Los ladrones de cobre siguen haciendo estragos entre las empresas y las administraciones de Valladolid. Aunque el principal objetivo de estos delincuentes son las líneas eléctricas, tampoco le hacen ascos a otro tipo de instalaciones fabricadas con este material. Buena prueba de ello es que hace algunas semanas incluso se llevaron el tejado de la escuela infantil ‘Mis pollitos’, ubicada en el polígono de San Cristóbal.
Se da la circunstancia de que las primera placas empezaron a desaparecer a mediados del año pasado. Aunque los responsables del centro lo denunciaron, las visitas de los amigos de lo ajeno no cesaron. Así, en apenas unos meses dejaron ‘pelado’ el tejado de la guardería después de llevarse unas placas cuya función principal es estética, aunque también servían de protección del muro de hormigón que hay debajo. De hecho, el centro tuvo que hacer frente a las humedades aparecidas con las lluvias después del robo.
Y para evitar que esto vuelva a suceder, la escuela infantil acaba de estrenar tejado... pero de chapa galvanizada. «Ahora estaremos más tranquilos», asegura la coordinadora del centro, María García, que llegó a denuncia «unas catorce o quince veces» las sucesivos robos.
Al final se produjo la detención de los responsables y la Escuela pudo recuperar parte del material sustraído, cuya venta sirvió para financiar parte del nuevo tejado.
Fuentes de la Asociación Polígono San Cristóbal señalaron que la escuela está ubicada en una zona «difícil de controlar», en el número 39 de la calle Plata. «Está rodeada de una zona sin urbanizar», añadieron. Se da la circunstancia de que la escuela dispone de un sistema de cámaras, pero no están destinadas a la seguridad, sino a un servicio que ofrecen a los padres para que puedan ver a sus hijos a través de una página web. Es decir, que solo graban el interior de las instalaciones.
Pero lo cierto es que lo de la escuela infantil solo es la punta del iceberg. Hace años que en el polígono de San Cristóbal sufren robos con relativa frecuencia y de todos tipo. «En lo que va de año la situación no ha variado», aseguran desde la asociación. Lo más habitual es el asalto a las naves de las empresas, pero los cacos también se llevan, por ejemplo, el gasóil de los camiones que están aparcados y el cobre de las instalaciones eléctricas. «Hubo zonas de la parte nueva del polígono donde se llevaron kilómetros de cable que ha habido que reponer», explican desde la asociación.
Arquetas. Además, en las últimas semanas se está generalizando el robo de las arquetas de hierro fundido de las alcantarillas, hasta el punto de que a la hora de reponerlas se están aplicando varios puntos de soldadura para evitar que los ladrones reincidan. Hace algunas semanas un empresario alertó de que se habían llevado todas las arquetas de la calle Cromo. Más allá de lo económico, la asociación del polígono explica los problemas de seguridad que esto genera. «La rápida intervención de la empresa Agualid poniendo tapas y soldándolas a la base impidió que se produjera ninguna desgracia», concluyen.
Por otro lado, el presidente de la asociación, Antonio Rodríguez, mantuvo recientemente una reunión con la concejala de Urbanismo, Cristinal Vidal, para trasladar las prioridades del polígono de cara a las posibles inversiones de este año. Algunas de las propuestas, que la concejala se comprometió a estudiar, pasan por la ejecución de la calle Cobre, la finalización de la segunda fase de las obras de urbanización de la calle Aluminio y la construcción de un aparcamiento para camiones junto a la carretera de Segovia, y así evitar otro de los problemas que se han producido en los últimos meses: el estacionamiento de estos grandes vehículos en zonas prohibidas.