara que un 10,4 por ciento de las analíticas realizadas en 2022 dejó un resultado por encima de 25 miligramos por litro, límite que establece, para los últimos tres años, el Real Decreto 47/2022, sobre protección de las aguas contra la contaminación difusa producida por nitrato procedente de fuentes agrarias. En concreto, en ese año se realizaron en la cuenca del Duero 2.979 analíticas, de las que 309 superaban ese umbral. Los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, consultados por Ical, indican que el porcentaje es inferior al registrado en 2021, que fue del 12 por ciento, y en 2020, del 12,3.
Según los datos oficiales, aproximadamente el once por ciento de las aguas analizadas en España se encontraban contaminadas por nitratos, un valor que cae al nueve por ciento en el Duero, pero que se eleva hasta el 22 en el Segura, el 24 del Júcar y el 27 por ciento de Cataluña.
Aunque los datos de contaminación por nitratos en aguas superficiales son «preocupantes», tal y como lo califica Ecologistas en Acción, las de carácter subterráneo «lo son mucho mas», puesto que la media de superaciones de la norma de calidad ambiental para el periodo 2020-2022 es del 36,78 por ciento.
A juicio de Ecologistas en Acción, la reducción de muestras es incoherente dada la envergadura del problema de la contaminación difusa por nitratos en aguas subterráneas.
Por ello, cargan contra la «elevada contaminación, que no solo se aprecia en el número de analíticas que exceden el valor límite máximo permitido, también en el porcentaje de puntos que superan los límites, que es del 37 por ciento» para el conjunto las demarcaciones de las que el Ministerio dispone de datos. En la cuenca del Duero, el porcentaje de las que superaban este umbral es del 49 por ciento, con 54 de los 111 puntos de muestreo que se situaron por encima.
La polémica con la presencia de nitratos en aguas no es nueva. En marzo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó a España por incumplir las obligaciones de la normativa de protección de las aguas contra la contaminación producida por este mineral procedente de fuentes agrarias en ocho comunidades, entre ellas Castilla y León.
Municipios.
El informe pone el foco en algunos municipios que destacan por el alto valor cuantificado del nitrato. Menciona hasta 61 puntos de diferentes localidades. Los más altos se observan en la población de Mezquetillas, en Soria, con muestras de hasta 164 miligramos por litro. Le siguen Morales, en la misma provincia, con 131, además de dos poblaciones abulenses, Cabezas de Alambre y San Vicente de Arévalo, que se sitúan en 130 miligramos por litro de nitratos.
En la misma sintonía están Grisaleña (Burgos), con 129; Villamuriel de Campos (Valladolid), con 122; Villoruela (Salamanca), con 121,9 miligramos; Cuelgamures (Zamora), con 102; Ciruela (Soria), con 100; Montañana (Burgos), con 98; y Ortigosa (Segovia), con 85 ml.
Propuestas
Ecologistas en Acción reclama en el informe que se "intensifiquen" los controles en el agua de abastecimiento a poblaciones en todos los municipios de España, "con el fin de detectar todos los incumplimientos en materia de nitratos".
También exige al Gobierno y a los partidos políticos que modifiquen el RD 3/2023 de agua de consumo humano, "reduciendo el valor límite máximo permitido de nitratos". "Es inadmisible que en el agua potable se permitan 50 miligramos por litro de nitratos, conocida su implicación en el desarrollo de canceres, siendo el permitido para los ecosistemas fluviales la mitad que para el agua de boca", comenta en el apartado de conclusiones.
En cuanto a la contaminación ambiental, la organización verde apuesta por reducir el uso de abonos nitrogenados, al menos el 20 por ciento que exige la Estrategia de la Granja a la Mesa de la Unión Europea, y que "se frene la expansión de la ganadería intensiva desde los ámbitos estatal y autonómicos, impidiendo la apertura de nuevas instalaciones, pues ambas actividades están produciendo daños ambientales muy importantes, y en muchos casos irreversibles".
Por ultimo, considera que los responsables económicos "causantes de la contaminación, ganadería y agricultura intensivas, deben pagar los sobrecostes de la potabilización del agua, necesaria a causa de sus acciones contaminantes".